Tremendo susto el que ha vivido este martes la familia real holandesa: la heredera, gran apasionada de los caballos, ha sufrido un accidente cuando daba clases de equitación. Amalia de Holanda ha sido trasladada de inmediato al hospital UMC Utrecht, donde será operada a lo largo de la tarde por la fractura de un brazo. No es la primera vez que la princesa sufre una caída del caballo. Hace unos años se dislocó el hombro y en otra ocasión también se torció el tobillo.

La reina Máxima recibió la noticia en el congreso de la organización MIND Us, un evento comprometido con la salud mental de los jóvenes que la mujer del rey Guillermo inauguró y al que ha asistido en el palacio del trabajo de Noordeinde. Atendía las ponencias de los asistentes cuando recibía una llamada en su teléfono móvil que ha atendido de inmediato. La reina de Holanda se levantó de la mesa con gesto visiblemente angustiado y preocupado para escuchar a su interlocutor y, tras recibir la información, abandonó el acto de inmediato.

La Casa Real no ha emitido un comunicado oficial sobre lo sucedido pero se espera que lo haga en las próximas horas para aclarar cómo se encuentra la princesa y lo que este accidente supone para los compromisos oficiales que tenía agendados estos días. El 12 de junio, por ejemplo, estaba prevista la aparición de toda la familia (los reyes y sus tres hijas) en los jardines del palacio de Huis ten Bosch para dar la bienvenida al verano con su tradicional posado: "No podemos confirmar la presencia de la princesa Amalia", han asegurado desde palacio. "En cuanto se aclaren las posibles consecuencias para las obligaciones oficiales y otros acuerdos se proporcionará más información".

La princesa Amalia es la ahijada del rey Felipe VI, que tiene una magnífica amistad con su homólogo holandés. De hecho, ambas familias están muy unidas y es evidente la complicidad y el cariño que se profesan la reina Letizia y la reina Máxima en cada uno de sus encuentros. Su relación es tan estrecha que los españoles se encargaron de recibir y proteger a la princesa Amalia hace unos años, cuando fue amenazada por la mafia y sus padres decidieron que debía abandonar el país por su seguridad.

La heredera se instaló en Madrid bajo la responsabilidad de Felipe y Letizia, que hicieron todo lo posible para garantizar su bienestar durante algo más de un año. En agradecimiento y reconocimiento a esta complicada etapa, Amalia regaló a la ciudad un jardín de tulipanes, la flor holandesa por excelencia, que inauguró hace unos meses junto al alcaide Almeida.

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