Banca y finanzas
Las palancas del Sabadell: apostar por negocios más rentables con afinados modelos de riesgo, vincular al cliente y ligar el 'bonus' al dividendo
- El banco promete 6.300 millones a los accionistas en tres años y elevar la rentabilidad al 16%
- Ambiciona ganar cuota en créditos al consumo, financiación de empresas y en seguros
- Ultima nuevas ofensivas en tarjetas y TPVs, banca corporativa y de inversiones
Eva Contreras
La cúpula de Banco Sabadell ha puesto sobre la mesa de sus accionistas una buena colección de promesas y números para que se lo piensen mucho antes de entregar sus llaves a BBVA. Los grandes mensajes son que destinará 6.300 millones de euros entre 2025 y 2027 a remunerar al inversor -equivalente a más del 40% de su actual valor bursátil- y que, al término del nuevo plan estratégico, seguirá premiando su fidelidad porque continuará creciendo con rentabilidad, aunque enajene TSB, filial que construye casi el 20% del balance. Para entonces, espera ganar 1.600 millones y que la rentabilidad haya escalado al 16% desde el 14% de base de partida.
El objetivo de resultados rebasa las proyecciones del mercado. El consenso de analistas de Bloomberg da 1.500 millones al grupo sin TSB para 2026 -no hay estimaciones para 2027- y eleva a 1.785 millones la cuenta con el británico todavía bajo su perímetro. El correspondiente a FactSet pronostica beneficios de 1.750 millones y 1.803 millones para 2026 y 2027, respectivamente, igualmente sin segregar la filial que ha acordado vender al Santander. Por poner alguna dimensión a ambos escenarios a foto actual, Sabadell ganó 975 millones entre los pasados meses de enero y junio, un 23,3% más, con TSB y la cifra sería de 806 millones sin su contribución.
Dividendos por 6.300 millones
Las grandes incógnitas que suscitan sus compromisos son cómo de sostenible son los dividendos y qué hay detrás de las proyecciones de resultados. La remuneración comprometida durante el trienio incluye el pago extraordinario de 2.500 millones que extenderá con cargo al talón que ingrese por TSB, pero Sabadell garantiza para el trienio un dividendo en efectivo creciente año sobre año porque seguirá distribuyendo el 60% de todo lo que gane.
Se irá, por tanto, a la horquilla alta del pay out 40-60% establecido como política de remuneración al inversor. Mantiene intacto a la vez el compromiso de repartir toda la solvencia que acumule por encima del 13% CET1 y, según sus números, tiene capacidad para generar capital y distribuirlo a un promedio anual de 175 puntos básicos de forma recurrente. Entre 2021 y 2024, pasó de generar 35 puntos a 210, aunque la desinversión en Reino Unido originará de un plumazo 400 puntos extras que aprovechará en gran parte para el macrodividendo. Otra parte podría quedar en balance y apalancar el crecimiento.
Al final, la solvencia se genera con los resultados y surte la gasolina para crecer vía concesión de financiación a clientes cuyos rendimientos futuros retroalimentarán las siguientes cuentas. Y es ahí donde el vallesano cimentará sus objetivos financieros: ambiciona espolear la actividad de seguros con su aliado estratégico Zurich, la gestión de activos con Amundi y crecer "muy por encima del mercado" en crédito al consumo y en la financiación a autónomos, pymes y negocios, que son los que mayor margen dejan a cambio de asumir también riesgos superiores. En hipotecas se conforma con seguir al mercado cuando, precisamente, la contienda ha llevado los precios a un nivel que algunos grandes jugadores, que ya se han orillado en cierta manera de esta "guerra", tildan de excesivos.
Al detallar la nueva hoja de ruta, el consejero delegado del banco, César González-Bueno, y el director financiero, Sergio Palavecino, explicaron que la entidad ha puesto las bases en los últimos años para poder atacar ahora con mayor decisión todos esos nichos de negocios. Pero la transformación que inició en 2021, después de un 2020 con la rentabilidad hundida en el 0%, se encontraría aún inacabada y desvelaron que en fábricas ultiman proyectos y desarrollos para reforzar su posicionamiento en el negocio de pagos (tarjetas y TPVs) y banca corporativa y de inversión, igualmente más lucrativos que las hipotecas.
