Transportes y Turismo
El Mar Rojo es una ratonera: las impresionantes imágenes de enormes buques hundidos ponen en alerta el comercio internacional
- Los ataques de los hutíes están forzando a los buques a escoger rutas más largas y costosas
- IEEE: "La crisis abre un nuevo frente en el ya muy complejo tablero regional"
Mario Becedas, Vicente Nieves
La precaria distensión geopolítica reinante desde que cesaron las hostilidades entre Israel e Irán (EEUU mediante) no ha evitado que el Mar Rojo siga siendo una auténtica ratonera para el transporte marítimo mundial. Desde que comenzaron en octubre de 2023, los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen contra embarcaciones occidentales (sobre el papel iban a ser a navíos con conexiones a Israel) han experimentado altibajos, pero no se han detenido. Aunque el grueso del transporte global que atravesaba esta crucial ruta decidió desviarse por el flanco sur de África (pese a la pérdida de días y el mayor gasto en combustible), algunas embarcaciones han seguido atravesando la zona, convirtiéndose en objetivo de los hutíes. El último de estos ataques, desplegado este lunes, se ha saldado, por el momento, con cuatro tripulantes de un buque muertos. Estas muertes son las primeras desde junio de 2024. Estos ataques que buscan generar el caos en el comercio internacional están dejando impresionantes imágenes de enormes buques portacontenedores hundiéndose en las aguas del Mar Rojo como si de un barquito de papel se tratase. El transporte marítimo se está convirtiendo en una actividad de riesgo y no solo por los hutíes. Varios buques han sufrido misteriosas explosiones en medio de la nada en los últimos meses.
Los pocos buques que se atreven a pasar por esta zona del Mar Rojo corren cada vez más peligro. Esta zona que permite recortar tiempos se ha convertido en una suerte de ratonera para los grandes buques portacontenedores, que son fácilmente detectables desde el aire por los hutíes. Cabe recordar que los hutíes son un grupo insurgente chií zaidí del norte de Yemen que está vinculado cultural y religiosamente a Irán por su afinidad con la rama chií del islam, lo que ha facilitado una alianza estratégica con Teherán.
Esta relación se ha consolidado en lo militar a través del suministro iraní de armas, entrenamiento y apoyo logístico, lo que ha permitido a los hutíes convertirse en una fuerza poderosa en la región. Desde finales de 2023, atacan buques occidentales en el mar Rojo como parte de su respaldo a Hamás en la guerra de Gaza y en respuesta al apoyo militar de Estados Unidos y sus aliados a Israel, encuadrando sus acciones dentro del llamado 'eje de la resistencia' liderado por Irán y compuesto por grupos como Hizbulá, las milicias chiíes iraquíes y los propios hutíes, que buscan desafiar la hegemonía occidental en Oriente Medio.
El hundimiento del granelero 'Eternity C'
De este modo, los rebeldes hutíes del Yemen celebraron este miércoles el "hundimiento total" del granelero 'Eternity C', que atacaron hace dos días cuando navegaba por el suroeste de la ciudad portuaria yemení de Al Hodeida con 22 tripulantes a bordo, después de haber atacado otro navío 24 horas antes.
El portavoz militar de los hutíes, Yahya Sarea, detalló en un comunicado que el ataque contra el barco, propiedad de la naviera griega 'Cosmoship Management', fue llevado a cabo mediante una embarcación no tripulada y seis misiles de crucero y balísticos, y agregó que fue documentado en audio y vídeo. Y lo justificó como un acto de solidaridad con los palestinos en Gaza, ya que el buque se dirigía a Eilat en Israel.
La entidad de la Marina británica Operaciones Marítimas Comerciales (UKMTO) afirmó este miércoles que "cinco tripulantes fueron rescatados" mientras "continúa la búsqueda de los restantes". Sarea afirmó que "tras la operación, un grupo de fuerzas especiales de la Armada yemení intervino para rescatar a varios miembros de la tripulación del barco, brindarles atención médica y trasladarlos a un lugar seguro", sin especificar el número ni su paradero. La embajada de Estados Unidos en el Yemen acusa a los hutíes de secuestrarlos.
