Un parado tiene casi cinco veces más probabilidades de firmar un contrato temporal que uno indefinido

La reforma laboral ha tenido un impacto incuestionable en el auge de la contratación indefinida. Sin embargo, esto no se no se traslada con la misma intensidad a las probabilidades de un parado de volver a tener empleo, que siguen pasando principalmente por un contrato temporal.

Los contratos indefinidos supusieron un 44,3% de todos los contratos firmados en junio, según las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal. Si descontamos las conversiones de temporales a fijos, el peso de los iniciales se reduce al 36,31%. Aun así, sigue siendo un porcentaje que multiplica por más de seis el nivel previo a la reforma laboral.

El peso de los indefinidos iniciales empezó a crecer inmediatamente después de la aprobación de la nueva reforma laboral. Aunque desde el mes de marzo pasó a estabilizarse en un nivel entre el 35% y el 36% del total de los nuevos contratos.

Pero esta evolución no ha supuesto un incremento de las posibilidades de los desempleados de volver al empleo con un contrato indefinido. De hecho tienen casi cinco veces más posibilidades de lograrlo con uno temporal.

Así lo revelan los cálculos de Asempleo sobre la probabilidad de pasar del paro a la ocupación, a los que ha tenido acceso elEconomista. Esta estimación se realiza sobre los datos de la última Encuesta de Flujos de Población Activa, correspondiente al primer trimestre. Aunque a cierre de marzo ya se había logrado una tasa de contratos fijos iniciales similar la actual.

La temporalidad es la primera opción

Así, el análisis de la patronal de agencias de colocación y empresas de trabajo temporal sitúa que la probabilidad de un parado de firmar un contrato temporal es del 14,4%, frente al 3,1% de los contratos indefinidos. Es decir, 4,7 veces más

A ello se suma un 1,5% que podrían convertirse en autónomos, lo que muestra el escaso atractivo del emprendimiento entre los desempleados españoles. 

En total, los parados tenían en el primer trimestre un 19% de probabilidades de pasar a la ocupación, cuatro puntos menos que a cierre de 2021. Un descenso que se percibe en todas las variables, incluyendo la de la contratación indefinida, que bajó del 4,5% al 3,1%.

Pero al revisar los datos hay que tener en cuenta que el primer trimestre del año es tradicionalmente el peor para el empleo, tras el final de la campaña navideña. 

Si comparamos los datos entre enero y marzo, vemos que el arranque de 2022 se sitúa como el mejor de los últimos ejercicios, en lo que se refiere a las alternativas de los parados de encontrar empleo.

Y en el repunte sí ha influido la mejora de las perspectivas de encontrar un empleo indefinido, que en 2019 se quedaban en un 2%.

Sin embargo, las probabilidades de salir del paro con un contrato temporal han aumentado, con un 14,4% que ya es el nivel más alto en un primer trimestre desde la crisis financiera.

En otras palabras: el descenso en el número de nuevos contratos temporales tampoco se traslada a las expectativas de los desempleados.

Esto se debe a que la reforma laboral ha penalizado tanto los eventuales de muy corta duración como los de duración indeterminada, con la eliminación de los contratos por obra y servicio. Pero no aquellos a los que suelen acceder los parados, que suelen firmar contratos de duraciones ubicadas entre ambos extremos.

La incógnita de los fijos discontinuos

Estos datos no desagregan entre tipo de contratos, ya que tampoco lo hace la Estadística de Flujos de Población Activa. Por ello no es posible estimar cual es la posibilidad de firmar un contrato fijo discontinuo.

Ello pese a que desde abril se ha convertido en la modalidad más frecuente ente los contratos indefinidos iniciales. En junio ya superaron en un 20% a los indefinidos a tiempo completo.