Fiel en su apoyo al cine español y convertido desde hace años en uno de nuestros actores más internacionales junto a Javier Bardem o Penélope Cruz, Antonio Banderas no faltó a su cita en la 39.º edición de los Premios Goya, que se celebró el pasado sábado 8 de febrero en Granada. El intérprete considera que fue una gala "muy emotiva", aunque con algún aspecto a mejorar, tal y como él mismo desveló este domingo.
Ante la llamativa ausencia de Penélope Cruz, aquejada por una gripe, y la de Pedro Almodóvar, quien sufrió el viernes un pequeño accidente doméstico, el glamour de Hollywood estuvo representado por Richard Gere, que recibió el Goya Internacional de manos de Antonio Banderas. Ambos mantienen una gran amistad desde hace años, algo de lo que el protagonista de El Zorro ha hablado en varias ocasiones, especialmente después de que el rostro de Pretty Woman se instalara en Madrid con su mujer, Alejandra, y sus hijos Alexander y James.
Sin embargo, la gala no solo estuvo marcada por su encuentro con Gere y la entrega de galardones, pues algunos discursos llamaron la atención por su emotividad y, por supuesto, también por su duración. Esto, al igual que buena parte de los espectadores, no gustó al actor. En sus palabras, la gala fue "muy larga".
Tras una alfombra roja que empezó a las seis de la tarde, la ceremonia comenzó poco después de las diez de la noche, y, aunque estaba previsto que durara tres horas, las zancadillas al guion llevaron a que se alargara prácticamente hasta las dos de madrugada.
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