Ahora bien, ¿cómo se conjuga acelerar la máquina en negocios de mayor riesgo y que, por tanto, consumen mayor capital con la visión de rentabilizarlos mejor para elevar la cuenta y remunerar al inversor? En un "destape" poco usual de la cocina más interna compartieron que han afinado los modelos de riesgos y los procesos en todas las carteras de crédito para prestar más, incluso compitiendo en precios, sacando mejores márgenes. La estrategia incluye el refuerzo de los equipos de especialistas para afinar mejor el éxito de las ofensivas, también en riesgos. Valiéndose de la tecnología quieren entregar trajes a medida en precios e involucrarán directamente a los gestores que hacen el negocio en la consecución de los objetivos ligando el bonus casi al dividendo.
Si en 2021, los incentivos estaban vinculados a los ingresos como prioridad estratégica frente a otras métricas como el riesgo o el consumo de capital, y hasta 2024 se primó la rentabilidad, ahora el foco para el bonus será "crear valor". Es decir, los gestores buscarán generar más ingresos, con menos gastos, menos pérdidas esperadas e inferior coste de capital: crecer, en la práctica, con rentabilidad y preservar la solvencia con la que se premia al accionista. González-Bueno precisó que se tendrá también en cuenta la satisfacción y fidelidad del cliente, que con el nuevo plan buscarán captar cada vez más de perfil digital.
Para arañar cuota de mercado normalmente se sacrifica margen porque hay que competir con mejores precios, o se asume un mayor riesgo de impago. "Vamos a crecer con prudencia, vamos a ganar una cuota de mercado moderada, pero lo haremos de forma que genere valor", garantizó el consejero delegado.
Bajar precios sin incurrir en riesgos
Para ilustrar esta aseveración compartió sus expectativas en microempresas tras los desarrollos acometidos en sus procesos de riesgos. En 2023, este tipo de negocios representaban el 3% del libro de crédito y consumía el 22% del coste del riesgo. Con las revisiones introducidas espera que dicho consumo caiga al 14% en 2027 para ese mismo 3% de financiación del total de la cartera. "Incluso hoy tiene un RaRoC (rendimiento ajustado al riesgo de capital) positivo, pero muy bajo. Para entonces, tendrá un RaRoC atractivo basado en esta clara mejora del riesgo", sostuvo.
Los cambios introducidos en esos modelos de gestión de riesgos, y siempre según compartió, han reducido un 60% la probabilidad de impagos en el crédito al consumo, un 57% en autónomos, el 36% en pymes, el 68% en banca de inversión y corporativa, el 43% en hipotecas y un 48% en esos negocios con menos de 2 millones de facturación.
Un menor riesgo permite atacar con más intensidad compitiendo con mejores precios. "Por eso nuestra proyección de un coste del riesgo de 40 puntos básicos hacia 2027 es absolutamente razonable, ya que todas las carteras están mejorando progresivamente a diferentes velocidades, dependiendo de la duración de cada producto", agregó. En crédito al consumo desveló que entre 2021 y 2024 la nueva concesión se ha multiplicado por 1,6 veces bajando el precio y ensanchando su margen a la vez porque se ha desplomado el coste de riesgo gracias a la gestión afinada.
Para aprovechar al máximo este conocimiento, el banco podrá mejor foco en lo que ya tiene dentro. "Nos centramos menos en la captación de nuevos clientes y más en aumentar la cuota de cartera de nuestros clientes", descubrió, poniendo esta vez de ejemplo las pymes donde Sabadell trabaja con el 50% y solo tiene el 16% de su financiación total.
La clave descansa, a larga, en ganar cuota de mercado en negocios rentables sobre un sector combativo, aunque la batalla decisiva será persuadir frente al canje de BBVA a un inversor particular, sensible al macrodividendo, e institucional, especializado en evaluar la credibilidad de los objetivos financieros.