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Por qué el segundo hijo de Rafa Nadal y Mery Perelló se llama Miquel: el abuelo que solo conocerá por lo que le cuenten

Al un niño le han llamado Miquel. El nacimiento tuvo lugar el pasado miércoles en el Hospital Quirónsalud de Palma, el mismo centro donde vino al mundo su primogénito, Rafel. La llegada de Miquel ha sido celebrada en la más estricta intimidad, con la presencia únicamente de los familiares más cercanos durante los días de ingreso hospitalario.

La madre y el tenista abandonaron el hospital este sábado, con Mery visiblemente recuperada y el bebé en perfecto estado de salud. El parto se desarrolló con normalidad y la recuperación de la madre ha sido más rápida que en el nacimiento de su primer hijo.

El nombre elegido para el nuevo miembro de la familia tiene un significado profundamente emocional. Miquel es un homenaje al padre de Mery, fallecido en abril de 2023 a los 63 años tras una larga enfermedad. El pequeño, por tanto, llevará siempre el recuerdo de un abuelo al que no llegará a conocer en persona, pero del que seguro escuchará muchas historias en el seno familiar y del que le enseñarán fotos y vídeos. Entre los muros de su casa en Porto Cristo, Miquel crecerá rodeado de historias sobre el abuelo cuyo nombre lleva y al que solo conocerá a través de las palabras, las fotos y los recuerdos de sus padres. Un homenaje silencioso pero eterno, que une pasado y presente en la familia más célebre de Manacor.

Un verano con emociones encontradas

La última aparición pública de Nadal antes del nacimiento se produjo el lunes anterior, durante la recepción que la Familia Real ofreció a personalidades de la sociedad mallorquina en el Palacio de Marivent. El tenista, que ostenta el título de marqués del Llevant —concedido por el rey Felipe VI en junio de 2025 en reconocimiento a su carrera deportiva—, acudió sin la compañía de su esposa. Mery, que en las últimas semanas de embarazo redujo al mínimo sus apariciones, había acaparado titulares en mayo, durante el homenaje a Nadal en Roland Garros, luciendo una avanzada gestación.

Fue en abril cuando confirmamos los rumores de un segundo embarazo, tras publicarse las primeras imágenes del tenista y su mujer paseando por Mallorca. Desde entonces, Nadal no ha ocultado que la paternidad ha cambiado sus prioridades. En una entrevista reciente reconocía: "Siempre pensé que tras retirarme jugaría al golf cuatro días a la semana, pero en realidad solo juego dos porque quiero estar con mi hijo. Me gusta ir a buscarlo al colegio y pasar tiempo en casa".

Porto Cristo, el refugio familiar

El lugar donde Miquel crecerá no es un simple hogar, sino un refugio diseñado a medida para la familia. Situada en lo alto de Porto Cristo, en Manacor, la residencia cuenta con vistas privilegiadas a la ensenada natural del puerto, desde la bocana hasta el Club Nàutic, pasando por la playa y el casco urbano. La silueta de la iglesia del pueblo, con su campanario, completa la postal que la familia puede contemplar desde las amplias terrazas.

El proyecto arquitectónico, obra de Tomeu Esteva, combina dos volúmenes conectados de planta baja y dos alturas, coronados por cubiertas a cuatro aguas con amplios voladizos. El exterior combina un tono gris pálido con mármol más oscuro y brillante, creando un contraste elegante. Grandes ventanales permiten que la luz inunde las estancias, y las terrazas de las plantas superiores son el lugar perfecto para contemplar el Mediterráneo.

Una historia que comenzó hace dos décadas

La llegada de Miquel se produce en un momento personal muy especial para Nadal y Perelló, que este octubre celebrarán seis años de matrimonio. Su boda, el 19 de octubre de 2019, tuvo lugar en La Fortaleza, una exclusiva finca en Pollença. La ceremonia fue oficiada por Tomeu Català, y Mery lució un vestido diseñado por Rosa Clará. Entre los 200 invitados se encontraban los eméritos Juan Carlos y Sofía.

Su historia comenzó hace 20 años, en 2005, aunque su primera aparición pública como novios no se produjo hasta ese mismo año en Roland Garros. Desde entonces, Mery ha mantenido un perfil bajo, alejada de los focos y centrada en la gestión de la Fundación Rafael Nadal, mientras acompañaba al legendario deportista en los momentos clave de su carrera.

El legado del abuelo

Para Mery, elegir el nombre de Miquel ha sido una forma de mantener viva la memoria de su padre, una figura muy querida en el entorno familiar. Aunque el pequeño nunca podrá compartir momentos con él, su nombre servirá como vínculo con esa parte de su historia.

En el círculo cercano de los Nadal-Perelló se comenta que el abuelo Miquel fue un hombre discreto, muy vinculado a su familia y orgulloso del camino recorrido por su hija y su yerno. La pérdida, ocurrida hace poco más de un año, marcó profundamente a Mery, y este nacimiento ha sido también una manera de transformar el duelo en recuerdo permanente.

Con Rafel, de apenas dos años, y el recién nacido Miquel, la familia afronta una nueva etapa más centrada en la vida doméstica que en los torneos internacionales. Nadal, que no sufre la rigidez de los viajes y entrenamientos de la competición, ha reducido su presencia pública y dispone más tiempo para disfrutar de su familia. Ahora el hogar es la pista central de su vida.

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