Industria

Altadia, el gigante de Carlyle, plantea el mayor recorte de empleo en la industria cerámica

Sede de Esmalglass, la principal empresa de Altadia, en Vila-real.

Ángel C. Álvarez
Valencia,

La sangría de empleo en la industria azulejera española, el mayor fabricante de Europa de este material, sigue sin frenarse después de dos años consecutivos con fuertes desplomes de la producción. Una crisis que tiene visos de continuar en el recién iniciado 2024, después de que Altadia, el mayor proveedor mundial de recubrimientos químicos para la cerámica, haya tenido que sumarse a los recortes.

El grupo castellonense inició la semana pasada las negociaciones en firme para acometer un fuerte ajuste de personal que afecta a sus principales empresas.
El conglomerado industrial es propiedad del fondo Carlyle, que lo adquirió a Lone Star hace dos años en una operación valorada en 1.900 millones de euros, y ha presentado expedientes de regulación de empleo (ERE) en seis de sus sociedades para reducir plantilla. Según fuentes sindicales, en total se verían afectados 285 empleos de los alrededor de 1.500 trabajadores del holding en España. El ajuste no afecta a sus factorías y filiales en los otros 18 países en que opera, con Italia y Brasil como los más destacados.

Desde el grupo con sede en Vila-real se apunta que la medida se ha puesto en marcha ante la caída de ventas y la difícil situación que atraviesa el sector en España. Un escenario en el que no se prevén signos de recuperación en los próximos doce meses, según el grupo, que pese a no concretar cifras subraya que se ha tramitado y se negociará un ERE para cada sociedad y no para el grupo en su conjunto, ya que hay otras empresas que no están afectadas.

Altadia aglutina a varios fabricantes de esmaltes, fritas, colores y tintas digitales que dan el diseño y el aspecto final a las superficies cerámicas. Nacida a partir de la antigua Esmalglass, durante las dos últimas décadas se ha convertido en el líder mundial de este sector tras la compra de otros fabricantes castellonenses, como Fritta, o de multinacionales con sede en Castellón, como la división cerámica de la estadounidense Ferro. Rebautizada como Younexa, ésta fue su última gran compra y a su vez le permitió integrar firmas como Endeka y Quimicer, adquiridas previamente por Ferro.

Según los datos hechos públicos, las más afectadas por la propuesta inicial son las heredadas de esas adquisiciones, ya que incluye al 33% de la plantilla de la valenciana Zircosil (heredada de Endeka) y el 32% de Younexa, mientras que en Esmalglass e Itaca el recorte se sitúa en el 15% y el 10%.

Los precedentes en el sector

Aunque en estos procesos lo habitual es que el número final de salidas se vea reducido, lo cierto es que el ajuste planteado es el mayor por número de afectados de los que se han realizado hasta ahora en el sector, tanto entre fabricantes azulejeros como en los proveedores esmalteros, en los dos largos años ya de crisis que atraviesa esta industria. Unos problemas que arrancaron con la fuerte subida de los costes energéticos para esta industria que depende del gas para sus hornos y que se llegaron a multiplicar por cinco con la guerra de Ucrania. A ello se ha sumado durante el último año el desplome de las ventas, con caídas de las exportaciones cercanas al 20% y la pérdida de competitividad en mercados internacionales por la subida de precios frente a países emergentes con costes energéticos inferiores.

La pérdida de rentabilidad ha multiplicado los expedientes de empleo temporales (Erte) y ya ha llevadoa cierres como los de la histórica Todagrés, que contaba con 160 trabajadores. También grandes fabricantes en manos de fondos y multinacionales, como Grupo Halcón y Saloni -propiedad de la británica Victoria, dueña también de Keraben- han recurrido a reducir plantillas mediante EREs para cerca de un centenar de trabajadores. El líder español y europeo por volumen, Pamesa, también cerró una de sus filiales atomizadoras. En el caso de las esmalteras, la filial de la italiana Colorobbia también ha aprobado otro expediente de regulación.

Rating y riesgo de deslocalización

En el caso de Altadia, el grupo ha visto como además a finales de 2023 Moody's rebajaba su rating de deuda de 'B2' a 'B3', al considerar que su ebitda de 2023 y 2024 se resentirá por la debilidad en la demanda europea ligada a la construcción. El grupo mantiene una deuda de cerca de 1.375 millones de euros, con la que financió la adquisición por parte de Carlyle. Su ebitda ajustado se situó en 181 millones de euros en los 12 meses anteriores a junio de 2023, según el informe de la entidad de calificación.

Precisamente en su informe de octubre de 2022, Moody's ya había advertido de una posible revisión de rating por le impacto de la subida del gas. Además, apuntaba la posibilidad de que el grupo dueño de empresas como Esmalglass, Itaca, Fritta, Quimicer o Endeka pueda deslocalizar producción a países donde el gas es más barato ante la menor competitividad. "Altadia tiene una huella de fabricación global y puede, en cierta medida, trasladar su producción europea, ubicada principalmente en España, a otros países con costes energéticos más bajos", señala el texto de los analistas de la agencia.

SOS del sector en Madrid

Los temores de deslocalización en el sector castellonense, donde frente al tradicional accionariado familiar local hoy es cada vez es más frecuente la presencia de fondos y multinacionales, cobran fuerza. El azulejo es la mayor industria de de Castellón y ha convertido esa provincia en una de las más industrializadas de España: el 36,6% de su PIB es industrial frente a la media española inferior al 16%.

Desde hace dos años, el sector reclama en balde al Gobierno central ayudas directas similares a las de Italia. Como ya se hizo en 2023, este miércoles la patronal autonómica CEV volverá a presentar en Madrid el Manifiesto por el mantenimiento de la economía de Castellón, que respaldan 67 entidades, desde administraciones a sindicatos, sociedad civil y la universidad. Un documento con el que todas estas asociaciones reivindican soluciones para un sector que es el gran motor económico la provincia, hasta el punto que algunos lo califican como el "monocultivo" industrial de esa zona.