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Ana de Armas habla de Tom Cruise y de Keanu Reeves ante el estreno como asesina en el spin-off de John Wick

Ana Celia de Armas Caso (La Habana, 30 de abril de 1988) ha vivido momentos trascendentales en su carrera: ha sido nominada al Óscar por su interpretación de Marilyn Monroe en Blonde, ha trabajado con figuras como Daniel Craig, Ben Affleck y Ryan Gosling, y ha pasado por los escenarios de festivales como Cannes. Sin embargo, nada la preparó para el fenómeno que vivió en Brasil, cuando miles de fans la recibieron como una auténtica estrella del cine de acción. "Nunca había visto tanta gente junta en mi vida", recordó. "Fue una locura. Es lo más parecido a ser una cantante pop".

Ese fervor tiene nombre: Ballerina, el spin-off de la saga John Wick que llega a los cines el 6 de junio de 2025. Con Ballerina, Ana de Armas no solo expande su registro como actriz, sino que se posiciona como una figura central en el universo John Wick y, más ampliamente, en el cine de acción contemporáneo. Una estrella que no deja de crecer, paso firme y mirada puesta en nuevos horizontes.

En esta nueva entrega, la hispano-cubana se pone en la piel de Eve Macarro, una bailarina huérfana entrenada como asesina que emprende un camino de venganza tras la muerte de su padre. Esta historia se sitúa cronológicamente entre John Wick: Capítulo 3 – Parabellum y Capítulo 4, y expande el universo liderado por Keanu Reeves.

"Es una gran responsabilidad, o al menos así lo siento yo", confiesa De Armas.

Desde el primer borrador del guion, Ana supo que quería ser parte del proyecto. "Amé lo que Chad Stahelski y Keanu han construido con estas películas. La pasión de los fans, la estética, la historia… sabía que era algo importante", afirma. Pero lo que más la atrajo fue el equilibrio entre acción y profundidad emocional. "En el guion no solo había peleas, también había corazón. El viaje emocional del personaje es precioso. Cuando terminé de leer, pensé: 'Tengo que hacer esto'".

"Ballerina" marca además el reencuentro entre De Armas y Keanu Reeves, con quien trabajó por primera vez en Knock Knock (2015), su primer filme completamente en inglés. "Recuerdo que Keanu acababa de rodar la primera John Wick y nos contaba de ella durante el almuerzo. Yo había crecido viendo sus películas, como Speed y Matrix, y no podía creer que estuviera trabajando con él", dijo. "Que hoy él me acompañe en esta nueva etapa de su universo es como recibir su bendición, un pase de antorcha".

Ana asegura que aprendió mucho de Reeves durante el rodaje. "Keanu es incansable. Ensayar con él fue como asistir a una clase magistral diaria. Somos parecidos: perfeccionistas. Queremos repetir hasta que salga perfecto, nunca es suficiente".

Mientras rodaba Ballerina en Budapest, recibió la noticia de su nominación al Óscar por Blonde. Aunque no pudo disfrutar plenamente del circuito de premios debido al rodaje, para ella fue un momento significativo. "Me encanta recibir buenas noticias mientras estoy trabajando. Me recuerda que estoy haciendo lo que amo", expresó. "Recibir ese reconocimiento mientras filmaba una cinta de acción fue especial, porque refleja la carrera que estoy construyendo: una mezcla de sensibilidad artística y físico extremo".

Esa dualidad no ha sido fácil de conquistar. Ana llegó a Estados Unidos hace solo una década, con un inglés rudimentario. "Cuando conocí a Keanu la primera vez, no podíamos mantener una conversación completa", recordó. Aprender el idioma fue una prioridad. "Gastaba todo mi sueldo en clases de inglés y acento. Hubo momentos en que no tenía dinero para el alquiler. Mi equipo tuvo que prestarme dinero para comida y vivienda. Pero yo sabía que valía la pena".

En sus primeros proyectos en inglés —como Hands of Stone (2016) con Robert De Niro o War Dogs con Jonah Hill— memorizaba diálogos sin entenderlos del todo. "Actuar en otro idioma es complicado. No se trata solo de repetir líneas, sino de comprender su sentido, su humor, la cultura detrás de cada palabra. A veces los directores cambiaban los diálogos en el set y yo entraba en pánico. Iba a llorar a un rincón".

Esa barrera también le dificultó conectar con compañeros de reparto al inicio. "Cuando conocí a De Niro, moría por preguntarle mil cosas, pero no podía expresarme. Lo mismo me pasó con Keanu, con Todd Phillips. Pero con el tiempo mejoró. Y con Keanu construimos una amistad real. Creo que él vio quién soy como artista, más allá del idioma".

Actualmente, De Armas se encuentra en Londres filmando un nuevo proyecto junto a Tom Cruise. Aunque los rumores sobre una posible relación sentimental se han disparado, la actriz mantiene el enfoque en lo profesional. "Estamos trabajando con Doug Liman y Christopher McQuarrie. Es un equipo increíble. Y claro, si estás con Tom, estás haciendo entrenamientos imposibles. Él sube el nivel constantemente. Pero es muy divertido. Además, estamos desarrollando varias cosas juntos".

Después de cinco años de proyectos ininterrumpidos, Ana decidió tomarse un respiro tras concluir Ballerina. "Sentí que necesitaba tiempo para decidir cuál sería mi siguiente paso. Tuve reuniones, leí guiones, pero a veces uno se pone expectativas que hacen difícil ver lo que tienes enfrente. Por eso me fui a Vermont, estuve tranquila, reflexionando. Y eso me ayudó a reconectar con lo que quiero".

Hoy, asegura estar en un buen lugar emocional y profesional. "Sé qué tipo de historias quiero contar, pero también quiero que me sorprendan. No quiero estar en esa dinámica de encadenar proyectos sin pausa. Prefiero tomarme el tiempo, elegir bien y disfrutar el proceso".

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