Empleo

Los temporales suman más de la mitad de nuevo gasto en prestaciones de paro

  • El Servicio Público de Empleo considera que sus prestaciones se justifican por la "finalización de una relación de carácter temporal"
  • Los pagos reconocidos a fijos discontinuos se multiplican por 2,4 respecto a antes de la pandemia
  • Los ERTEs copan las reanudaciones de prestaciones, aunque ya de muy corta duración

Javier Esteban

La recuperación del mercado laboral en lo que va de año ha tenido impacto a la hora de reducir el número de beneficiarios de prestaciones por desempleo. Sin embargo, un análisis de los motivos que justifican su cobro revela que esto no se acompaña de una mejoría del la calidad del empleo.

En mayo de 2022 había 1,67 millones de perceptores de ayudas por desempleo, un nivel inferior a los años precedentes a la pandemia. De ellos, solo 679.236  recibía una prestación contributiva, según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal. El resto, cobraban subsidios, en su mayoría al agotar su pago.

Es decir, de los 2,9 millones de parados registrados en mayo, solo al 23,2% cobraba una prestación contributiva. El 34% percibía un subsidio y el resto nada. Aunque como el SEPE solo cuenta para la tasa de cobertura a los 2,6 millones de parados que habían trabajado antes, el porcentaje protegido se eleva al 60%.

De estos 679.236 perceptores, 295.050 tenían derecho a ella por la finalización de un contrato temporal. Suponen un 43% del total. Por su parte, otro 37% correspondían a despidos.

El reparto de este 'stock' de prestaciones es similar a las del mismo mes de los años precedentes a la pandemia. De hecho, el número de prestaciones por despidos colectivos contrasta con el apenas residual registro de prestaciones por ERTE, comparado con los de los últimos dos años.

Sin embargo, esta 'foto fija' no es fiable por sí sola. En los cinco primeros meses del año se registraron 715.134 nuevas altas de inscripción y 1,8 millones de renovaciones. Esto da una idea de la elevada rotación de las prestaciones, a la que contribuye la menor duración de los contratos temporales

Los fijos discontinuos son temporales para el SEPE

La cifra de nuevas altas por prestación es  inferior a la de 2020 y 2021, marcados por la crisis provocada por el Covid 19. Pero que supera a la de los años anteriores. De hecho, hay que remontarse a 2013 para encontrar un dato más alto

La razón principal que las justifica en el 52,8% de los nuevos pagos, es la extinción de un contrato temporal

Aunque el porcentaje sobre el total se ha reducido respecto a los años anteriores, hay que tener en cuenta que esto se debe al desproporcionado peso de los Ertes.

Efectivamente, las suspensiones y reducciones de contrato siguen sumando un 16% de las nuevas altas, una ponderación inédita desde 2011.  Pero los Ertes no son extinciones de empleo.

Si nos atenemos a ellas y comparamos las cifras en lugar de los porcentajes, observamos que el número de prestaciones por fin de un contrato temporal hasta mayo se situó en 377.806, una cifra similar a la de 2019 (378.782) que, a su vez ya había sido la más elevada desde 2009. 

Ello pese a que la reforma laboral ha disparado los contratos indefinidos. Pero en en este sentido, los datos de prestaciones encierran otra sorpresa: el SEPE englobando a los fijos discontinuos como temporales a efectos de prestaciones, ya que su causa de derecho es la "finalización de la relación de carácter temporal".

Esto contradice el discurso del Gobierno, que mantiene que los fijos discontinuos son trabajadores indefinidos, pese a mantener largos periodos de inactividad. De esta forma no aparecen en ninguna de las estadísticas de temporalidad.  

A pesar de ello, los datos del SEPE dejan claro que las casi 378.000 altas de perstación procedentes de contratos temporales recogen a 72.846 fijos discontinuos, que llegan a un 20% del total de eventuales. En 2019 apenas aportaban el 8%.

En términos absolutos, la cifra de altas de prestación de fijos discontinuos se ha multiplicado por 2,4 veces respecto a las 29.813 anotadas en los cinco primeros meses de 2019, pero también respecto al nivel registrado en los años anteriores.   

Los ERTEs copan las reanudaciones

En lo que se refiere a los 1,8 millones de reanudaciones de prestación, la razón principal es el millón de prestaciones reconocidas a afectados por ERTE, ya que el resto de categorías ha descendido respecto a los niveles previos a la pandemia.  

En este sentido, llama la atención la elevada diferencia entre el 'stock' de prestaciones en mayo y las altas y renovaciones. Algo que solo se podría explicar por la escasa duración de las prestaciones asociadas a los ERTEs. Ello pese a que la mayoría de las altas son suspensiones de empleo y no reducciones de jornada.