Opinión

El problema del litio

  • La industria automovilística europea aporta un 7% del PIB de la UE
La hegemonía del ion de litio en las baterías de los coches se encuentra en un punto favorable

Joaquín Leguina
Madrid,

Del paso del vehículo que hemos conocido y usado al vehículo eléctrico en el que ahora se empeña la Unión Europea, veamos los problemas siguiendo los datos del profesor e investigador de la Universidad Politécnica de París, Juan Antonio Cordero. La Unión Europea cuenta con algunos de los principales fabricantes mundiales de automóviles, entre ellos, Volkswagen (propietaria, entre otras, de Seat), Stellantis (resultado de la fusión de Fiat-Chrysler y el grupo Peugeot), BMW y Mercedes-Benz.

La industria automovilística europea emplea a casi 14 millones de trabajadores, y aporta un 7% del PIB de la UE. Su peso es particularmente relevante en países como Alemania y España. En España se fabrican anualmente 2,5 millones de vehículos (casi un 90% de ellos dedicados a la exportación) y la industria automovilística nacional supone cerca de un 8% del PIB y un 7% del empleo industrial, es decir cerca de 60.000 empleos en 2023.

Pero esta hegemonía se desvanece con la llegada del pujante mercado de los vehículos eléctricos, liderado por la compañía china BYD (más del 20% del mercado), por delante de la estadounidense Tesla, históricamente dominante, pero ahora relegada a un 10%. Volkswagen ocupa la cuarta posición (en torno al 6%), y el resto de las compañías europeas se sitúan por debajo del 5%. Con la progresión del vehículo eléctrico y la hegemonía de las tecnologías de ion de litio en las baterías que éstos emplean, el litio se ha convertido en un material estratégico: su producción ha pasado de las 30.000 toneladas anuales hasta 2016, hasta las 180.000 toneladas en 2023.

Con escasos depósitos en su territorio y una explotación relativamente poco desarrollada de éstos, la UE depende del exterior para cubrir su creciente demanda interna, con tasas de importación de litio superiores al 80%. Para responder a esa dependencia y al acelerado ascenso de la demanda, en 2020 fue incluido en la lista de "materias primas críticas" que la UE mantiene desde 2011. Las principales regiones productoras de litio se encuentran en Asia oriental (China), Oceanía (Australia) y Suramérica (con Chile como principal productor). La apertura de nuevas explotaciones del litio resulta controvertida en todas las regiones europeas, debido al impacto medioambiental de la extracción, en particular por su intensivo consumo de agua y su efecto sobre los suelos.

Protestas muy serias han estallado contra la extracción del óxido de litio en Serbia, debido a la destrucción agrícola. Así lo han denunciado investigadores y profesores de la Universidad de Belgrado, que sostienen que se trata de una región agrícola altamente productiva y sin tradición minera previa, relativamente poblada y estrechamente conectada con las reservas hídricas que abastecen el oeste del país. Las operaciones de extracción y procesamiento de minerales previstas para la explotación, ambientalmente muy agresivas, tendrían un impacto no sólo ecológico, sino también social y económico irreversible en la región y el conjunto del país. A estas condiciones técnicas, geológicas y geográficas, hay que añadir un contexto político y regulatorio incierto y particularmente tenso. El país balcánico no forma parte de la Unión Europea y las explotaciones mineras en su territorio no están, por tanto, sujetas a las regulaciones medioambientales vigentes en la Unión. Como era de esperar, el motor eléctrico va a traer cola.