El crédito a empresas sufre un mayor encarecimiento que a los particulares
- La TAE sube un 264% en grandes operaciones corporativas frente al 143% en préstamo para vivienda
Eva Contreras
El aumento por parte del Banco Central Europeo (BCE) de los tipos de interés desde el 0 al 3,5% para meter en cintura la inflación y evitar, con su corrección, graves daños a la economía provoca que la financiación se resienta. El crédito se ha encarecido de manera abrupta y con especial intensidad en las empresas: el precio medio en operaciones por cuantías superiores al millón de euros se ha disparado un 263,39% entre diciembre de 2021, cuando el euríbor estaba en el -0,502%, y febrero pasado, cuando cerró en el 3,53% (su TAE escaló en paralelo desde el 1,12% al 4,07%).
En transacciones por cuantías de entre 250.000 euros y el millón de euros ha subido un 197,16% (la TAE pasa del 1,41 al 4,19%) frente al 143,33% experimentado por las hipotecas (su interés avanza del 1,5 al 3,65%). Solo los préstamos corporativos inferiores a los 250.000 euros, asociados normalmente a pymes y autónomos, encajan un encarecimiento inferior, pero también avanzan un 113,91% y llegan al 4,92% TAE.
Bajo estas condiciones, la financiación mostró en febrero síntomas de debilidad y se hundió un 15,88% interanual, con 30.206 millones concedidos a familias y empresas, la menor cuantía mensual desde agosto de 2021. Su caída se explica íntegramente en un retroceso del 17,51% en hipotecas y del 37,78% en grandes préstamos a empresas.
La banca niega un cerrojazo del crédito y atribuyen el desplome a que la demanda escasea. Sin embargo, desde las pymes denuncian un endurecimiento generalizado y restricciones en negocios tocados desde la pandemia del Covid-19 mientras que otros operadores acusan dificultades extremas para empresas a la hora de lograr financiación en reestructuraciones y refinanciaciones de deuda (ver noticia adjunta) o, incluso, en nuevas operaciones por penalizaciones del régimen de provisiones.
El envés a esas dificultades es que al buen cliente se lo subastan las entidades con ofertas inferiores, incluso, al euríbor. La banca mediana ha abierto guerra en captación y pugna con todos los grandes por el usuario más solvente.
"El crédito estaba estancado, incluso, cuando las condiciones de tipos de interés eran mucho más favorables. España venía de un fuerte proceso de desapalancamiento (reducción de deuda)", recuerda el director de Estudios Financieros de Funcas, Santiago Carbó, convencido de que "el problema, hasta ahora, ha sido más de demanda que de oferta".
No son a coste cero
Según el experto, este año será de "asunción de la normalización financiera" al dejarse atrás la anómala etapa de tipos negativos. "Esto implica asumir que los créditos no son a coste cero y que el dinero a plazo tiene un coste. Dos generaciones que se han incorporado al mercado de trabajo y empresarial han vivido con tipos negativos y ahora, en seis meses, todo ha cambiado. Pero, en términos históricos, los tipos de interés siguen siendo bajos", agrega.
Para el socio director del Área de Banca de Analistas Financieros Internacionales (AFI), Esteban Sánchez, es "lógico" que familias y empresas, "restrinjan sus solicitudes" en el actual "clima de incertidumbre" con la alta inflación y tipos, y que "las políticas de riesgo de las entidades también se ajusten" dando condiciones financieras "un poquito más duras" porque deben recoger un coste de producción encarecido en todos sus ingredientes.
"Cuando los tipos suben, el tipo de interés de base o de mercado sube, los gastos de explotación han subido también por el efecto inflación, la pérdida esperada sube por el efecto incertidumbre y el coste de capital también ha subido. Es decir: el tipo de interés que se ofrece desde las entidades a familias y empresas lógicamente tiene que ser más alto. Y esto es lo mismo en cualquier industria. Si fuera una panadería y los materiales con los que hace las barras de pan suben, pues evidentemente la barra de pan sube, o en un coche, si los factores utilizados para su producción se encarecen, pues el coche lógicamente tiene que subir", ilustra.
