Opinión
Luz al final del túnel para la banca
elEconomista.es
El pasado trimestre fue histórico para la banca española. No en vano entre julio y septiembre las ganancias de las entidades superaron los 4.000 millones, un umbral que no lograba romper desde mediados de 2009. La cifra, además, supone triplicar los beneficios registrados en el mismo periodo de 2017.
No ha sido fácil llegar hasta esta meta. Los bancos han tenido que cambiar una política comercial arraigada durante décadas, en la que el cobro de comisiones desempeñaba un papel secundario. Ahora, por el contrario, las entidades se afanan en la distribución de productos de alto valor añadido, capaces de generar ese tipo de ingresos, como fondos de inversión y planes de pensiones.
En la recuperación del beneficio también han sido claves el fuerte saneamiento de sus balances, lo que menguó la necesidad de provisiones, y la reducción de costes, mediante la aún necesaria disminución de la red de sucursales físicas. Sin duda, pese a este avance, sería precipitado asegurar que los desafíos han terminado para el sector.
En el conjunto de la Eurozona, las expectativas de alzas de tipos vuelven a alejarse. En cuanto a España, no debe olvidarse que aún existe cierta inseguridad normativa sobre aspectos tan básicos como quién debe correr con los gastos de la firma de una hipoteca (la norma que lo aclarará, la nueva ley hipotecaria, debería enviarse hoy al Pleno del Congreso).
Pero, sobre todo, falta aún una verdadera recuperación del negocio crediticio ya que, todavía en el tercer trimestre, el margen financiero obtenido en este capítulo bajaba en España. Por tanto, la banca de nuestro país empieza a ver la luz al final del túnel, a la espera de que la recuperación definitiva llegue con un mayor avance de la demanda solvente de crédito.