Este miércoles, Cayetano Martínez de Irujo amaneció en los kioscos: el más pequeño de los cinco hijos varones de la duquesa de Alba ofrecía una en entrevista y posaba en su latifundio de Las Arroyuelas, una descomunal finca de 1.500 hectáreas heredada de su madre, junto con el palacio de Arbaizenea, en San Sebastián, y no sabemos qué mas.
En otoño, el aristócrata y ex jinete olímpico, de 62 años, se casa con Bárbara Mirjan, su prometida, de 29 años, en esa propiedad, tal y como adelantó Informalia. De las muchas declaraciones de Cayetano en el semanario llama la atención cuando le dicen (a una persona que ha heredado una finca más grande que todo el barrio de Carabanchel, a 25 minutos de Sevilla, además de un palacete y no sabemos qué más) que "ha empezado de cero". El duque de Arjona, cuyos hijos han estudiado en carísimos centros en el extranjero (y son brillantes profesionales), confiesa que ha estado "varias veces en la ruina".
Cayetano Martínez de Irujo ha vuelto a protagonizar titulares, como recogíamos el día que se publicó el reportaje. Este miércoles, el hijo más mediático, y quizá más imprevisible— de la recordada duquesa de Alba, aparecía entre olivares, caballos y caminos de albero en Las Arroyuelas, la descomunal finca de 1.500 hectáreas (más grane que todo el barrio madrileño de Carabanchel) que heredó de su madre junto con el histórico palacio de Arbaizenea, en San Sebastián. Y, sin embargo, entre robles centenarios y tierras de labor, a Cayetano le dicen que ha "empezado de cero".
Cuesta imaginar que quien posee una finca de esas dimensiones a solo 25 minutos de Sevilla, además de un palacete y un patrimonio aristocrático envidiable, se considere a sí mismo un emprendedor sin red. Pero Cayetano insiste: "Estoy aprendiendo a ser un empresario sin dinero, como casi todos. Con dinero heredado es relativamente fácil. Lo difícil es salir adelante sin dinero y pidiéndolo a los bancos". A sus 62 años, y con boda a la vista —se casará este otoño con su jovencísima prometida, precisamente en Las Arroyuelas. El duque de Arjona se abre en canal en una entrevista en la que reflexiona sobre su trayectoria personal y profesional, marcada por la exigencia, las tensiones familiares y, según cuenta, varios episodios de "ruina".
"Me las he ingeniado para salir adelante, aunque la estructura de gastos es muy difícil de mantener. Mantengo a 35 familias", señala, en referencia a los empleados que dependen de la finca y de sus negocios. "Y luego mis hijos han estudiado de la mejor manera, algo que han aprovechado increíblemente bien", añade, subrayando su papel como padre. La entrevista también deja espacio para la herida emocional de su juventud. "Nadie de mi familia venía a verme competir. La primera vez que ocurrió fue en los Juegos Olímpicos de Barcelona", confiesa sobre su etapa como jinete profesional. "En casa creían todavía menos en mí que fuera", sentencia.
Sobre su inminente boda, Cayetano no escatima en elogios a su prometida: "Es una mujer absolutamente excepcional. La adoro y la valoro. Es inteligente y resolutiva, como pocas personas que he conocido. Se adapta a todo y le gusta el campo". Con finca, palacio, apellido ilustre, y un futuro enlace de alto perfil, cuesta seguirle el hilo cuando habla de dificultades económicas. Pero si algo ha demostrado Cayetano a lo largo de los años es que no sigue el guion de nadie. Ni siquiera el suyo propio.
Es en Las Arroyuelas, la finca del jinete situada cerca de Sevilla, donde a principios de octubre Cayetano Martínez de Irujo se dará el "sí, quiero" con Bárbara Mirjan, tal y como Informalia detalló en primicia el pasado mes de marzo. La misma finca en la que sus dos hijos, los mellizos Luis y Amina, nacieron y vivieron durante sus dos primeros años de vida. Ahora, el duque de Arjona ha abierto las puertas de esta finca y, al mismo tiempo, ha hablado de varias cuestiones, como de su amor por Bárbara Mirjan. Al mismo tiempo, el ex de Genoveva Casanova ha tenido unas palabras sobre la gestión de los palacios de la Casa de Alba, de los que está al frente su hermano Carlos como el mayor de los hijos de doña Cayetana, fallecida en noviembre de 2014.
