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El poder de la información: la historia del terminal de Bloomberg

  • Creada por Michael Bloomberg con la inversión que recibió tras salir de Salomon Brothers
  • El coste anual para tener esta herramienta ronda los 25.000 dólares
  • Revolucionó el campo de las finanzas y del periodismo económico

Javier Calvo, Ángela Poves, Remo Vicario
Madrid,

En el mundo de las inversiones, cada vez más vertiginoso, la información es el recurso más valioso. Da igual si se trata del último broker llegado al parquet, o de un veterano de Wall Street, todos tienen claro el papel que juega la información en la toma de decisiones financieras.

Uno de los primeros en darse cuenta de esta situación, y el que a la postre más partido le sacó, fue Michael Bloomberg. Antes de ser alcalde de Nueva York durante tres legislaturas y de convertirse en una figura mediática, se dedicaba al mundo de la inversión.

En el año 1966, un joven Bloomberg empieza a trabajar en Salomon Brothers, que en la década de los 70 se convertiría en el banco de inversión más importante de Wall Street. Empezó desde abajo, y fue ascendiendo poco a poco, hasta convertirse en socio de la compañía y responsable de operaciones de renta variable. Es en esa época en la que aprendió el valor de la información y el precio que la gente estaba dispuesto a pagar por ella.

Cuando en el año 79 los dirigentes del banco le proponen abandonar su poderoso puesto para encabezar el emergente área de sistemas informáticos, todo el mundo lo vio como una humillación, pero a Bloomberg le cambió la vida. Porque en 1981, tan solo dos años después, Salomon Brothers comenzó a cotizar en bolsa, y los directivos pidieron a Bloomberg (junto con otros socios) abandonar la empresa. Para ayudarles a tomar la decisión, le ofrecen 10 millones de dólares. Se había convertido en millonario.

Sacar partido a su experiencia

Mucha gente, con 39 años y 10 millones de dólares en su cuenta bancaria hubiera apostado por retirarse y vivir la vida, invirtiendo en bolsa para mantenerse ocupado. No fue el plan de Bloomberg que, con un nombre ya labrado en Wall Street, quería sacar partido a su experiencia y su conocimiento.

Con 300.000 euros monta su propia empresa, a la que llama Innovative Market Systems (IMS). En esta aventura cuenta con el apoyo de algunos socios y excompañeros en Solomon Brothers. El objetivo era crear una herramienta que aportara a los inversores información accesible, rápida, completa y precisa. En definitiva, un instrumento financiero que les permitiera operar con la mayor eficiencia.

En un cuarto de 3 metros cuadrados empieza a desarrollar lo que acabaría siendo su hoy famosa terminal. Un ordenador, con una pantalla y un teclado, que permitían acceder a una gran cantidad de información financiera, aunque en un primer momento estaba especializado sobre todo en el mercado de bonos del tesoro. Cobraba una tarifa única por la instalación, más un cargo mensual por el acceso a la información.

El primer cliente

En diciembre de 1982 ya tenía su primer cliente, el banco Merrill Lynch, que compró e instaló 22 terminales Market Master en sus oficinas. Además, el banco se convirtió en socio de Bloomberg, al acerse con el 30% de la compañía a cambio de 30 millones de dólares. Como parte del acuerdo, también exige restringir la comercialización de la terminal durante un año a otros bancos.

Como recuerdo de aquella primera venta, en las actuales oficinas centrales de la compañía en Nueva York hay 22 peceras, que simbolizan aquellas primeras 22 terminales.

La compañía cambia de nombre en 1986, pasando a llamarse directamente Bloomberg. Se mudan a una oficina más grande, y ya sin restricciones de comercialización, en 1987 vendió su terminal número 5.000.

Todo iba muy rápido. Para finales de la década, recompró un tercio de la participación de Merrill Lynch, por 200 millones de dólares. Esta operación suponía que, en tan solo 8 años, Bloomberg había alcanzado una valoración de 2.000 millones de dólares.

Periodo de expansión

El inicio de los 90 fue una época de expansión y abordaje de nuevos negocios. Siendo aún más consciente de la importancia de la información, decide lanzar su propio servicio de noticias, Bloomberg News, con el periodista Matthew Winkler como responsable. Las noticias publicadas se podían consultar desde los propios terminales de Bloomberg.

Esta pata informativa se fue extendiendo sin parar, incluyendo un canal de televisión, una página web, una revista de inversión y hasta una editorial de libros para profesionales de las finanzas. Tenían redacciones por todo el mundo, y daban trabajo a cientos de periodistas.

Un operador consultando su terminal de Bloomberg.

La compañía vendió la terminal número 100.000 en el año 1998. Ya no era una ventaja para superar a la competencia, era una herramienta imprescindible para poder operar. Por entonces, el coste mensual de las terminales rondaba los 1.500 dólares. Los ingresos, por tanto, superaban los 1.800 millones al año.

El momento más complicado de esta herramienta se vivió en 2008, cuando Merrill Lynch, arrastrado por la crisis económica, vendío el 20% de la compañía que aún estaba en su poder. Bloomberg pagó 4.430 millones de dólares por la recompra, lo que equivalía a una valoración de 22.500 millones de dólares.

Líder mundial

Bloomberg y su terminal han seguido dominando el sector con mano de hierro. Se calcula que hoy hay unas 325.000 suscripciones a su terminal, lo que supone un 33% de cuota de mercado. El coste actual de esta suscripción ronda los 25.000 dólares anuales. La alimentan más de 15.000 personas en todo el mundo, que permiten a los clientes acceder a todo tipo de datos las 24 horas del día, desde información de cualquier empresa hasta los análisis más exhaustivos o las previsiones más certeras. Y puedes hasta seguir la ruta de un petrolero determinado, o ver dónde hay un incendio.

Por supuesto, su éxito también ha atraído a la competencia. La alternativa más importante quizá sea la de Reuters, renombrada como Refinitiv Eikon, y que posee una cuota de mercado del 19%, gracias, sobre todo a su coste, mucho más económico, que asciende a unos 3.600 dólares anuales en su versión más barata.

Otras opciones que ofrece el mercado son FactSet, Capital IQ o Morningstar, que tienen mucha menos relevancia, a pesar de que sus precios son menores.

La terminal de Bloomberg, además de convertir a su fundador en una de las personas más ricas del mundo, ha tenido una influencia incalculable en el negocio de la inversión, además de en el periodismo económico. Las finanzas de hoy no podrían entenderse sin su emblemática pantalla, que mezcla el fondo negro con las líneas de texto neones que recuerdan estéticamente a los 90.