Economía

El BCE prepara un paquete de medidas de estímulo que incluiría bajadas de tipos y compras de deuda soberana

    Ollie Rehn. <i>Foto: Reuters</i>

    Víctor Blanco Moro, elEconomista.es

    El gobernador del Banco de Finlandia y excomisario de Asuntos Económicos de la UE, Olli Rehn, ha asegurado este jueves que el Banco Central Europeo tiene preparado un paquete de medidas de estímulo para calmar a los inversores ante la ralentización de la economía global. Entre las medidas se incluiría el recorte de tipos de interés y compras de deuda "sustanciales y suficientes", según informa The Wall Street Journal.

    Rehn, miembro del consejo de gobierno del BCE, alega que un conjunto de medidas "tiene un impacto mayor que una secuencia de medidas a lo largo del tiempo", por las sinergias que generan las diversas iniciativas.

    Entre las cuestiones reseñadas por el excomisario está la posibilidad de que el BCE modifique su regla de compra de deuda soberana de países de la eurozona, permitiendo que adquiera más del 33% de la deuda de cada estado.

    Por otra parte, Rehn ha sugerido la posibilidad de que el BCE introduzca un sistema de depósitos escalonado, de forma que sólo una parte de los depósitos bancarios estén sujetos a tipos de interés negativos. A ello se sumaría el aliviar los términos de los nuevos préstamos a largo plazo, todo ello destinado a que los bancos no estén sometidos a tanta presión como lo están actualmente.

    Además, ha confirmado que la institución no descarta comprar acciones bajo el programa del QE, algo que nunca ha hecho el organismo, que seguiría los pasos del Banco de Japón, que empezó a adquirir estos títulos en diciembre del 2010. Sobre las compras de renta variable, el banquero central reconoció que "no lo descartan", pero matizó que es una cuestión que dependerá de lo que decida todo el equipo del BCE.

    Así, Rehn considera que se podría hacer frente al miedo de los mercados ante "un cierto debilitamiento de las perspectivas económicas de Europa para el próximo par de meses", lo que justificaría "tomar mayores medidas en política monetaria, como pretendemos hacer en septiembre".

    Todo ello lo tendrá que aprobar el Banco Central Europeo en su reunión de septiembre. Estas podrían ser las últimas decisiones de calado de un BCE con Mario Draghi al frente, ya que termina su mandato el próximo 31 de octubre, cuando será sustituido por la exdirectora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.

    De hecho, el propio Draghi ya adelantó en la pasada reunión del organismo el 25 de julio que la entidad prepara nuevos estímulos para apoyar a la economía europea, por los síntomas de desaceleración y la amenaza externa que está viviendo la región. El italiano confirmaba la dirección en la que se va a mover el BCE y señalaba que el organismo estaba muy preocupado por la debilidad que estaba mostrando la inflación, con el indicador de expectativas cerca de mínimos históricos. "No nos gusta nada lo que vemos cuando analizamos la inflación, ni las expectativas de inflación", explicó entonces el italiano, y abrió la puerta a bajar los tipos de interés y también a recuperar el programa de compras de deuda (QE).