Sobre su futura esposa, que tiene 29 años, ha dicho: "Quería resaltar que Bárbara es una mujer absolutamente excepcional. Sabe que la adoro y que la valoro. Es inteligente y resolutiva, como pocas personas que he conocido en mi vida. Bárbara se adapta a todo. También le gusta el campo". Desde la pandemia, el hermano de Eugenia Martínez de Irujo tiene instalada su residencia en esta finca. "Bárbara viene los fines de semana o dependiendo de su trabajo", ha señalado sobre cómo es la convivencia con Bárbara, que se dedica a la coordinación de eventos, en la finca.


Su situación económica
"Estoy aprendiendo a ser empresario sin dinero, como el 90 por ciento de los empresarios. Con dinero heredado, es relativamente fácil. Lo difícil es salir adelante sin dinero y pidiéndolo a los bancos". Recuerda, entonces, que para él no ha sido fácil adaptarse a esta situación: "Todo lo que hice los siete años después de morir mi madre me salió regular o mal, porque yo había sido deportista de élite y no estaba preparado". Su trabajo en la finca dice que todavía no le sale rentable: "Todavía no. Voy a pasar tres años muy difíciles".
Asegura, eso sí, que "varias veces" ha estado "en la ruina" y siempre ha salido del pozo: "Pero me las he ingeniado para salir adelante, aunque la estructura de gastos es muy difícil de mantener. Mantengo a 35 familias y, luego, mis hijos han estudiado de la mejor manera posible, algo que han aprovechado increíblemente bien". Luis trabaja en la entidad bancaria JP Morgan. Amina, por su parte, trabaja en el sector hotelero en Aman. Ambos viven en Londres, ciudad a la que precisamente viajó Genoveva en varias ocasiones para encontrar consuelo en sus hijos cuando salieron sus famosas fotos, en 2023, con el actual rey Federico de Dinamarca.
La gestión de la Casa de Alba
Sobre el futuro de la Casa de Alba, el jinete valora en positivo a su sobrino, el hijo mayor del duque de Alba y marido de Sofía Palazuelo: "Fernando es inteligente y está bien preparado. Tiene buena conciencia de lo que es la Casa de Alba, aunque no ha convivido allí todo lo que debería desde niño".

En cuanto a la actual gestión, está a favor de que su hermano mayor sea el duque de Alba como manda la sucesión, aunque valora en negativo: "Todos tuvimos absolutamente claro que el heredero del ducado no se elegía ni por alto, ni más guapo, listo o capaz, sino por haber nacido el primero. Pero, desde luego, jamás hubiera abierto los palacios al público, como ha hecho mi hermano Carlos".
Él, en cambio, habría llevado a cabo otra gestión: "Yo hubiera gestionado el patrimonio artístico y su archivo histórico, superior al Archivo de Indias. Con trabajo, esfuerzo y un gran equipo, se puede sacar la rentabilidad para mantener esos palacios y vivir como un duque de Alba y su familia".
Y añade: "Abrir los palacios al público me parece absolutamente lo contrario a lo que hubiera querido mi madre y lo que se enfocó en sus 88 años de mandato". En este sentido, sentencia: "Yo habría abierto las visitas a los palacios, pero no convertirlos en museos, como son actualmente". Cayetano, entonces, advierte: "No se puede ofender nadie porque diga esto. Respeto lo que se está haciendo, pero no lo puedo compartir por una cuestión sentimental con mi madre y de impregnación personal".
Desde la muerte de doña Cayetana en 2014, las tensiones familiares han sido palpables y Cayetano, el que fuera su hijo favorito, nunca las ha escondido. Pasando por épocas mejores y peores con el actual duque de Alba, en los últimos meses también protagonizó un enfrentamiento público con su hermana Eugenia, aunque después sellaron en público su reconciliación familiar. Una reconciliación, en realidad, con muchos recovecos.
En estos años, la gestión de ciertos pozos en los terrenos familiares también ha causado quebraderos de cabeza en la Casa de Alba, incluso judiciales, con varios hermanos entre los salpicados.