Opinión

Los ahorros que la retribución flexible genera

    La retribución, aliada para la retención del talento

    Borja Aranguren

    Como consecuencia de los cambios que ha experimentado el mundo laboral durante los últimos meses, la ya acabada campaña de la Declaración de la Renta de este año fue más atípica que nunca. Los datos de la Agencia Tributaria (AEAT) indican que se recibieron un 2,1% más de declaraciones que en 2020 (más de 21 millones); descendiendo, por su parte, las devoluciones un 3% (10.587 millones, en total).

    Según la AEAT, estos datos se deben a las declaraciones de los trabajadores en Erte, unos 3,5 millones de personas durante 2020. Por otra parte, los 460.000 beneficiarios del Ingreso Mínimo Vital (IMV) (de los que 226.000 son menores de edad), aprobado al albor de la pandemia, también tenían la obligación de presentar la Declaración.

    Este año, además, novedades como la incorporación automática de los datos de actividades económicas para los libros registro normalizados y las deducciones en la inversión en producciones cinematográficas y para donativos se sumaron a las ya vigentes relacionadas con la compra de vivienda habitual (previo a 2013) o las aportaciones a planes de pensiones. En este último caso, las deducciones aplican hasta los 8.000 euros, un umbral que bajará a los 2.000 en la declaración del próximo año, con el objetivo de favorecer los planes de pensiones de empleo.

    Actualmente, solo un 1% de las empresas ofrece este tipo de planes, según los datos de Inverco, pero no hay que esperar al año que viene para que las aportaciones de la empresa al conocido "salario emocional" tengan también su impacto en la declaración de la Renta de los trabajadores. La retribución flexible, un concepto que gana protagonismo en las empresas, tiene también su incidencia en el ahorro de los trabajadores que lo disfrutan (además de ayudar a las empresas a recompensar a sus empleados y a retener el talento, algo fundamental en estos tiempos que corren).

    En términos económicos, uno de los beneficios más destacados de la retribución flexible para los empleados es que posibilita destinar hasta un 30% de su sueldo a estos servicios, que están exentos de IRPF. De esta forma, los productos contratados a través de la empresa suponen un ahorro fiscal, que aumenta el salario neto de los trabajadores, sin modificar su base de cotización a la Seguridad Social, y sin que la empresa tenga que soportar más gastos salariales. En la declaración, la base imponible ya figura con las reducciones derivadas del consumo de servicios a través de los planes de retribución flexible, por lo que los trabajadores no tienen que modificar nada.

    A la hora de practicar las deducciones en el IRPF, es necesario conocer cuáles son los bienes y servicios que cotizan en la empresa y cuáles no. Por un lado, vivienda, manutención, vehículo o transporte son algunos de los servicios que cotizan en la empresa, siempre que sea la compañía quien proporcione dichos bienes gratis o a un precio inferior al del mercado. Estos servicios no aparecen reflejados en la declaración de la renta, por lo que suponen un gran ahorro para los empleados, en un momento en el que todo ello ha cobrado especial importancia.

    Por otra parte, se encuentran los beneficios que están exentos de IRPF, al formar parte de un plan de retribución flexible. Enfocados principalmente a conseguir el bienestar de los empleados, cada vez más empresas ofrecen servicios como el seguro de salud, vital en este momento en el que el 90% de los empleados reconoce que la ansiedad se ha incrementado por su trabajo; o el gimnasio, para llevar una vida más saludable y rendir más en el trabajo. La clave para las empresas está en encontrar el equilibrio entre lo que pueden ofrecer de manera rentable a sus empleados y lo que estos demandan.

    Por ejemplo, para un salario bruto de 30.000 euros anuales, una persona que cuente con la posibilidad de pagar algunos productos con la retribución flexible (por ejemplo, guardería, transporte o comida; que son los que históricamente han incluido las empresas dentro de este modelo) podría ahorrarse unos 1.700 euros al año. Al incluir estos servicios en la retribución flexible, su base imponible se reduciría y la cantidad de impuestos a pagar también sería muy inferior a la que supondría si los pagase directamente de su salario.

    En la situación pospandémica actual, los trabajadores buscan contar con nuevas fórmulas de ahorro que les permitan mantener su estabilidad económica. Sin duda, la retribución flexible y su incidencia en la declaración de la renta es una buena vía para ello que, además, aumenta su bienestar y su compromiso corporativo. Las empresas que ofrecen este tipo de beneficios consiguen contar con empleados más motivados, además de mejorar la productividad, en momentos en que es más importante que nunca.

    En este punto, es muy importante también que las compañías cuenten con una política de comunicación interna que visibilice las ventajas de modelos como el de la retribución flexible. Cada vez más, opciones de wellness corporativo, entertainment o mobility se incluirán en el catálogo en los beneficios que se ofrecen a los empleados, algo que, además de aumentar su bienestar, les repercutirá positivamente a nivel de ahorro.