Los expertos reparan, en todo caso, que la TAE de los créditos no ha recogido íntegramente los 4 puntos porcentuales de avance en el euríbor (escaló desde el -0,5% al 3,6%) por el interés de la banca en rentabilizar su liquidez, porque "su negocio es dar préstamos" y porque la propia caída del volumen de negocio alienta una pelea por el buen cliente. En hipotecas, infiere el socio de AFI, no se observan deterioros en las garantías que suponen los inmuebles y se trata además de un producto de captación robusto porque "va asociado a una vinculación o una venta cruzada importante", vía seguros, fondos de pensiones, etc, lo que permite mantener una oferta competitiva.
A eso se añade que hay clientes que han pasado de soportar intereses mínimos a pagar un 3 ó 4% y podrían estar dispuestos a escuchar ofertas. "Esto hace que unas entidades puedan dirigir ofertas de robo de clientes y otras entidades, para proteger esas hipotecas, se contengan en los tipos de interés", agrega y repara que, cuando el mercado cae mucho como ahora, quien pide financiación es un "cliente de calidad, que tiene una pérdida esperada menor y también puede optar a un precio mejor". Todo esto explicaría la traslación más lenta del euríbor a los préstamos para compra de vivienda.
Pero ¿qué está detrás del mayor encarecimiento en la financiación para empresas? Volviendo a la comparativa entre diciembre de 2021 y el pasado mes de febrero, la TAE de las hipotecas ha engordado en 2,15 puntos porcentuales mientras que en empresas ese margen crece entre 2,62 puntos y 2,95 puntos, en función del importe solicitado.
La emisión de deuda es cara
Un factor que afectaría a ese auge es que ha minorado la competencia de los mercados de capitales. Antes, las grandes corporaciones colocaban deuda a precios mínimos, obligando a la banca a bajar sus ofertas y la subida de tipos trunca ese escenario. "Hoy si salen a emitir, a financiarse a los mercados, verán que sus precios han subido mucho, y la banca tiene que ajustar. No va a dar los mismos tipos que el mercado porque entonces acudirían a financiarte a través de bonos o pagarés, debe hacerlo más barato, pero también ajustan sus precios porque financiar le cuesta más", infiere el experto de AFI.
A futuro, muchos servicios de estudios esperan que los tipos y el euríbor se estabilice o, incluso, baje si el BCE sofoca la inflación, lo que podría alentar una oferta más agresiva. "Es una cuestión de oferta y demanda. Cuando la política monetaria se estabilice, los tipos también lo harán. Es posible que, incluso, si es preciso, acaben bajando, aunque probablemente esto no ocurra antes de 2024. En todo caso, no van a volver en absoluto a donde estaban. Se estabilizarán en un nivel positivo y significativo", augura el director de Estudios Financieros de Funcas.
Otros expertos son pesimistas y creen que los costes escalarán aún por las tensiones derivadas de las crisis de Silicon Valley Bank y Credit Suisse y las normativas prudenciales de la banca. Por sectores económicos, las pymes son el eslabón vulnerable según los expertos, junto a los hogares de menores ingresos.
Víctor Delgado, secretario general de la Asociación Española Multisectorial de Microempresas (AEMME), comparte que el pequeño tejido empresarial "está notando en los últimos meses que hay una retención clara" porque se ha encarecido los precios y se limita la cuantía a conceder.
"Cada vez más, el pequeño empresario está cogiendo más miedo a solicitar financiación porque saben que se la van a denegar o que no van a poder llegar a ese importe total que precisa. Y, al mismo tiempo, las entidades realizan más análisis en sus departamentos de riesgos a la hora de facilitar crédito", relata.
Reconoce que la situación actual en nada se asemeja a la restricción de las crisis previas, pero lamenta las limitaciones que tropiezan negocios que no han podido recuperarse por completo de la situación vivida con el Covid. "Al que está en una situación crítica le están ayudando poco, se centran más en empresas de nueva creación", critica y desliza que hay más facilidades a "todo lo que suene a innovación, tecnología, a transformación digital, internacionalización o a economía social".