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¿Qué pasa en realidad con María José Campanario? Aseguran que su ingreso "es más serio de lo que parece"

Preocupación en Ambiciones. Si hace unas semanas era Jesulín de Ubrique el que ingresaba en urgencias tras sufrir una angina de pecho, ahora es su mujer la que ocupa una cama en el hospital San Juan Grande de Jerez de la Frontera. María José Campanario ingresó hace unos días, tal y como ya se publicó este martes. Se desconoce el motivo de la misma pero algunos testigos ya desvelaron los primeros detalles: "Llevaba un ojo vendado y el rostro ligeramente inflamado".

Tras esta información adelanta por Semana, desde Espejo Público dieron este miércoles algún detalle como, por ejemplo, que su cuñado Víctor Janeiro "no tenía ni idea de lo que pasaba". "Ha estado dos semanas ingresada", explicó también el periodista Raúl García, quien a su vez apuntó: "La cosa es más seria de lo que parece".

"A raíz de una operación por una infección la han tenido que volver a ingresar dos semanas", explicaron sobre el nuevo ingreso que ahora hemos conocido, dejando claro además que "la preocupación es evidente".

Jesulín de Ubrique es el encargado de acompañar a su mujer en este momento delicado. El torero ha sido visto a las puertas del hospital, muy serio y cabizbajo, con una bolsa de tela que probablemente portaba enseres personales para la paciente. Hay que recordar que la odontóloga, madre de tres hijos, sufre fibromialgia, una enfermedad que le fue diagnosticada hace más de una década y que la ha obligado a ingresar en varias ocasiones. "Hay días que son muy fastidiados, es lo que tiene", relató el pasado mes de mayo. "Es muy complicado. Es una patología muy complicada. Te puede encerrar en una habitación y te puede encerrar en una cama. Es un dolor que persiste cada día, que no para cada uno de los días, y que te puede llevar a tener una depresión".

Como decíamos, este nuevo bache en la salud de Campanario llega solo un mes después de que su marido sufriera una angina de pecho. El padre de Andrea y Julia Janeiro se encontró indispuesto de madrugada por un dolor fuerte en el pecho y en la espalda: "Recuerdo que empecé a sentir un malestar general. Me encontraba fatigado, con ganas de vomitar y sentía unos fuertes pinchazos en el cuello, como si me estuviesen dando palos sin piedad. Yo pensaba que era debido a una contractura muscular, pero, a las tres y media de la mañana, los dolores comenzaron a ser cada vez más intensos. Era un dolor que no sabría describir", contó a las puertas del hospital, tras ser dado de alta. "No esperaba que pudiera pasarme algo así, me he llevado el susto más grande de mi vida".

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