Sentir las manos y los pies fríos podrían ser uno de los síntomas de algunas de estas enfermedades

Las manos y los pies fríos son uno de los fenómenos más frecuentes que ocurren a muchas personas, especialmente durante el invierno. Aunque aparentemente es algo inofensivo, en algunos casos puede ser síntoma de enfermedades más graves, especialmente cuando se convierte en algo muy recurrente o se produce en meses de calor.

Si esta sensación se da muy frecuentemente, incluso en ambientes en los que hace calor, los expertos recomiendan acudir al médico. Más allá de que sea causa de unas bajas temperaturas, el estrés o el consumo habitual de tabaco podrían ser detonantes, lo cual sucede principalmente por una mala circulación del corriente sanguíneo.

Enfermedades relacionadas

Más allá de causas aparentemente "inofensivas" puede haber otras de mayor gravedad, de ahí la importancia de prestar atención a esto. Una de estas afecciones es la anemia, caracterizada por una disminución de los glóbulos rojos, responsables de la distribución del oxígeno a todo el cuerpo. En casos más graves de esta enfermedad, es habitual que haya síntomas de manos y pies fríos, ya que no hay un buen transporte de oxígeno.

Otra de las enfermedades que puede manifestarse de esta forma es la aterosclerosis, la cual se caracteriza por la acumulación de placas de grasa en las arterias provocando un estrechamiento de los vasos sanguíneos y dificultando el paso de sangre, por lo que es más complejo que llegue a manos y pies. La prescripción de ciertos medicamentos junto con el cuidado de la alimentación podrían ser claves para su tratamiento.

La causa: una mala circulación de la sangre

La presión arterial elevada podría dificultar la circulación, haciendo que las extremidades se enfríen. Una dieta con bajo contenido en sal, la práctica de ejercicio, mantener un peso saludable y evitar el tabaco o las bebidas alcohólicas son imprescindibles para mantener una tensión arterial dentro de los niveles óptimos.

El hipotiroidismo se da cuando hay una producción más baja o nula de las hormonas tiroideas, reduciendo el metabolismo así como de los latidos cardíacos, asociándose a las manos y pies fríos. De hecho, uno de los síntomas más comunes de esta enfermedad son los problemas para tolerar el frío.

Por último, la diabetes es una enfermedad caracterizada por un aumento de los niveles de azúcar en sangre, algo que también influye en la circulación de la sangre a través de las arterias. La dificultad para pensar, las palpitaciones, la palidez, las ganas de ir al baño frecuentemente o una sed constante son algunas de las formas en las que se manifiesta.