Gente

Brooke Shields habla en su biografía de un rejuvenecimiento vaginal sin su consentimiento: "Fue una invasión"

Brooke Shields imagen de archivo /Foto: Gtres

La industria del cine, sobre todo en Hollywood, tiene a grandes estrellas, referentes del glamour. Brooke Shields (59 años) es uno de los mejores ejemplos de una temprana carrera en la gran pantalla. Una imagen con la que se representan los ideales de belleza y juventud propios de Hollywood, pero con una historia que mucho tiene que ver con las presiones y las exigencias de perfección.

Es ahora cuando la actriz, empresaria y modelo ha empezado a abrazar la sinceridad para ser amable consigo misma y encontrar un nuevo lugar en la escena mediática internacional. Su último éxito La madre de la novia (2024), la ha llevado a un nuevo renacer. Sin embargo, no es lo único que ha hecho que el foco se ponga sobre ella. Brooke Shields Is Not Allowed to Get Old: Thoughts on Ageing as a Woman (Brooke Shields no tiene permitido envejecer: reflexiones sobre el envejecimiento) es su reciente biografía, donde reflexiona sobre las presiones de la industria a la vez que revive algunos sucesos traumáticos.

Sin nisiquiera tener un año, a los 11 meses su madre la apuntó a un anuncio de una marca de jabones. A esto le seguirían varios proyectos antes de cumplir los 10 años. Su madre vio en ella la manera más rápida de conseguir dinero para solucionar sus problemas financieros, llegando a explotarla e hipersexualizarla siendo apenas una niña.

Sus inicios en la gran pantalla despertaron muchos debates. Con tan solo 11 años llegaría su papel en la película Pretty Baby, en la que interpretó a una niña prostituta. A los 14 años se embarcó en otro proyecto de descubrimiento personal con The Blue Lagoon (La Laguna Azul), una película muy íntima junto a Christopher Atkins, mayor de edad.

Llegando a su adolescencia ya se había convertido en un símbolo, un icono de la cultura estadounidense. Un ideal de la belleza y el estilo que la dejó atrapada entre exigencias y que, en palabras de la crítica de Annabel Nugent, autora de su biografía, fue como una "mariposa encapsulada en resina epóxica".

A sus 59 años la experiencia de todo lo vivido le ha hecho mirar hacia atrás y analizar sus experiencias para mantener una imagen que ni el público ni la industria le permitían cambiar.

En su biografía habla de un montón de eventos que marcaron su historia, pero uno de los que más ha sorprendido ha sido el de una operación de rejuvenecimiento vaginal sin consentimiento. Narra la actriz en un fragmento de su libro que hablando con su ginecólogo habitual, al que considera como "maravilloso", le preguntó si los labios vaginales alguna vez le habían causado molestias, a lo que respondió que desde el instituto había sufrido irritación en ese área.

Le explicó en ese momento que podía someterse a una operación para reducirlos y evitar la molestia, pero que esta "no está cubierta por el seguro porque se considera cosmético, lo cual es muy interesante".

En un primer momento Brooke rechazó la opción porque "no quería ser una estrella porno", ya que había oído de muchas que solían hacerlo. Finalmente, cuando tenía 40 años, cambió de idea y quiso hacérsela para evitar más molestias.

"Mentiría si dijera que no me da vergüenza compartir esta información tan íntima, pero si queremos cambiar la forma en que abordamos y hablamos sobre la salud de las mujeres, entonces necesitamos abordar los temas incómodos pero muy reales. La vergüenza ya no es una opción", explica.

Una vez realizada la intervención, en una consulta postoperatoria, su cirujano le confesó que no solo había reducido el tamaño de sus labios, sino que también había hecho un trabajo extra con un proceso de rejuvenecimiento vaginal: "Fue una invasión, como una especie de violación extraña", apunta comentando que se sintió "furiosa".

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky