Capital Riesgo

Los fondos soberanos expanden su huella en empresas estratégicas


Cristian Reche
Madrid,

QIA, PIF, EIA, ICD, ADQ o ADIA. Tras estas siglas están algunos de los gobiernos más ricos de Oriente Medio. Se trata de sus fondos soberanos, aquellos que en los últimos años han proliferado en buena parte de las grandes empresas españolas y también en otros negocios más exóticos, como los clubes de fútbol, grupos hoteleros o startups. Pero en las últimas semanas, una serie de batería de operaciones sucedidas casi de manera continuada han puesto de manifiesto cómo estos brazos inversores con bolsillos de oro no pierden de vista las infraestructuras críticas de Europa y, por supuesto, también España.

Así, Adnoc (Abu Dhabi National Oil Company), compañía estatal de petróleo y gas que ha estado diversificando sus inversiones y operaciones en los últimos años, ha firmado una operación récord por la química alemana Covestro por 14.000 millones de euros. El acuerdo valora a la compañía en 62 euros por acción, si bien depende de que el productor de petróleo de Abu Dhabi reciba al menos el 50% más una acción en su oferta pública de adquisición (opa). El precio representa una prima de aproximadamente el 11% con respecto al precio de cierre del pasado lunes.

Mientras, en España, Masdar, dependiente del Gobierno de Abu Dhabi, ha desembolsado en dos operaciones distintas más de 2.000 millones de euros. La primera se firmó por una 'megacartera' solar de Endesa, denominada proyecto Ra, por 817 millones de euros. La segunda transacción, que llegó apenas unas semanas después, fue la compra del grupo de renovables de Brookfield, Saeta Yield, por 1.200 millones de euros. Justo esta misma semana, Masdar ha completado también la adquisición de una participación del 50% en la estadounidense Terra-Gen Power Holdings II de Energy Capital Partners (ECP), una compañía con presencia en Texas y California que tiene una potencia operativa bruta de 3,8 GW de proyectos eólicos, solares y de almacenamiento de baterías.

Ignacio Hornedo, socio de Mercantil y M&A de A&O Shearman, explica que "la transición energética y la necesidad de posicionarse para una economía más descarbonizada es el driver principal. Europa -y España muy en particular- es una jurisdicción amiga y razonablemente segura, especialmente para fondos soberanos árabes. Sus estrategias son a largo a plazo, más incluso que el tradicional fondo de infraestructuras con bajos costes de capital. Eso les permite ser más atrevidos a la hora de valorar activos en procesos competidos". Hornedo añade que "desde el punto de vista del M&A, su influencia en el mercado es importantísima y son candidatos siempre temidos (o deseados, según la posición en la que estés) en cualquier proceso organizado de venta de activos".

Por su parte, Miguel Tiana, director general de COFIDES, afirma que los fondos soberanos "están en condiciones de desempeñar un papel protagonista para apoyar retos globales como los vinculados a la transición verde y digital de la economía". Sobre sus características, Tiana añade que "desarrollan sus estrategias de inversión con un enfoque de medio y largo plazo. Por tanto, es habitual que este tipo de inversores mantengan sus inversiones durante plazos significativamente más dilatados que los de las gestoras de private equity".

Todas estas grandes operaciones están siendo analizadas por distintos organismos con cada vez más atención desde Occidente. Y es que desde los casi 90.000 millones de dólares que los fondos árabes invirtieron en el año 2022 en todo el mundo, estas entidades gastaron en inversiones 52.000 millones entre Europa y Norteamérica, de acuerdo a datos de la consultora Global SWF. La tendencia sigue en aumento. En los nueve primeros meses de 2024, los inversores soberanos del Golfo invirtieron 55.000 millones de dólares en 126 operaciones diferentes. Esto representa el 40% de todas las operaciones realizadas por estos inversores a nivel mundial, el mismo nivel que en 2023 y una cifra mucho más elevada que en años anteriores.

No hay que olvidar que buena parte de estas inversiones se realizan de manera indirecta, es decir, a través de gestoras de las que tienen una significativa participación. Para muestra, la entrada de Mubadala en la gestora Fortress, que se ha autorizado este año después de una revisión exhaustiva y posterior aprobación del Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS).

El Ministerio de Economía cifra que España experimentó en 2022 niveles récord de actividad de fondos soberanos durante 2022 y la primera mitad de 2023, en un contexto de incertidumbre económica, geopolítica y social.

En lo que va de año, estos fondos han protagonizado distintos intentos por aumentar su huella en el selectivo club del Ibex 35. Sin ser estrictamente un fondo soberano, la eléctrica emiratí Taqa, participada por Abu Dhabi Power Corporation (ADPower), ha probado suerte sin éxito para tomar una participación significativa en Naturgy, mientras que PIF, el fondo soberano de Arabia Saudí, sí ha se ha hecho con el 10% en Telefónica a través de STC.

La histórica estrategia de diversificar inversiones millonarias

El goteo de inversiones de los fondos soberanos en Occidente ha llegado a todo tipo de negocios. En este sentido, Catar ha sido uno de los países más activos a través de QIA, que responde a las siglas de Qatar Investment Qatar Investments Authority). El brazo inversor del Emirato ha explorado todo tipo de opciones, como el club de fútbol PSG. En España, el país árabe se ha interesado por el mundo del deporte con su aterrizaje a través de Qatar Sports Investments (QSI) en World Padel Tour (WPT) en un acuerdo histórico. El pacto alcanzado con Damm permite al país dominar la competición profesional de este deporte y unificarla en un solo circuito mundial.

También Abu Dhabi, con ADIA (Abu Dhabi Investment Authority) se ha inclinado por negocios más exóticos, como el mundo hotelero. Así, en 2023 cerró la compra de 17 hoteles gestionados por Meliá Hotels International tras una oferta inicial cercana a los 700 millones de euros.

GIC (Government of Singapore Investment Corporation), por su parte, se ha inclinado por estas opciones, como prueba la inversión de 1.500 millones en vivienda en España o la adquisición del 35% de Hotel Investment Partners (HIP), una cadena hotelera propiedad de Blackstone y que en su origen fue una filial hotelera de Banco Sabadell. La operación estuvo valorada en 1.400 millones de euros. Este fondo se ha atrevido incluso con el sector tecnológico español, con la inversión en la empresa barcelonesa Factorial, 'start-up' especializada en un 'software' de recursos humanos para pymes, en una operación con el fondo británico Atomico y qotros inversores como Tiger Global, CRV, K-Fund y Creandum.