Opinión

Salvador Illa y el nacionalismo

  • Seis de los diez municipios con más alta criminalidad que hay en España, pertenecen a Cataluña
  • La Comunidad de Madrid en este momento es la que más aporta a la caja común
Salvador Illa interviniendo en el Parlament

Joaquín Leguina
Madrid,

¿Quién es Illa? En palabras de Luis del Val, un "inmenso embustero, que se tiene que arrodillar, cada día, ante el botones que le envía Junqueras o Puigdemont. Bueno, exagero. Quizás no, todos los días, y sólo sea una vez a la semana". Salvador Illa, antes de convertirse en presidente de Cataluña, ingresó en el partido de los socialistas y al cumplir la mayoría de edad. A los veintiún años ya era concejal de su pueblo, y fue escalando puestos hasta que llegó a ministro de Sanidad. Lo fue durante la pandemia, donde presumió, con frecuencia y con la complicidad de sus portavoces, de un comité de expertos que nunca existió. Cuando morían, cada día, cientos de personas salía el portavoz autorizado por el 'muy honorable' Salvador Illa y hablaba de las decisiones y recomendaciones de un comité de expertos que jamás existió. Nunca se creó un comité de expertos, que tendría que haberse formado por normativa legal y racional.

Hoy, el 'honorable' Salvador Illa mantiene que se ha normalizado la vida en Cataluña. Ahora bien, los catalanes que se sienten españoles son acosados o apartados de cualquier promoción si son funcionarios. Es más apreciado un cirujano torpe que hable catalán que una eminencia, que se exprese en castellano. Seis de los diez municipios con más alta criminalidad que hay en España, pertenecen a Cataluña. Y de las más de 9.000 empresas, que huyeron tras el golpe de Estado, sólo ha regresado un 7%. Ahora, a los del PSC, con Illa a la cabeza, les ha dado por atacar a Madrid pues, según ellos, los madrileños disfrutamos de una fiscalidad privilegiada. Dumping fiscal, le dicen ellos. Cosa más falsa que un duro de madera. Veamos. Como es sabido, la Comunidad de Madrid en este momento es la que más aporta a la caja común. El 75 % de lo que aportan las comunidades autónomas a este fondo de solidaridad con el que luego se financian servicios públicos esenciales en otras regiones, como puede ser la sanidad, la educación, el transporte público o los servicios sociales, es financiado con cargo a los impuestos que se recaudan en Madrid.

Y, de hecho, el debate es tan falso porque cuando se calcula lo que tenemos que aportar cada una de las comunidades autónomas a este fondo de solidaridad, se hace antes de que se apliquen las subidas o rebajas de impuestos que cada comunidad autónoma realiza. El analista Carlos Sánchez nos ha recordado que la Constitución española no es un texto cerrado en materia autonómica, lo que de alguna manera explica los frecuentes recursos de inconstitucionalidad que presentan tanto el Estado (contra una norma de una comunidad autónoma) como un gobierno regional (cuando considera que el Gobierno central ha invadido sus atribuciones). La otra característica del sistema tiene que ver con un hecho verdaderamente singular: los niveles competenciales son distintos, sin que eso suponga un menoscabo del artículo 1 de la Constitución, donde en su artículo 1 habla de que España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico, entre otros, la igualdad.