La crisis de comunicación ya es imparable. Ni siquiera las imágenes de los príncipes de Gales paseando sonrientes por una granja ecológica el pasado sábado han conseguido frenar la tormenta de rumores que planean sobre la Casa Real británica. Tampoco las declaraciones de Heidi Agan, la doble 'oficial' de Kate Middleton, asegurando que la mujer de las imágenes es realmente la esposa de Guillermo de Inglaterra y no ella. La credibilidad de Kensington Palace es nula y este martes se han traspasado todos los límites: un empleado del London Clinic, el prestigioso hospital donde fue intervenida Kate Middleton, ha intentado acceder sin permiso a los informes médicos de la princesa.
Es la última hora de este martes 19 de marzo. Según Daily Mail, la situación es grave y los responsables de la clínica han iniciado una investigación. Se habla de una sola persona responsable del atentado contra ciberseguridad del centro pero no se descarta que haya más. "Esta es una violación de seguridad importante e increíblemente dañina para el hospital, dada su reputación intachable de tratar a miembros de la Familia Real", ha dicho un responsable al citado diario. El acceso a los datos médicos de un paciente sin el consentimiento necesario es un delito penal.
El ambiente en el centro es de verdadera angustia: "Todo el personal médico quedó completamente conmocionado y estaba muy herido de que un colega de confianza pudiera haber sido supuestamente responsable de tal abuso de confianza y ética", dicen. "Todos nuestros pacientes, sin importar su estado, merecen total privacidad y confidencialidad con respecto a su información médica".
Los responsables del hospital se pusieron en contacto con Kensington Palace tan pronto como fueron informados de lo sucedido y la respuesta del palacio ha sido, cuanto menos, sorprendente: "Eso es un asunto de la clínica". Kate Middleton, que continúa recuperándose de la cirugía abdominal que le practicaron el pasado mes de enero, también ha sido informada.
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