Transportes y Turismo

La escasez de piezas lleva a las aerolíneas europeas a sacar sus aviones de repuesto para el verano

  • Air France-KLM ha duplicado los aviones de repuesto desde el verano pasado
  • La escasez afecta a piezas de motores o a cabinas de primera clase
  • La falta de piezas no se solucionará hasta dentro de dos o tres años
Un Boeing operado por Air France-KML. Foto: Bloomberg.

Bloomberg , elEconomista.es

Las aerolíneas europeas se están enfrentando a la escasez de piezas porque los cuellos de botella en la cadena de suministro no han cesado. Tampoco esperan que la falta de estos componentes se solucione en el corto plazo, lo que impide reponer algunas piezas y movilizar flotas. Algunas compañías europeas van a tener que recurrir a sus aviones de repuesto para cubrir los desplazamientos veraniegos.

Por ejemplo, Air France-KLM no puede reponer hornos defectuosos, piezas del motor o separadores de asientos. La compañía ha sido una de las últimas en pronunciarse sobre este problema, que le está saliendo caro, como ha reconocido su consejero delegado, Ben Smith, en un evento. "Tenemos aviones a los que les faltan partes, cabinas a las que les faltan partes y motores a los que les faltan partes", ha dicho durante el encuentro, en declaraciones a Bloomberg.

Smith lamenta que el mercado de las sustituciones de piezas no esté funcionando. Ello implica que la compañía no puede recibir ciertos pedidos para cambiar algo roto por algo nuevo. En algunas ocasiones, esto conlleva dejar el avión en tierra o tener que reparar por otros medios los fallos. Las dos alternativas son más costosas, especialmente, la primera.

Para hacer frente a la escasez de suministros, el grupo aéreo ha duplicado la flota de aviones de repuesto de los que tirar para este verano en comparación con los que tenía listos para la temporada pasada. Entre tanto, siguen con las reparaciones de partes del avión que, normalmente, serían sustituidas.

Dentro de la lista de la compra de las aerolíneas, hay un pedido que está teniendo muchos retrasos y dificultades de entrega. En este caso, no solo Air France-KML, sino Lufthansa, están siendo incapaces de recibir parte de la instalación de los asientos que se usan para la zona de viajeros de primera clase. La aerolínea alemana empezó a montar Allegris, pero también faltaban piezas y se tuvo que posponer parte de la instalación de los nuevos cubículos.

De hecho, ante el espacio vacante, se han rellenado aviones con más asientos convencionales y menos acomodación para primera clase. Estos billetes son los más caros, pero ambas aerolíneas están teniendo que reducir la superficie destinada a ellos por la falta de piezas y porque las entregas no llegan.

En concreto, Air France-KLM dice que los envíos de las puertas que permiten cerrar estas cabinas VIP están sufriendo disrupciones constantes. Además, la demanda de sitios de primera clase repuntó a raíz de la pandemia y se ha mantenido fuerte desde entonces, por lo que podría haber más apetito por los trayectos más cómodos que plazas disponibles en esta franja.

El verano es la temporada alta en cuestión de desplazamientos y, en Europa, son los meses más importantes para las aerolíneas. En este periodo recaudan una buena parte de su facturación anual. "Es muy frustrante tener que dejar aviones en tierra o gastar más dinero del habitual en reparaciones", dice Smith. "Nos está costando más tiempo y dinero y, en muchos casos, las reparaciones no son lo ideal porque estas piezas vuelven a estar defectuosas en el corto plazo", añade.

Como no hay perspectivas de que los problemas se disipen pronto, los aviones de repuesto cubrirán parte de los trayectos. Al menos, ya están listos por si tienen que operar. El consejero delegado de Airbus, Guillaume Faury, dijo en otra entrevista este mes que los problemas en las cadenas de suministro aún pueden durar entre dos y tres años. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) coincide en esos plazos y no espera que cesen las disrupciones hasta 2026.

Estos problemas se suman a la crisis de Boeing, un fabricante con serias dificultades para entregar los aviones a las aerolíneas desde los fallos de seguridad que afloraron a principios de años. Algunas compañías aéreas no solo no pueden reponer piezas, sino que las nuevas naves se retrasan y comprometen sus planes y calendarios.