La acción contra el buque 'Eternity C' es la segunda de este año y que se produce tan sólo 24 horas después del ataque contra el buque 'Magic Seas', también en el Mar Rojo y que acabó hundiéndose. Los hutíes -grupo que controla amplias franjas del territorio de Yemen desde hace más de una década- comenzaron a atacar Israel y a barcos en el mar Rojo y el golfo de Adén poco después de que estallara la guerra de Gaza en octubre de 2023. Pero estos ataques se habían detenido o habían tenido este año como objetivo sólo a buques militares.
Lo que hay en juego
Aunque los hutíes han publicitado que habría excepciones en sus ataques, lo cierto es que sus movimientos no han dejado de comprometer la zona. En su momento, algún barco ruso se llegó a haber afectado, pese a que, como aliado de Irán, los navíos chinos y rusos eran 'intocables'. La realidad es que han dejado 'inutilizada' una vía comercial clave.
El Mar Rojo se erige en ruta comercial clave en la medida en que es un paso fundamental entre Occidente y Asia, siendo la vía más rápida para comunicar por mar ambas partes del mundo (más de un 10% del comercio marítimo mundial transcurre por sus aguas). Es por ello que sus dos angostos extremos sean dos puntos de estrangulamiento (chokepoints en inglés) de vital importancia en el comercio. Por el norte, comunicando con el Mar Mediterráneo, el transitado Canal de Suez. Por el sur, dando paso al Mar Arábigo, el estrecho de Bab el-Mandeb, con unos 30 kilómetros de anchura, emplazamiento clave para los ataques de los hutíes dada la cercanía de las costas de Yemen.
La mayor preocupación hasta ahora se ha mostrado con el transporte de materias primas energéticas. El Mar Rojo es un enclave fundamental para el transporte de petróleo y gas natural licuado (GNL) desde los países árabes a Occidente. Según el Departamento de Energía de EEUU (EIA), unos 8,8 millones de barriles de petróleo diarios y unos 4.100 millones de pies cúbicos diarios de gas natural licuado (GNL) transcurrieron por el estrecho de Bab el-Mandeb durante el primer semestre de 2023. En términos más gráficos: un 12% del petróleo transportado por mar en todo el mundo y un 8% del gas. Fuera de la energía, hay importantes datos a tener en cuenta: aproximadamente un 30% del comercio mundial de contenedores venía pasando por el Canal de Suez.
Toda esta situación ha hecho ha llevado a las compañías navieras a desviar los buques por el Cabo de Buena Esperanza (bordeando África por el sur) para evitar que las hostilidades afectaran al tráfico de portacontenedores en el Mar Rojo. Esta medida supone añadir un 40% a la distancia de viaje, pero se prima la seguridad.
"La crisis tiene dos implicaciones principales. Por una parte, en la economía y el comercio, en particular en Europa y Sudeste asiático, por ser el mar Rojo la vía marítima que une ambas regiones. Afecta también y de forma más grave, a los países de la región, dependientes de este tráfico marítimo y que son más débiles y vulnerables económicamente. Sin embargo, el comercio marítimo y las navieras están demostrando resiliencia y capacidad de adaptación para enfrentar la situación, lo que hace que esta crisis, siendo grave, no sea crítica", analiza una investigación del Instituto Español de Estudios Estratégicos.
"Desde una perspectiva geopolítica, la crisis abre un nuevo frente en el ya muy complejo tablero regional, con Irán y sus proxies, en este caso los hutíes de Yemen, muy activos en su lucha contra la influencia de occidente y contra Israel. Es posible que esta crisis marítima se mantenga en el tiempo, por depender más de la voluntad de los hutíes el continuar con los ataques, que de la comunidad internacional, particularmente de Occidente, de evitarlos", añade el estudio de Abel Romero Junquera.