Casas Reales

Resumen 2023: Harry, sus devastadoras memorias que retumbaron en Buckingham y esa no crisis con Meghan

Pasamos página de este año que para el príncipe Harry arrancaba en el delirio de los platos de televisión. ¿El motivo? El lanzamiento de su libro de memorias que acabó explotándole en sus propias manos. En la sombra (Spare) era una bomba de racimo. Se puso a la venta recien estrenado el año, en enero. Para entonces, ya estaba toda la maquinaria de markéting engrasada, con dos entrevistas del príncipe en TV, una en la CBS y otra en ITV. Recordamos el año más convulso del duque después del Megxit.

En esa autobiografía devastadora para su padre y su hermano, Harry reveló episodios sobre su pasado. Uno de los más siniestros, el fatal disfraz de nazi que lució en una fiesta de amigos en 2005. Harry tenía entonces 20 años. El duque desliza en sus páginas de memorias que su hermano Guillermo y Kate le habrían animado a ponerse la esvástica.

El libro Spare se convirtió en una pesadilla para el rey. El duque provocó de alguna manera a su padre, a través de esa narrativa del victimismo aireando episodios privados de la familia real. La mansión de Frogmore Cottage, en Windsor, siempre fue un quebradero de cabeza para Carlos III. Solo daba problemas. La propiedad estaba vacía, pero era un tormento. Fue la última que había sido destinada como vivienda para su hijo Harry y para Meghan Markle antes del Megxit en 2020. El polémico libro de Harry provocó un cambio de rumbo en la gestión de Frogmore. Tanto que el monarca activó la operación desalojo de la propiedad, un volantazo que fue interpretado por los medios como una venganza. Hay que situar en contexto Frogmore Cottage. La propiedad era un bastión para los Sussex, suponía su refugio cuando ellos visitaran Reino Unido. Era su residencia oficial. Por eso, su marcha también se interpretó como oficial.

Y de Windsor a Los Ángeles. Comenzó a sonar con fuerza el runrún de crisis entre Harry y Meghan. Hasta tal punto que se publicó que el príncipe había dejado la casa familiar de Montecito para instalarse en un exclusivo hotel a dos horas en coche de su mansión. Una residencia cuyos huéspedes abonan una cuota de socio de 4.000 dólares para poder tener acceso a habitación con servicio. Medios británicos vieron en este bache una estrategia tejida por los Sussex para no salir del foco de interés mediático.

La coronación de Carlos III desde la tercera fila

La primavera comenzó con la coronación de su padre, Carlos III. Un sinfín de pronósticos varios en torno a la asistencia (o no) de los duques de Sussex a la ceremonia abría las portadas de los tabloides día sí y día también. Al final, asistió el príncipe sin Meghan. El duque de Sussex fue colocado en la tercera fila de los bancos de Westminster, junto a sus primas Eugenia y Beatriz y una prima de su abuela Isabel II, Alexandra. Lejos de Harry se contraban Kate y Guillermo, que se sentaron en el front row (primera fila), como herederos. El seating que le asignaron fue interpretado como un rotundo toque de atención por parte del monarca.

También recordamos la persecución que sufrieron Harry, su esposa y su suegra, Doria Ragland. Una una traumática experiencia al ser perseguidos (literal) por un grupo de paparazzi por las calles de la ciudad de Nueva York durante más de dos horas. Este episodio nos remontó de forma irremediable al terrible accidente que sufrió la madre del príncipe, Diana de Gales, y que le costó la vida en 1997. Mismas causas y mismas circunstancias.

Las batallas legales

Y aún hay más. Las batallas legales del príncipe contra la prensa británica. Una de cal y otra de arena. Mail on Sunday Vs Harry. El príncipe perdió por lo que el juez le obligó a pagar 48.000 libras (55.000 euros) en costas por el juicio que le enfrenta a la empresa editora del rotativo, Associated Newspapers, por un artículo sobre las medidas de seguridad que el duque reclamaba para él y para su familia. Otro frente era la intrusión a la intimidad. Esta vez ganó Harry. Los periódicos hakearon su móvil entre los años 2004 y 2009 como parte de una estrategia de piratería informática para extraer datos e información sobre su intimidad. El magistrado falló así a favor del duque de Sussex y en contra de la corporación Mirror Group Newspaper.

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