Opinión
El asalto fiscal que viene
- El endurecimiento de la política impositiva se traducirá en más empobrecimiento
José María Triper
Aún no tiene asegurada la investidura, y los últimos movimientos apuntan a que se complica, pero Pedro Sánchez y sus chicas de la economía ya tienen diseñado el nuevo asalto fiscal con el que felicitar el nuevo año a los ciudadanos españoles y que tiene tres ejes de actuación: el aumento de algunos impuestos existentes, la creación de nuevas figuras impositivas y la supresión de las bonificaciones aprobadas contra la inflación. Todo ello aderezado con una subida de las cotizaciones sociales, que son un impuesto al trabajo en un país con más de 3,2 millones de parados reales y que lidera la tasa de desempleo de la UE.
En concreto, el plan presupuestario para 2024 que el Gobierno ha enviado a la Comisión Europea recoge un aumento de la presión fiscal de 7.355 millones de euros, así como un incremento de ingresos de unos 4.000 millones para la Seguridad Social, con una nueva subida de la presión fiscal del 0,5%, hasta el 38,6% del PIB frente al 34,9% en que se situaba cuando Sánchez accedió al Gobierno, el mayor incremento de la UE sólo superada por Eslovenia y Lituania.
Y si de la presión fiscal pasamos al esfuerzo fiscal, que mide la relación entre la presión fiscal y la renta per cápita de los ciudadanos, vemos que el esfuerzo fiscal que soportamos los ciudadanos españoles supera ya en un 50% el promedio de la Unión Europea, mientras que la economía española se sitúa a la cola de la OCDE en competitividad fiscal.
Pero como esto no parece suficiente para la voracidad fiscal del gobierno socialpopulista para el próximo ejercicio trabaja ya en una subida del IRPF para las rentas superiores a 50.000 euros, lo que supone un golpe de gracia para las clases medias, con el añadido de eliminar la deducción en este impuesto para la declaración conjunta. Una reducción que, como explicaba recientemente elEconomista.es, puede llegar a 3.400 euros en el caso de sólo uno de los cónyuges trabaja o cuando existe una gran diferencia de ingresos entre ambos, lo que reduce los ingresos para Hacienda en unos 2.400 millones de euros.
Los cálculos realizados por los analistas fiscales estiman que desde que llegó al Gobierno Sánchez ha elevado la factura fiscal de los españoles en 159.000 millones de euros, un 32,5%, lo que supone entre 10.400 y 13.800 euros por cada español. Factura que ahora quiere incrementar también con una nueva tasa de basuras con la que espera recaudar un mínimo de 3.000 millones de euros, 500 millones más que la que ingresaba la plusvalía municipal antes de que la anulara el Tribunal Constitucional. A lo que hay que sumar el fin de las medidas antinflación, como las bonificaciones del IVA a determinados alimentos y a la factura de la luz, manteniendo únicamente las ayudas al transporte.
Y, respecto a las cotizaciones el Ejecutivo ya ha esbozado que pretende duplicar la subida de las cotizaciones sociales a empresas y trabajadores en seis años, para lo que el Ministerio de Seguridad Social, que dirige José Luis Escrivá, ha elaborado una tabla de incrementos que cifra la subida para 2024 en el 0,7%.
Todo apunta, pues, a un endurecimiento de la política impositiva ante el regreso de las reglas de estabilidad en la eurozona y también para pagar los costes de una administración elefantiásica y el precio que exigen los nacionalistas catalanes para apoyar la investidura, en detrimento del resto de las regiones españolas.
Una ofensiva fiscal que se traducirá en menos capacidad adquisitiva, más empobrecimiento general, caída de la cifra de negocio de las empresas, aumento del paro y pérdida de competitividad de nuestras exportaciones que ya están en fase de descenso, como refleja la caída del saldo comercial de mercancías en el sector exterior que ha pasado de caer a ritmos trimestrales del -1,9% a hacerlo a un -2,7%, mientras que la capacidad de financiación en el sector exterior sigue el mismo camino con un debilitamiento trimestral de 0,6 puntos. Esta es su política social y este su concepto de justicia y de solidaridad. ¡País!