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Mark Zuckerberg transforma un barrio histórico de Palo Alto en su complejo residencial privado

Durante décadas, el vecindario de Crescent Park en Palo Alto (California) fue un símbolo de vida tranquila y comunitaria. Médicos, abogados, ejecutivos y profesores de Stanford vivían en casas de estilo variado, rodeadas de robles y magnolias, con fiestas vecinales y calles llenas de niños en bicicleta. Esa imagen comenzó a cambiar en 2011, cuando el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, inició una compra masiva de propiedades en la zona.

En los últimos 14 años, Zuckerberg, cuya fortuna ronda los 270.000 millones de dólares (unos 246.000 millones de euros), ha invertido más de 110 millones de dólares (unos 100 millones de euros) en al menos 11 casas, ofreciendo hasta 14,5 millones de dólares (unos 13,2 millones de euros) por viviendas cuyo valor de mercado era mucho menor.

Las adquisiciones se han hecho, en su mayoría, a través de sociedades limitadas y con nombres temáticos como Pine Burrow o Seed Breeze, y muchas operaciones incluyen acuerdos de confidencialidad. Parte de las casas permanecen vacías en una ciudad con fuerte escasez de vivienda.

En 2012 y 2013, Zuckerberg gastó más de 40 millones de dólares (unos 36,5 millones de euros) en cuatro viviendas que rodeaban su primera compra. Desde 2022, ha adquirido seis más, cuatro de ellas en los últimos 15 meses.

Estatua de dos metros de la mujer de Zuckerberg

Cinco de las propiedades forman ahora un compuesto residencial con la vivienda principal, alojamientos para invitados, jardines, una cancha deportiva, piscina con suelo móvil y una estatua de 2,1 metros de altura de Priscilla Chan, esposa de Zuckerberg.

Bajo el complejo, se han excavado unos 650 metros cuadrados de sótanos, que algunos vecinos describen como "búnkeres" o "batcuevas". Uno de los edificios se ha usado como escuela privada para 14 niños, con seis adultos trabajando allí, a pesar de que el uso educativo no está permitido por el código municipal.

Ocho años de obras y molestias

El desarrollo del complejo ha supuesto ocho años de construcción, con maquinaria pesada, calles bloqueadas y ruido constante. Vecinos denuncian obstrucción de entradas, daños a vehículos y ocupación de la vía pública para el aparcamiento del personal y los proveedores de Zuckerberg.

En algunas ocasiones, el Departamento de Policía ha habilitado zonas de aparcamiento exclusivo para eventos privados en la residencia, como barbacoas o fiestas temáticas, impidiendo estacionar a residentes.

Zuckerberg mantiene un fuerte dispositivo de seguridad con cámaras y guardias privados. Aunque su portavoz afirma que las cámaras no apuntan a propiedades vecinas y que se ajustan si se solicita, algunos residentes aseguran que han tenido vistas directas hacia sus jardines.

Su equipo informa previamente de eventos y facilita un contacto para quejas. También reembolsa desplazamientos en transporte compartido a empleados para reducir el uso de aparcamiento público.

Conflictos con el ayuntamiento

En 2016, una junta municipal rechazó un plan para demoler cuatro viviendas y construir un gran complejo. Sin embargo, Zuckerberg avanzó con el proyecto de forma fragmentada para evitar nuevas revisiones. La ciudad ha aprobado 56 permisos para sus propiedades, incluyendo remodelaciones, demoliciones y la creación de un gran jardín central.

Algunos vecinos acusan al Ayuntamiento y a la policía de trato preferente hacia el empresario, ignorando denuncias sobre el uso no autorizado como escuela y permitiendo la ocupación progresiva del barrio.

El concejal Greer Stone ha reconocido que Zuckerberg ha aprovechado vacíos legales y prepara legislación para evitar casos similares, advirtiendo que Palo Alto no debe convertirse en una "ciudad amurallada y dorada" sin comunidad real.

Zuckerberg ha realizado operaciones similares en otros lugares. En 2022 vendió una mansión de siete habitaciones en San Francisco por 31 millones de dólares (unos 28,3 millones de euros) tras generar quejas por obras. Posee 930 hectáreas en Kauai (Hawái) donde construye otro complejo, además de propiedades en Lake Tahoe y una mansión de 1.400 metros cuadrados en Washington D. C., comprada este año por 23 millones de dólares (unos 21 millones de euros).

Un barrio transformado

Vecinos como Michael Kieschnick, cuyo hogar está rodeado por propiedades de Zuckerberg, critican que el multimillonario no haya buscado terrenos más amplios en zonas cercanas como Atherton o Los Altos Hills, más adecuadas para grandes fincas privadas.

Los residentes afirman que la convivencia se ha deteriorado: el contacto vecinal es mínimo, el número de fiestas y eventos ha reducido las reuniones comunitarias, y algunas calles se usan como muelles de carga para la residencia.

Aunque el equipo de Zuckerberg ha hecho gestos como enviar helados o dulces para compensar molestias, muchos habitantes consideran que Crescent Park ha perdido su carácter original y se ha convertido, de facto, en una extensión privada de la fortuna del fundador de Facebook.

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