Retail - Consumo

La producción agroalimentaria se hunde y amenaza con más inflación

  • Agricultura advierte de que la oferta de aceite está cayendo un 48% y la de cereales un 26,3%
  • El sacrificio de porcino baja un 9% y el de vacuno crece solo por la falta de rentabilidad de la leche

María García Juárez, Javier Romera

La producción agroalimentaria española se desploma y amenaza con un fuerte encarecimiento de los precios durante los próximos meses. El sector agrícola es el más afectado por esta situación. Las sequías, el encarecimiento de las materias primas y el aumento de la temperatura ha hecho que la producción cayera un 24,6%, según los datos estadísticas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Asimismo, los productos lácteos sufren descensos del 4,4% y los sacrificios de animales para el consumo humano caen también de forma significativa. En el sector pesquero aunque todavía no hay datos de 2022, es también significativa la caída de la actividad en un 5,77% el año anterior. Todo apunta a que esta situación acabará reflejándose en los precios, que ahogarán más a los consumidores y hará que medidas como la bajada del IVA que ha implantado el Gobierno, se queden en nada.

Uno de los ejemplos más drásticos es el del aceite. Desde mediados del año pasado, ya se preveía una fuerte caída en la cosecha. De hecho, el propio ministro de Agricultura, Luis Planas, alertaba del problema de severa sequía durante el "periodo estival en las principales zonas productoras, que ha causado problemas en el cuajado de frutos". Pero es que, según los datos del Boletín Mensual de Estadística de noviembre de 2022, la producción de aceite ha pasado de 1.489 millones de toneladas a 773 millones, lo que refleja un descenso del 48%.

La oferta de aceite español se reduce así prácticamente a la mitad. Le siguen muy de cerca los cereales, que según el mismo informe elaborado por el ministerio de Agricultura, "experimentan un descenso del 26,3% respecto a la campaña precedente, destacando la caída de la producción del centeno con un 38,5% y de la avena con un descenso del 29,9%". Pero es que otro producto básico para la elaboración de los alimentos, como es el trigo, se hunde un 26,4%.

Más sacrificios, menos leche

De hecho, la escasez de cereales está afectando ya a la alimentación animal. Así, durante el último año, muchos ganaderos se han visto obligados a sacrificar animales de mayor edad para la venta de carne ante la falta de rentabilidad del mercado lácteo. Todo esto ha derivado en un pérdida de producción del 4,4% en los productos lácteos. En el caso de los productos lácteos la recogida de la leche de vaca ha disminuido un 7,2%, lo cual ha repercutido en otros productos como la mantequilla, que ha reducido su producción un 34,6%. La menor producción de leche tiene como consecuencia directa un ligero aumento del sacrificio del vacuno, que ha subido un 1,84%. El caprino y la avicultura también se han incrementado un 5% y un 2,10% respectivamente, pero todo lo contrario ocurre con el ovino y el porcino, que han reducido sus sacrificios en el último año un 9,08% y un 0,44%.

La pesca también es otro de los sectores que se encuentra en peligro. El secretario general de la confederación de pesca (Cepesca), Javier Garat, alerta de que "en los últimos 14 años el consumo de productos pesqueros se ha reducido un 25% per cápita". Y la situación, lejos de mejorar, está empeorando cada día ante el fuerte incremento de los precios y después de que el pescado, como la carne, haya quedado excluido de la rebaja del IVA. El documento de Estadísticas Pesqueras refleja que entre los años 2020 y 2021 la captura de pescado ha disminuido un 7,41%. Esto se puede se relacionar con una reducción de la flota pesquera del 1,2% en ese mismo periodo. No obstante, se debe destacar el caso de la captura de crustáceos y moluscos, ya que estos si que han aumentado un 3,36% y 21,7% respectivamente, aunque su consumo también está cayendo.

Legumbres y frutas afectadas

Por lo que respecto al resto de productos, las caídas son también generalizadas, lo que está afectando ya a la dieta mediterránea. Las frutas figuran así entre los alimentos más perjudicados. Este el caso del limón, con una caída del 34,6%; la naranja, cuya producción se hunde un 19,6% y la manzana, que disminuye su oferta un 16,6%. Asimismo, en el caso de las legumbres, las más perjudicadas son las judías, con un descenso del 27,6%; los guisantes, un 18,8%; los garbanzos, un 13,8% y las lentejas un 12,7%. Otro de los pilares de la alimentación mediterránea también se ha visto envuelto en esta oleada de descenso de la producción. La recogida de patata ha pasado así de 2.081 millones de toneladas a 1.942 millones, un 6,7% menos. En la industria alimentaria dan por hecho así que evitar nuevas subidas de precio es una misión imposible.