El casoplón de los Alba en Marbella se alquila por 35.000 euros al mes: el nuevo negocio de la familia

La villa donde la duquesa de Alba disfrutó de sus veranos durante seis años de su vida tomará un nuevo rumbo. Sus hijos piden ahora por su alquiler 35.000 euros mensuales, lo que se traduce en medio millón de euros al año. Si el negocio sale adelante, esto alegraría notablemente sus bolsillos.

La propiedad, que figura entre la fortuna privada de Fernando Martínez de Irujo -la duquesa de Alba se la dejó en herencia en vida a él- fue el refugio de Cayetana Fitz-James Stuart y sus hijos durante los meses estivales. Es un paraíso que ofrece todo tipo de comodidades, teniendo en cuenta, además, que se encuentra en una de las ciudades preferidas de los famosos. Han sido muchos los veranos en los que se ha visto, de hecho, a Eugenia Martínez de Irujo disfrutando de este casoplón.

Ahora, según informa Semana, los Alba los han puesto en alquiler esta propiedad por valor de 35.000 euros mensuales. Y, de hecho, ya hay quien ha pagado por pasar sus vacaciones en ella. No todo el mundo puede hacer frente a esta desorbitada cifra, aunque sí quedan algunos afortunados.

La villa se construyó en el año 1963, cuando todavía vivía Luis Martínez de Irujo, el primer marido de Cayetana de Alba, y padre de sus seis hijos. Por aquel entonces, la vivienda tan solo tenía una planta, aunque con el tiempo se construyeron dos más que han hecho de ella una villa de lujo.

El otro movimiento de los Alba

Esta noticia llega poco después de conocerse que el Ayuntamiento de Madrid aprobó recientemente la petición del duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, para convertir en apartamentos turísticos los edificios de oficinas y viviendas que posee en los números 22 y 24 de la calle Princesa.

Ubicados junto a su residencia oficial, el Palacio de Liria, a dos pasos de Plaza de España, la explotación turística de estos inmuebles podría generar unos 2 millones de euros anuales, algo que ha molestado a quienes trabajan en las empresas ubicadas en dichas oficinas, pues según una inspección, no tienen permiso para ejercer su actividad. Los 66 apartamentos del aristócrata forman parte de dos edificios que se construyeron en los años 40 y que, aunque tienen un origen residencial familiar, se pensaron para alojar viviendas de alquiler.