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Kate Middleton se abona al traje sastre morado: su sonrisa más fresca en el post party de Carlos III

Salen a la luz detalles de la fiesta de cumpleaños de Carlos III, que este martes 14 de noviembre sopló 75 velas. Cónclave Windsor en Clarence House, en Londres. Asistieron su hijo Guillermo y su mujer, Kate, que apareció en el evento privado con un vestido de color verde agua cuajado de paillettes, de Needle & Thread, una firma de piezas ultrafemeninas. "Dressed to impress", desliza Daily Mail. Los príncipes de Gales abandonaron el palacio en su coche pasadas las once de la noche. También asistieron Zara Tindall y su marido Mike, la princesa Beatriz, hija de Andrés, entre otros invitados. El post party ha llegado para Kate en la mañana de este miércoles. La princesa tenía un acto, en solitario, al que ha acudido vestida de color morado. Una opción monocromática, de pies a cabeza, que adoraba la reina Isabel II. Kate ha presentado su campaña Shaping Us, que empezó a gestarse este año. Se trata de la piedra angular de su trabajo centrado en la infancia. A través de esta iniciativa, Kate pone en valor la importancia de la formación en los primeros años de vida de los niños.

Más detalles sobre la fiesta de cumpleaños de Carlos III. La llamada telefónica de su hijo pródigo, Harry, que vive en Montecito (Los Ángeles), con su mujer Meghan Markle y sus dos hijos, según cita el diario. La felicitación del duque fue el mejor regalo para el monarca. Así revela el rotativo que menciona fuentes de la BBC. La anécdota va más lejos, ya que el Rey también recibió la felicitación de su nuera, Meghan, según informaciones de The Sun. Esta llamada supone el primer contacto telefónico entre padre e hijo en seis meses. Atención a lo tensionada que está la relación familiar. Por cierto, que la prensa británica señala que el monarca no tiene móvil, por lo que la conversación se produjo a través de un fijo.

Hubo un cruce de contradicciones en la previa de esta fiesta de Carlos. Mientras unos medios mencionaban que Harry había reclinado viajar a Londres para tirar de las orejas a su padre, otros apuntaban que el duque no había sido invitado.

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