Jorge Martín es objeto de deseo de los grandes comunicadores y motivo de la pataleta de Broncano que admite pulpo como animal de compañía y su cabreo estretégico como noticia de los telediarios. El flamante campeón del mundo de MotoGP 2023 sirvió como excusa al presentador de La Revuelta para despedazar la imagen pública de su competidor Pablo Motos y dar la vuelta a las audiencias cuando llevaba una semana perdiendo: la polémica, el fango, la guerra y la ayuda de los telediarios de TVE le han funcionado a Broncano, que de nuevo se beneficia del escándalo montado. Pero la verdad es que Jorge Martín no fue presionado por nadie, como él mismo reconoció a través de su representante, sino que tenía una acuerdo que cumplir. Este miércoles estuvo con Pablo Motos en El Hormiguero.

Jorge Martín atraviesa el mejor momento de su vida profesional. Con 26 años y tras una temporada brillante en el equipo Prima Pramac Racing de Ducati, Martín ha alcanzado la cima del motociclismo, consolidándose como una de las figuras más prometedoras de este deporte. Sin embargo, más allá de los circuitos, la velocidad y la gloria, existe otro aspecto de su vida que despierta curiosidad: su vida personal y, en especial, el gran amor que lo acompaña en este viaje.

Mientras los programas más populares de la televisión, como La Revuelta de David Broncano y El Hormiguero de Pablo Motos, compiten por contar con el piloto en sus platós, Jorge Martín ha dejado claro que en cuestiones del corazón no hay controversia. La persona que ha conquistado su corazón es María Monfort, una joven influencer ibicenca que, desde las gradas y en el paddock, ha sido testigo y apoyo fundamental durante la temporada histórica del piloto madrileño.

La relación entre ambos parece sólida, basada en la complicidad y el respeto mutuo, características que han quedado evidenciadas en los momentos que han compartido públicamente. Además, su vida en Andorra, donde reside para disfrutar de beneficios fiscales y un entorno natural ideal para entrenar, parece ofrecer el equilibrio perfecto entre su carrera profesional y su vida personal. En este escenario, María Monfort parece jugar un papel crucial, acompañándole en la construcción de un futuro prometedor tanto dentro como fuera de las pistas.

En un momento en que Jorge Martín disfruta de la cima de su carrera, también lo hace en el terreno personal. Su relación con María Monfort, marcada por el apoyo y el cariño, se ha convertido en un aspecto clave de su vida. Mientras el campeón del mundo continúa construyendo su legado en MotoGP, su historia de amor con María aporta una dimensión humana a la figura de un deportista que no solo brilla por su talento, sino también por su capacidad para equilibrar el éxito con la estabilidad emocional.

Jorge Martín prefiere mantener un perfil bajo sobre su vida privada, pero su relación con María Monfort no es precisamente un secreto. Ambos han compartido en sus redes sociales momentos de su vida juntos, como viajes y celebraciones, dejando entrever la conexión que los une. María es hija de Carmen Matutes, una destacada empresaria hotelera en Ibiza, lo que aporta a su perfil una mezcla de influencia social y discreción que encaja con la filosofía de vida del piloto.

En septiembre de este año, durante el Gran Premio de Cataluña en el Circuit de Barcelona-Catalunya, donde Martín marcó un hito en su carrera al coronarse como campeón mundial, María estuvo presente junto a la familia del piloto. La joven ibicenca fue una de las primeras personas en felicitarle y celebrar con él este logro histórico. Su presencia en ese momento tan significativo subraya el papel importante que desempeña en la vida de Jorge, tanto dentro como fuera de las pistas.

¿Quién es María Monfort?

María Monfort, originaria de Ibiza, es conocida por su actividad en redes sociales, donde comparte fragmentos de su vida y su relación con Jorge Martín. Aunque mantiene una imagen reservada y alejada de la sobreexposición mediática, María ha llamado la atención no solo por su relación con el piloto, sino también por su elegancia y estilo, convirtiéndose en una figura seguida por muchos en Instagram. Hija de Carmen Matutes, María pertenece a una familia de renombre en el ámbito empresarial de las Islas Baleares, especialmente en el sector hotelero. Sin embargo, ha sabido trazar su propio camino, alejándose del protagonismo familiar y destacando como una persona con intereses genuinos y una vida sencilla, acorde con la personalidad de Jorge Martín. Jorge Martín es un piloto que no solo ha demostrado ser un virtuoso sobre la moto, sino también una persona profundamente familiar. Desde sus comienzos, ha contado con el apoyo incondicional de sus padres y su hermano menor, y ahora también con el de María Monfort, quien se ha convertido en uno de sus principales pilares.

El campeón, nacido en San Sebastián de los Reyes, Madrid, y actualmente residente en Andorra, ha comentado en diversas entrevistas que su círculo más cercano es fundamental para mantener los pies en la tierra. La relación que mantiene con María parece ofrecerle la estabilidad emocional que necesita para enfrentar los desafíos de su carrera, marcada por la intensidad y la presión de las competiciones de élite.

El éxito y la polémica: Jorge Martín en el centro de atención

En los últimos días, Jorge Martín no solo ha sido noticia por su victoria en MotoGP, sino también por la disputa mediática entre David Broncano y Pablo Motos por llevarle a sus respectivos programas. El piloto, no obstante, desmintió a través de su representante que Pablo Motos o su equipo hicieran algo incorrecto. ha preferido mantenerse al margen de esta controversia, eligiendo enfocarse en disfrutar de su éxito y compartir su felicidad con quienes le rodean.

