Opinión

Radiografía del mercado laboral

    Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. EP

    Miguel Ángel Bernal Alonso

    Más allá de que no saliera una Real Decreto sobre medidas laborales, el inicio del Gobierno está siendo prolijo en noticias sobre el mismo, datos de empleo público, revisión del contrato fijo discontinuo, imposición de elevación del SMI, reducción de jornada, posibles medidas sobre el despido y, si me lo permiten, el efecto de la IA en los puestos de trabajo.

    Partamos brevemente de la situación de nuestro mercado laboral como punto inicial, para ello centremos la atención en la última EPA publicada por el INE, correspondiente al tercer trimestre del año anterior. Conforme a esta estadística el número de parados subió en 92.700 personas (3,36%), situándose en 2.855.200. La tasa de paro era de un 11,84%, lo que supone 24 centésimas más que el trimestre anterior. En el último año esta tasa ha descendido en 83 centésimas.

    La cifra comparada con nuestros socios europeos es decepcionante y pone de manifiesto el grave problema que tenemos en este aspecto, somos el primer país con mayor nivel de desempleo y a la cabeza del paro juvenil entre los Veintisiete en septiembre. Por cierto, que la eurozona se situaba en julio en el 6,4% y en el 5,9% la UE, según Eurostat.

    Desgraciadamente no es un dato puntual, España con los países de sur, siempre ha estado en los peores lugares. Nuestro paro estructural, crónicamente, es superior al de los otros países europeos. Es más, nuestro mercado es muy volátil, nos afectan mucho los ciclos económicos, basando la creación de empleo en sectores como construcción y hostelería, nos descolgamos de los puestos industriales y no somos capaces de aprovechar la innovación tecnológica, ni la atracción de inversión internacional.

    En la legislatura pasada los tristemente famosos contratos fijos discontinuos sirvieron para maquillar las cifras, los datos ponen blanco sobre negro. De acuerdo con el propio Ministerio de Trabajo, en octubre, las denostadas ETT por Yolanda Díaz incrementaron la suscripción de sus contratos en un 4,96% interanual, siendo los fijos discontinuos 144.551, el 68% de los registrados por el SEPE un porcentaje histórico al marcar récord. Como muchos afirmamos esta invención ha servido para compensar la extinción de los contratos temporales de servicio y obra. Como este diario exponía, el paro en diciembre, datos del SEPE, era de 2,7 millones de personas, de no incluir los datos de trabajadores fijos discontinuos sin actividad añadiría 746.077 trabajadores. No es de extrañar que, a pesar de las promesas, el Ministerio de Yolanda Díaz aún no nos haya aclarado los datos.

    Que los gobiernos de izquierda no se llevan bien con las cifras laborales es una realidad desde al menos el gobierno de Rodríguez Zapatero. Rompiendo el diálogo con las patronales de empresarios y autónomos, los que generan los puestos de trabajo más allá de los públicos, ha impuesto una subida del SMI del 5%, con el consiguiente aumento en las cotizaciones a las que se enfrentaron los empresarios. Menos mal que este era el Gobierno del diálogo y el consenso.

    La metida de pata con esta subida, achacada al IPC, ha sido tal que, con tan solo tres horas de diferencia de una propuesta presentada por el PP, el Gobierno ha anunciado medidas para contrarrestar la caída de la renta disponible (renta bruta menos impuestos pagados) de las rentas más bajas, para el resto le supondrá un aumento del pago a Hacienda.

    Pero sí la medida puede llevar a cierre de empresas, especialmente pymes en situaciones muy difíciles, no ha tenido bastante con subir el salario; ya nos anuncia conversaciones o imposiciones para reducir la jornada laboral a 37,5 horas. Ante ambas medidas tan solo se puede aseverar y asegurar que el daño a la competitividad de nuestra economía, por cierto, bajísima, nos hundirá aún más. De verdad, ¿este Gobierno entiende algo de mercado laboral y el desempeño en la economía de un país, especialmente en productividad?

    Es más, aparecen rumores o noticias sobre la intención de retocar el despido. Una vez más hay que recordar que esta medida, muy del gusto de los dos sindicatos mayoritarios, lo único que produce es un mayor encorsetamiento y rigidez en nuestro atrófico mercado. ¿No sería mejor crear un equipo de trabajo con la menor presencia de políticos e integrado por técnicos y especialistas para implementar la denominada mochila austriaca? Este instrumento, en los países de nuestro entorno, funciona perfectamente y está ampliamente implementado.

    Por último, como decía anteriormente, España no ha sabido aprovechar las innovaciones tecnológicas adecuadamente. La IA es ya una realidad que se va a desarrollar e implantarse, ya lo está haciendo, muy rápidamente. Es evidente que va a producir cambios drásticos en nuestro mercado laboral, especialmente en aquellas ocupaciones que son rutinarias y repetitivas, ahora bien, si sabemos aprovecharla supondría un buen impulso a nuestra maltratada productividad. Sí, creará desempleo, pero también creará empleo; estos nuevos puestos serán además de rentas altas y de alto valor añadido para las cadenas de producción. Para los trabajadores ya en activo, así como para nuestros jóvenes que se están preparando para incorporarse al trabajo en un futuro la educación, formación y especialización en esta tecnología, IA, va a ser básica para su colocación y salario a percibir. Por una vez, no lleguemos tarde y pongámonos todos manos a la obra de este desafío.