Opinión

La corrección no dará paso a un mercado bajista

  • En estas situaciones las caídas iniciales son progresivas con una intensificación en su transcurso
  • Aún estamos lejos del escenario que acabará con el actual mercado bursátil alcista

Ken Fisher

Pese a todos los temores, lo que ha sucedido recientemente en las bolsas se trata de una corrección, no del inicio de un mercado bajista. Recordemos una frase, a menudo olvidada, que no deja de ser cierta: "Los mercados alcistas generalmente mueren lentamente, no de repente". Sin embargo, el hecho de que los principales índices mundiales hayan registrado una caída del 9% desde máximos históricos en apenas 15 sesiones (un descenso que se aproxima al 10% propio de las correcciones) no puede considerarse un descenso lento, sino una caída drástica.

Es cierto que el IBEX 35 tocó techo el 6 de junio antes de precipitarse casi un 8% tras las elecciones al Parlamento Europeo, pero los descensos más bruscos y pronunciados empezaron el 30 de julio. Los inquietantes desplomes de la eurozona tuvieron lugar a continuación. No obstante, fuera de este ámbito, el S&P 500 y los mercados emergentes siguieron subiendo con fuerza hasta que empezaron las caídas de mediados de julio. Los temores siempre juegan una parte fundamental en este proceso. Cuando asistimos a una gran corrección en los mercados, aunque la gente lo niegue, las emociones se desbordan y se exageran las reacciones.

Con todo, los mercados bajistas casi siempre arrancan despacio. La excepción que confirma la regla es la mala racha de 2020 tras las restricciones impuestas por la pandemia. Veamos por qué.

Durante mis 40 años de experiencia profesional, he apodado al mercado bursátil el "Gran Humillador" por su vocación de engañar a cuantos más mejor, de la forma más vil, durante el mayor tiempo y por la mayor cantidad de dinero posible. Con el tiempo, suele conseguirlo la mayoría de las veces. Su empeño en burlarse de todos nosotros es insaciable. Primero atrae la inversión poco a poco con una subida de los valores; a continuación, empieza el mercado bajista, que seduce a los inversores con unas caídas iniciales muy leves que se presentan como oportunidades de compra; por último, cuando ya es tarde, el Gran Humillador registra una caída que deja a las cotizaciones por los suelos y a los inversores, decepcionados. Y así ocurre en cada ciclo.

El Gran Humillador no podría cumplir su objetivo si, cerca de los máximos, ahuyentara a la gente con un evento inesperado que genere demasiado alboroto. Al contrario, los descensos se producen poco a poco, para así poder seguir acaparando dinero, ya que una caída brusca asustaría a los inversores antes de tiempo.

Una regla general muy simple que suele cumplirse es que, en términos de duración, los dos primeros tercios de un mercado bajista solo representan una tercera parte de la caída porcentual, mientras que en el último tercio tienen lugar las dos terceras partes restantes. Es decir, casi siempre, las caídas iniciales se producen de forma progresiva y el descenso se intensifica al final.

Ahora bien, las correcciones, que no dejan de ser un fuerte descenso desde los máximos del mercado, desatan los temores muy deprisa para luego desvanecerse con una velocidad similar. En cierto sentido, con su conclusión se reaviva el sentimiento, dando paso a otro tramo del mercado alcista. Si acaso, las correcciones retroceden algo más despacio de lo que aparecen.

Si consideramos la bolsa estadounidense por la precisión y amplitud de sus datos, desde 1925, el S&P 500 ha sufrido 35 correcciones de máximo a mínimo de entre el 10% y el 20% (en USD). La mediana de la depreciación es del 13,6% durante 2,1 meses, y la de la recuperación hasta el punto máximo anterior es de 2,5 meses.

Pese a ello, el típico rebote que sucede a una corrección normalmente se prolonga más allá de ese punto. De hecho, a seis meses del mínimo, la mediana de las ganancias es del 22,9%; doce meses después, del 29,6%; y dos años después, del 44,0%. Así pues, vender en plena corrección del Gran Humillador, por aterradora que parezca, suele suponer el riesgo de perderse el repunte posterior y "ser humillado".

Como demuestra la última caída, las oscilaciones se extienden por todo el mundo. Si tenemos en cuenta que la correlación del parqué español con el estadounidense es de 0,68 (siendo 1 un movimiento paralelo y -1 diametralmente opuesto), la reanudación de las subidas aupará al IBEX 35.

En la actualidad, abundan las malas noticias, como las operaciones de arbitraje monetario contra el yen, la debilidad de los criptoactivos, la preocupación por la recesión en Estados Unidos vinculada al ligero aumento de la tasa de desempleo o la escasa e intempestiva intervención del Banco Central Europeo y la Reserva Federal. Asimismo, la renuncia de Joe Biden en favor de la vicepresidenta Kamala Harris como candidata demócrata a las elecciones presidenciales de noviembre altera las predicciones de las encuestas sobre la victoria del expresidente Donald Trump. Los partícipes del mercado se ven superados por tanta información.

Ignore el pesimismo. No hay espacio en esta columna para refutar todos esos miedos, pero son infundados. Y los miedos infundados se convierten en factores alcistas porque ya están descontados en las cotizaciones. Eso no significa que las acciones no puedan seguir depreciándose hasta que termine la corrección, es una posibilidad, pero el siguiente tramo del mercado alcista no tardará en comenzar. Quizá ya lo haya hecho mientras lee esta columna.

En definitiva, el mercado alcista no terminará en un momento de histeria colectiva, sino de forma paulatina, como le gusta al Gran Humillador. De cualquier modo, aún estamos lejos de ese escenario.