Status

Un bastión de cocina creativa en un entorno sencillo y sin artificios

EE

En una calle cualquiera de Zaragoza, alejada de la imponente basílica o de la zona céntrica y más comercial, se encuentra este restaurante que constituye toda una sorpresa. Un entorno sencillísimo y dos comedores ajenos a cualquier lujo acogen uno de los centros gastronómicos más importantes de la comarca.

Mesas vestidas sin pompa pero con gestos de conocedores, como los cuchillos de Laguiole, junto a multitud de detalles que desgrana David Pérez, propietario y responsable de la sala, asombran en un primer momento al cliente. Un servicio sin artificios -el lugar no da para más- pero desbordante de pormenores logra que el comensal se sienta agasajado y da la medida de la altura del local: panes hechos en la casa (6-8 variedades), la cerveza aragonesa Ámbar 1900 que sólo se hace en otoño como antiguamente, emplatado previo si se pretende compartir algún plato, carta de postres, de infusiones y hasta de gintonics?

Una perfecta infraestructura para acompañar el auténtico tesoro de esta casa: su cocina. La chef Marisa Barberán, mujer de Pérez y poseedora de una estrella Michelín, hace una culinaria sorprendentemente moderna, con incursiones frescas y certeras en la vanguardia, que, sin embargo, no oscurece en absoluto las materias primas. Éstas, por otra parte, son de primera, como esa carrillera de "agnei ibérico", corderos menores de 26 kilos, alimentado con cereales oleaginosos y del que tienen la exclusiva: el resto se exporta al resto de Europa y países como Dubai. Una delicia que sólo para probarla ya merece la visita. Platos como la madeja crujiente de foie, trufa, plátano y arrope de envoltura frita de noodles de arroz nos sumerge en un mundo orientalizante de sabores sin embargo muy nuestros. Una exquisita lubina hecha en tres texturas, tres sabores y tres temperaturas es otro descubrimiento, como sin duda lo son otros platos imaginativos y equilibrados -he aquí la gran dificultad- como el bacalao, boletus, azafrán y helado de pimiento o el salmón en sashimi con especias, soja y wasabi. Exquisitos postres, desde un muy especial y versionado tiramisú al delicado yogur que esconde sorpresas; todos acompañados si se desea de una exquisita selección de vinos dulces.

Además de una carta convencional ofrecen distintos menús, como el gastronómico (80 euros), maridado (140 euros) y otro a base de champagnes exclusivamente (150 euros).

Todo un lujo que se corrobora en una fantástica carta de vinos del mundo y champanes de petits vignerons a estupendos precios.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky