Elecciones Estados Unidos 2016
El 'efecto Trump': más 'números rojos' y retraso del alza de tipos
- El controvertido programa del republicano añadiría 7 billones de dólares a la deuda pública en 10 años
José Luis de Haro
Si el próximo miércoles 9 de noviembre las urnas dieran la victoria al polémico candidato republicano, Donald Trump, la tensión invadirá las mesas de inversión, los mercados y Gobiernos de medio mundo. Los analistas calculan que abocaría a una revisión del calendario de la Fed, que optaría por retrasar el alza de tipos, con impacto alcista en la inflación, y que engrosaría la deuda y el déficit durante la próxima década.
"Una victoria de Trump pillará a los mercados por sorpresa, creará incertidumbre y probablemente pondrá a la renta variable bajo presión", apunta Stefan Kreuzkamp, director de inversiones de Deutsche Asset Management. "Los diferenciales de crédito se ampliarán y, en el caso de los bonos del Tesoro, esperamos una caída en la rentabilidad, reflejando así un panorama económico mucho más turbio", añade.
Las dudas sobre su programa y los cambios que se avecinan, tanto en la diplomacia como en la economía, pondrán en jaque a más de uno. Entre ellos, a Janet Yellen, la presidenta de la Fed, a quien Trump acusa de politizar sus decisiones y generar una burbuja. El candidato ya ha dejado claro su deseo de reemplazarla, lo que apunta a un sucesor con una actitud monetaria más restrictiva.
"Una presidencia de Trump pospondría el alza de tipos de interés prevista para el 14 de diciembre, ya que la Fed necesitaría evaluar lo que la nueva situación política implica para sus perspectivas económicas, lo que podría posponer un alza hasta marzo del año que viene o más allá", considera George Goncalves, estratega de Nomura en Nueva York. Retrasar de nuevo la subida al tiempo que se implementan medidas que potenciarán la inflación, como las rebajas fiscales o la creación de empleos derivada de la inversión en infraestructuras, disparará los precios obligando a la Fed a endurecer su política de forma más brusca de lo previsto, algo que generará tensiones en los mercados.
Un estímulo que dinamitaría déficit y deuda
A medio plazo numerosos factores de su programa económico ensombrecerían las perspectivas de la Fed ya que se proyecta un aumento del déficit público derivado principalmente de dos focos: su plan de inversiones en infraestructuras de 500.000 millones de dólares para los próximos cinco años y las rebajas fiscales no financiadas por un alza de los ingresos. Según Frank Sammartino, del Tax Policy Center, la idea de Trump de bajar el Impuesto sobre la Renta a todos, pero sobre todo a las rentas más altas, tanto en dólares como en porcentaje, reducirá los ingresos a las arcas públicas en 6,2 billones de dólares durante los próximos 10 años. "Su plan mejorará los incentivos para invertir, comprar y ahorrar, pero si no se complementan con grandes recortes de gasto podría aumentar la deuda nacional en 7 billones de dólares en la próxima década", matiza.
Desde Citi, su analista Malcolm Spittler aclara en un infome que "las rebajas fiscales sin un plan de reforma a largo plazo de las prestaciones sociales chocan con la sostenibilidad de la deuda, aunque podrían fortalecer el crecimiento durante periodos cortos de tiempo".
Así, la consultora Oxford Economics calcula que si todas las medidas de Trump llegasen a activarse, la economía estadounidense borraría alrededor de un billón de dólares en los próximos cinco años.
Rebajas que aplauden las multinacionales
La intención de Trump de bajar el Impuesto de Sociedades del 35 al 15 por ciento seduce a multinacionales y operadores. "Elevará las inversiones y fomentará la repatriación de beneficios", estima Alan Valdes, socio y director de SiverBear Capital en la Bolsa de Nueva York.. Para los expertos de Lombard Odier, supondría buenos augurios para las grandes farmacéuticas, gracias a la derogación de Obamacare, y para los títulos financieros, ya que el empresario intentará desmantelar la reforma financiera Dodd-Frank.
Las empresas del sector de materiales también se verán beneficiadas por la imposición de aranceles al acero chino y la inversión en infraestructuras. Un impulso cuyo efecto llegará a las empresas de energía tradicionales, ya que la Administración Trump respaldaría la producción de energía y la liberalización de exportaciones mientras que las tecnológicas se subirían al carro gracias a la oferta de amnistías fiscales para la repatriación de beneficios obtenidos en el extranjero.
Revisión de alianzas
Trump no sólo sufrirá la presión de los mercados, sino también de sus homólogos extranjeros. Ha cuestionado las alianzas en materia de defensa con Corea del Sur, Japón y países de la OTAN. Amenazas en materia de seguridad a un lado, la comunidad internacional buscará respuestas inmediatas en materia de cooperación y cohesión tanto a nivel político como económico. El diálogo estratégico entre Washington y Pekín cambiaría de rumbo mientras que las sanciones europeas a Rusia, que expiran el 31 de enero de 2017, probablemente tendrán diferentes implicaciones, dada la intención de Trump de limar asperezas con Vladimir Putin.
México, la 'zona cero'
En el plano internacional, impactaría de lleno su política comercial, donde se concentran las propuestas más radicales. El multimillonario empresario revisaría las relaciones comerciales con México y China en busca de la aplicación de aranceles sobre las importaciones del 35 y del 45 por ciento, respectivamente. Pekín podría contraatacar poniendo fin a su intervención en los mercados cambiarios, lo que impactaría en otros mercados emergentes mientras que los expertos tachan a México como la zona cero de las políticas de Trump, no sólo en materia comercial sino también migratoria, con la promesa de construir un muro en la frontera y deportar a millones de ilegales, algo que afectaría a otros países latinoamericanos. "La reacción inicial de México forzaría a su banco central a subir los tipos entre 100 y 200 puntos básicos en un periodo relativamente corto de tiempo para frenar la primera oleada de flujos de capital adversos", según un estudio de Mario Robles, estratega de Nomura, donde advierte de un alza del riesgo financiero y estructural a medida que la relación entre ambos países cambia de forma radical. Un contexto que se contagiaría a otros mercados, como el brasileño, que es un importante canal de transmisión financiero para toda la región.
Con vistas en 2020
En clave doméstica, la victoria de Trump supondría un importante problema para su contrincante, Hillary Clinton. El empresario prometió que haría todo lo posible por meter en la cárcel a su oponente demócrata. A poco más de una semana de la jornada electoral, el FBI anunció la aparición de nuevos correos electrónicos en relación al caso del uso de un servidor privado por parte de la demócrata durante su periplo en el Departamento de Estado.
Una derrota de la exsenadora tendría serias consecuencias para su partido, que tendrá que buscar a su próximo delfín en un momento en que sólo se han visto relativamente motivados por las ideas progresistas del senador de Vermont, Bernie Sanders. Dado que Obama ha ocupado la Presidencia desde 2009 y Clinton se postuló como la candidata favorita del partido, los demócratas no cuentan con muchas opciones para plantar cara a los republicanos en las elecciones presidenciales de 2020.