Opinión

¿Por qué todos deberíamos invertir en acciones?

    Urge una mejor educación financiera

    Alejandro Zala

    Por desgracia, invertir activamente en acciones no es una práctica habitual en nuestro país. Las cuotas de adopción son bajas y muchos prefieren perder poder adquisitivo al dejarlo parado en su cuenta bancaria. ¿Cómo podemos cambiar esta práctica?

    El mercado bursátil es un fenómeno interesante con connotaciones muy marcadas que no han cambiado desde hace décadas. La sociedad ha aceptado que una pequeña minoría con suficiente capital y conocimientos obtenga importantes rendimientos, mientras el resto siguen pensando que no tienen suficiente dinero para invertir. Esto no sólo es injusto, sino también anticuado. En tiempos como los actuales en los que el dinero de los bancos centrales nunca ha sido tan barato, es necesario ofrecer oportunidades de diversificación, especialmente en un mundo deflacionario en el que vivimos y donde obtener rentabilidad es cada vez más difícil.

    Un sector con problemas de imagen

    Es necesario preguntarse por qué tantas personas en todo el mundo no participan activamente en el mercado financiero. En mi opinión, hay varias razones. En primer lugar, el sector tiene un problema de imagen. En lugar de ofrecer un acceso sencillo y barato a las acciones o a los fondos cotizados, los bancos han actuado como guardianes decidiendo quien puede y quien no puede participar, con precios excesivos y vendiendo, a menudo, productos de escasa transparencia y elevadas barreras de entrada. El resultado han sido unas comisiones elevadas, una nula transparencia y, al final, unos inversores decepcionados. Por otra parte, hay poco conocimiento de las posibilidades que existen más allá de bienes inmuebles y planes de pensiones. La falta de experiencia en el mercado financiero se traduce en un conocimiento limitado sobre el mercado de valores.

    Menos burocracia, más transparencia

    A pesar de estar en 2021, cuando hablamos de inversión, para la gran mayoría poco ha cambiado desde 2010. Demasiado papeleo, infraestructura anticuada e interfaces de usuario confusas son solo algunas de las razones por las que los jóvenes, en particular, no suelen estar interesados en invertir en compañías cotizadas. Para captar su interés, es necesario ofrecer un servicio accesible, sencillo y disponible las 24 horas del día, los 7 días a la semana y, sobre todo, operar de forma fraccionada sin costes fijos.

    La actual estructura de costes de los brokers excluye a la mayoría de la población. Si hoy realizo una operación y consigo pagar menos de 6 euros de comisiones, soy todo un afortunado. El problema es cuando una operación de 100 euros se convierte en una extorsión y deja de ser una inversión. Este sistema está obsoleto y las plataformas de activos digitales, como Bitpanda, vamos a acabar con este anticuario. Los próximos años van a ser muy interesantes para los usuarios en Europa, especialmente para aquellas personas que todavía no han entrado al mercado de valores por las razones expuestas anteriormente.

    El papel de los legisladores

    El Estado tiene que ayudar activamente, especialmente promoviendo la educación financiera entre los jóvenes. También debería haber más incentivos para fomentar la inversión y el ahorro. Un ejemplo práctico sería la exención fiscal de las ganancias de las acciones tras un periodo de tenencia superior a un año. Esta simplificación eliminaría un obstáculo que suele ser decisivo, sobre todo para los pequeños inversores. El sector y el Estado deberían aspirar a que el mercado de valores deje de ser un fenómeno elitista y se convierta en algo en lo que todos puedan participar.

    Queda mucho por hacer para que las personas con menos recursos y conocimientos tengan una oportunidad justa. Las empresas y las personas que formamos partes de ellas debemos trabajar para mejorar y desarrollar productos transparentes con buenas condiciones y estructuras comprensibles. Al fin y al cabo, hay que pulir una imagen que se ha visto permanentemente empañada. Ahora corresponde a los políticos tomar las medidas adecuadas. Respecto a los productos y la innovación, no estoy preocupado, puedo asegurar que van por buen camino.