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Auge y caída de Playmobil: cumple 50 años en la mayor crisis de su historia
- La compañía alemana anuncia el cierre definitivo de su fábrica en Onil (Alicante)
- Nació en 1974 como respuesta a la crisis del petróleo que encareció los costes del plástico
- A lo largo de su historia, ha vendido más de 3.700 millones de 'clicks' en el mundo
Javier Calvo, Lorena Torío, Remo Vicario
Madrid,
Pocos juguetes hay tan icónicos, reconocibles y universales como los Playmobil. Capaces de despertar la nostalgia de cualquiera, es un juguete aclamado por impulsar la creatividad y la imaginación de los niños, gracias a su amplia gama de figuras y accesorios, que abarcan desde escenas cotidianas a las aventuras más épicas.
Sin embargo, la compañía dueña de los Playmobil vive uno de los momentos más complicados de su historia, con una caída de ventas a nivel global que empujó a despedir a más de 700 personas solo el año pasado. Una reestructuración en toda regla a la que ahora se suma el cierre definitivo de su producción en España, en su planta en la localidad alicantina de Onil, tras 48 años de actividad.
La crisis de Playmobil coincide en el tiempo, y casi podemos decir que es representativa, del final de la época dorada de los juguetes. Iniciada en la década de los 70, cuando aparecen algunos de los más memorables e icónicos de la historia, tras el Covid no logra recuperar la normalidad.
Es curioso, porque los Playmobil nacen precisamente gracias a otra crisis, en concreto la del petróleo de 1973. La marca fue creada por la empresa Brandstätter, una compañía fundada a finales del siglo XIX, que empezó dedicándose a fabricar productos metálicos, como cofres o cerraduras. Poco a poco van introduciéndose en nuevos mercados, y para 1921 ya fabricaban otros productos metálicos como huchas, cajas registradoras o balanzas. Y empiezan a producir también juguetes.
La innovación constante era parte del ADN de la compañía. Cuando en 1954 se incorpora a la compañía el nieto del fundador, Horst Brandstätter, introduce nuevas ideas, y empiezan a fabricar productos de plástico. Los juguetes que crean en esa época son todo un éxito, sobre todo el hula-hoop, cuyas ventas se disparan. El plástico se convierte, desde entonces, en el principal material utilizado para sus productos, especialmente en los sectores del ocio y la juguetería.
Llegamos así a la década de los 70, donde se producen varios momentos clave para la compañía, ya renombrada como Geobra. En 1971, Hans Beck, un carpintero que se había incorporado a la empresa como diseñador, se convierte en el jefe de desarrollo de la compañía. Le piden que fabrique vehículos de plástico más pequeños que los que solían producir, acompañados de pequeñas figuras. Pero resulta que a Beck le acaban llamando más la atención las propias figuras y sus accesorios. Así nace el primer prototipo de Playmobil: un obrero de la construcción con una carretilla. Sin embargo, aquel primer diseño, muy simple, no cuaja, aunque tampoco le impiden que siga desarrollándolo.
Crisis del petróleo
En 1973 llega la crisis del petróleo, que dispara el precio del plástico, elevando los costes de Geobra hasta llevar a la compañía al borde de la quiebra. Es ahí cuando deciden retomar la idea de Beck, ya que sus muñecos, mucho más pequeños, de tan solo 7,5 centímetros de altura, requerían mucho menos plástico, y además era fácil de expandir. Beck, reconocido oficialmente como padre de la obra, se pone manos a la obra, y en 1974 nacen oficialmente los Playmobil.
Se presentan en la prestigiosa feria del juguete de Hamburgo, con pocas figuras: un obrero de la construcción, un caballero medieval y una figura del Oeste. Todos los diseños eran iguales, con simples diferencias en la decoración y los accesorios. Un juguete muy simple que, en realidad, pasó totalmente desapercivido para los asistentes. Pero ese mismo año acuden a la feria del juguete de Nuremberg, y llama la atención de una empresa de distribución holandesa, que les encarga un año de producción.
A pesar de que entre los expertos la acogida fue tibia, en cuanto llegaron a las tiendas fueron automáticamente uno de los juguetes favoritos de padres y niños. En menos de un año ya había generado ventas por valor de 3 millones de marcos, lo que equivale a un millón y medio de euros, más o menos. Suponía una sexta parte de los ingresos de la compañía.
En medio de una crisis mundial, Geobra contaba con todos los ingredientes para cosechar éxitos. Tenían la idea y el conocimiento de Hans Beck, la capacidad de producción requerida y una dirección dispuesta a asumir riesgos. Y los niños por primera vez se encuentran con un juguete que por primera vez no se centra en la construcción, sino en las figuras.
Beck crea un departamento de investigación y desarrollo, que crece rápidamente, y que inventa mundos enteros para jugar. Crean edificios, vehículos y animales, todos ellos perfectamente escalados para encajar con las figuras. Todo mantenía la misma sencillez, pero con un diseño cuidado y perfectamente reconocible.
Internacionalización y llegada a España
A rebufo de ese éxito, empresas de todo el mundo empiezan a adquirir derechos para fabricar y comercializar los Playmobil en sus respectivos países, siendo la primera de ellas Lyra, en Grecia. Poco después llegaría el turno de Famosa, en España y Portugal, que renombraría el juguete como Famobil, para incluir la 'F' de su nombre, y denomina a las figura 'clicks', una expresión que se mantendría hasta nuestros días.
A partir de 1983, Playmobil pasó a fabricar y distribuir directamente sus productos en España. La fábrica de Famobil, ubicada en Onil (Alicante), pasó a ser propiedad de Playmobil, que estableció allí su sede. Se convirtió en una de las delegaciones más importantes de la firma alemana, y llegó a fabricar hasta el 15% de la producción mundial.
Casi desde su lanzamiento al mercado, Geobra se ha convertido en el fabricante alemán de juguetes más importante y con mayor facturación, un lugar en la cima que no ha perdido desde entonces. En su momento de mayor éxito, llegó a dar trabajo a 4.600 personas en todo el mundo, con sus principales fábricas en Alemania, España, República Checa y Malta.
Numerosas compañías trataron de imitar sus productos, incluso algunos con plagios fácilmente detectables. Pero ha ido venciéndolos a todos, en ocasiones con duras batallas legales, y en otros casos simplemente ofreciendo un mejor producto.
Desde su creación, se han vendido más de 3.700 millones de figuras de Playmobil, y millones de accesorios de todo tipo. Los ingresos para la compañía han sido milmillonarios. Pero, como todo el sector juguetero, se encuentra en una crisis que le está llevando a tomar medidas drásticas.
Cambio cultural en el entretenimiento infantil
A partir del año 2000 se produjo un importante cambio cultural, que provocó que gran parte del entretenimiento infantil se hiciese digital. Los protagonistas de las campañas de navidad ya no son los juguetes, sino los videojuegos. Y, por el camino, la demanda de los juguetes tradicionales, simplemente, empezó a caer. Y Playmobil no ha sido ajeno a esta crisis.
Las dificultades económicas provocadas por la pandemia, junto a una importante crisis de liderazgo tras la última sucesión al frente de la compañía, que ya no tiene a un Brandstätter al mando, han llevado a la empresa de nuevo a una situación límite. En 2023 anunció más de 700 despidos en todo el mundo, con la mayor parte en Alemania.
A eso se une el cierre definitivo de su planta en España, tras 48 años de actividad. Una medida que se enmarca en la reestructuración a nivel global de la compañía, y que no augura un futuro próspero.