Retail - Consumo
Europastry deberá sentarse con la banca tras suspender de nuevo la salida a bolsa
- Prometió a las entidades rebajar el endeudamiento a 2,5 veces ebitda con el debut bursátil
- Sus acreedores le permitieron repartirse un dividendo récord antes de la operación pese a tenerlo limitado
- Europastry vuelve a fracasar en su intento de salir a bolsa
Carles Huguet
Barcelona,
Tras años con una política de adquisiciones agresiva, Europastry tenía claro que parte de los fondos captados en la salida a bolsa debían destinarse a reducir el endeudamiento. La compañía había engordado el pasivo con la banca durante los últimos años y el salto a los parqués iba a suponer un impulso para conseguir la buscada ratio de 2,5 veces deuda/ebitda. En este camino, las entidades incluso permitieron a la familia Gallés y al fondo MCH repartirse un dividendo de 50 millones, cinco veces más que el límite marcado.
Según la información disponible en el folleto enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a 30 de junio la deuda pendiente con la banca era de 761,1 millones de euros, el 9,6% más que a cierre de 2023 y un 32% más que en diciembre de 2021. Durante el verano, además, prolongaron el alquiler de su centro en Nueva Jersey (Estados Unidos) lo que implicó un incremento de 30 millones en el endeudamiento.
Así, con una deuda financiera neta de 671 millones -el pasivo bruto con las entidades es de 790 millones- y un ebitda que rondará los 220 millones para todo el año, la ratio deuda/ebitda iba a estar alrededor de las 3,1 veces, por encima de lo deseable según la banca, con la que tiene firmado un paquete de deuda de un máximo de 948 millones de euros y 64 millones de dólares -no dispuesto en su totalidad-. El pool de acreedores lo forman BBVA, ING, Rabobank, Banco Santander, Banc Sabadell, CaixaBank, Banca March y Bankinter.
"De conformidad con el acuerdo de financiación estamos obligados a utilizar nuevos ingresos brutos y los ingresos que recibamos de la sobreasignación (si la hubiera) para el reembolso parcial de las facilidades otorgadas hasta que la ratio deuda financiera neta/ebitda sea inferior a las 2,5 veces", recordaba la organización.
Y aunque el vencimiento principal (718 millones) no llega hasta el primer semestre de 2027, la firma dirigida por Jordi Gallés sí quería comenzar a encauzar el pasivo. Por ello, iba a destinar 109 millones de euros a ello. Por varios motivos. Uno de ellos, el coste de la deuda, que desde 2021 escaló de un tipo medio del 3% al 4,7%.
También por las restricciones que los Gallés tenían impuestas al dividendo. La compañía catalana tenía capada la remuneración a sus accionistas a 10 millones de euros hasta alcanzar esta ratio. Y a tal cifra se había limitado en 2021 y 2022. Sin embargo, con los resultados del año pasado y en vistas a la potencial salida a bolsa, la banca dio permiso a los propietarios para repartirse un pago de 50 millones de euros. Con ello, la familia se embolsó 38,15 millones de euros, el fondo MCH obtuvo 10,35 millones de euros y el consejero delegado, Jordi Morral, recibió 3 millones de euros. Sin el salto a los mercados, queda por ver si las entidades obligarán a los titulares a apretarse todavía más el cinturón frente a los 10 millones estipulados.
Más allá del premio para sus actuales accionistas, la empresa de alimentación también aprobó un desembolso excepcional para Jordi Gallés, su presidente, y Jordi Morral, su consejero delegado, de 4,4 millones de euros por persona. El incentivo, dice la empresa alimentaria, corresponde a un bono de fidelidad y un pago extraordinario por su contribución a los resultados de 2023.
Y como explicó Cinco Días, la cúpula de Europastry -Gallés, Morral y otros 42 altos directivos- podría haberse embolsado otros 40 millones de euros de consumarse con éxito el debut bursátil y cumplir los objetivos financieros establecidos hasta 2026.