Este miércoles 27 de noviembre, Martín apareció en El Hormiguero, donde habló sobre su extraordinaria temporada y su futuro en el equipo Aprilia, que marcará un nuevo capítulo en su carrera. Con su traspaso al equipo Aprilia en 2024, Jorge Martín comienza un nuevo desafío profesional, pero todo indica que contará con el apoyo de María Monfort y su familia en esta nueva etapa.

El programa de El Hormiguero del pasado miércoles tuvo como invitado al flamante campeón del mundo de MotoGP, Jorge Martín, quien compartió anécdotas, emociones y aprendizajes en una conversación amena con Pablo Motos. Desde la entrada al ritmo de We Are the Champions hasta las carcajadas por bromas y vivencias, el piloto dejó entrever su lado más humano y cercano.

La consagración de un campeón

Martín confesó que, aunque ya han pasado días desde su histórica victoria, aún no termina de asimilar el logro. "Todavía me levanto por la mañana y pienso: Ostras, soy campeón del mundo", comentó con una sonrisa. Para él, este título no solo es un premio personal, sino un reconocimiento a todos aquellos que lo han apoyado durante su carrera: su familia, su equipo y los fans que han seguido cada una de sus vueltas. "A falta de siete vueltas para el final, me pasó toda mi carrera por delante: mis padres, los madrugones, las carreras en los kartings… Fue una locura", relató emocionado. Pablo Motos, con su habitual tono humorístico, no perdió la oportunidad de preguntar cómo es conducir a 300 kilómetros por hora mientras lloras. "Intentando poner parabrisas", respondió Jorge entre risas, recordando el torrente de emociones que lo acompañaron en su última vuelta.

Un trofeo histórico y una celebración accidentada

El campeón llegó al programa con el trofeo del campeonato, una auténtica joya única que, año tras año, acumula las placas de los pilotos que han alcanzado la gloria. "Me da un miedo terrible cuando alguien lo coge, pero es un orgullo tremendo ver mi nombre ahí. Es una historia difícil, nadie me regaló nada, y por eso poder grabar mi nombre es tan especial", señaló. Sin embargo, no todo ha sido calma tras su victoria. En tono jocoso, Martín confesó que la celebración le pasó factura: "Me fisuré un menisco por estar 14 horas saltando sin parar". Además, reveló que probó los puros por primera vez en la celebración, aunque la experiencia no fue del todo agradable: "Se quedó tan húmedo que pensé que algo estaba haciendo mal. Me fumé tres, y ahí paré". El piloto destacó el papel de su psicólogo deportivo en su éxito. Martín explicó que llegó a un punto en el que ya no disfrutaba de las motos y vivía en constante estrés. "Fue a principios de este año. No dormía, sentía ansiedad y no tenía ganas de nada. Pedí ayuda, y en dos semanas mi vida cambió por completo. Me enseñó a vivir el presente, porque el futuro es incierto, y a disfrutar cada momento". Motos destacó la valentía de hablar sobre este tema, especialmente en un deporte tan exigente como MotoGP, y Jorge reafirmó que buscar ayuda fue una de las mejores decisiones de su vida.

Rivalidades y respeto en la pista

En cuanto a sus rivales, Martín tuvo palabras de respeto para todos. Habló de su rivalidad con Peco Bagnaia, a quien calificó como un gran competidor y amigo. Recordó incluso que ambos compartieron habitación en sus comienzos, durmiendo en literas y soñando con llegar a lo más alto. También rememoró un incidente con otro piloto que estuvo cerca de arruinar su carrera: "Hizo una maniobra casi imposible, pero por suerte logré mantenerme en pie. Me enfadé, pero poco hice porque me hubieran multado. Mi madre incluso ha hecho stickers del momento del corte de mangas". La tradición de ondear una bandera española con un toro, que lleva desde sus inicios, también salió a relucir. "Es la bandera que mis padres llevaban a los circuitos en el '97. Es algo representativo de mi país y de mi historia", comentó orgulloso. Martín mostró su lado más divertido al narrar una broma que realizó junto a Aleix Espargaró a Jorge Lorenzo hace años. "Compramos kilo y medio de lonchas de queso y llenamos todo su coche. Nunca dijo nada, pero nueve años después, aquí estamos contándolo". Este carácter bromista y enérgico parece ser parte esencial de su personalidad. "No puedo estar quieto. Incluso en un día de descanso, estoy organizando mil cosas. Me encanta hacer cosas todo el tiempo".

Filosofía de vida y sueños futuros

Para cerrar, Martín habló de los aprendizajes que lo han marcado este año, entre ellos el libro El mundo amarillo, de Albert Espinosa, que le ayudó a enfocarse en el presente y superar los retos con optimismo. Respecto a sus planes, aunque reconoce que su sueño de vida ya está cumplido, asegura que tiene hambre de más títulos: "Lo que venga ahora es un regalo. Tengo 26 años y espero poder ganar muchos mundiales más. Ahora toca descansar, pero en febrero volveremos a trabajar a tope". El programa finalizó con un repaso de los mejores momentos de su carrera y una ovación que cerró una noche llena de emociones, risas y reflexiones. Jorge Martín, campeón del mundo, demostró no solo su grandeza en la pista, sino también su carisma fuera de ella.

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