Motor

Toyota y Mazda desarrollan un ecosistema de baterías para plantar cara al avance chino en eléctricos

Logo de Toyota sobre las oficinas de la empresa | iStock

Diego Estebanez García
Madrid,

Las firmas japonesas quieren recortar distancia con sus pares chinos en tecnología de baterías para vehículos eléctricos. El mayor fabricante de automóviles del mundo por volumen, Toyota, y el fabricante nipón Mazda, han anunciado este jueves que han iniciado pruebas de los sistemas almacenamiento de baterías para crear un ecosistema local donde estos dispositivos tengan diversos usos y aplicaciones.

En concreto, ambos grupos están probando la tecnología de almacenamiento de energía de barrido de Toyota en la planta de Mazda en Hiroshima (Japón) en el que el sistema eléctrico de la sede central de esta planta (el único sistema de generación de energía operado por un fabricante de automóviles en Japón) y el sistema de Toyota, que utiliza baterías de vehículos electrificados (híbridos enchufables y eléctricos) se conectarán mediante sus respectivos sistemas de gestión de energía.

Lo que quieren lograr ambas firmas, entre otras cosas, es un sistema de almacenamiento que se utilizará para regular la oferta y la demanda de energía renovable, que fluctúa según el clima y la hora del día. Además, con estas aplicaciones, los grupos automovilísticos quieren promover la adquisición estable de recursos críticos para la fabricación de baterías, así como una cadena de suministros con el que puedan reutilizar las baterías de forma sostenible Japón, incluidas las de los vehículos eléctricos.

Este anuncio sobre la reutilización de baterías de coches eléctricos llega en un momento de incertidumbre para los fabricantes de vehículos, cuando China ha empezado a poner trabas a la exportación de minerales críticos, como el litio, que son necesarios para la producción de baterías. Pekín lanzó el mes pasado además una lista de control de envíos al exterior de tecnologías necesarias para la producción de estos sistemas de almacenamiento y de los cuales el gigante asiático mantiene un monopolio dominante.

La carrera por mejorar los sistemas de carga y almacenamiento de baterías se ha intensificado en los últimos meses. En marzo, BYD, el mayor fabricante mundial de vehículos enchufables y uno de los principales productores de baterías, anunció un sistema de carga ultrarrápida capaz de proporcionar 400 kilómetros de autonomía en solo cinco minutos. Poco después, en abril, CATL presentó su segunda generación de baterías ultrarrápidas, que alcanzan 520 kilómetros de autonomía en el mismo tiempo.

El líder mundial en fabricación de baterías, que construye junto a Stellantis una gigafactoría en Zaragoza, ha presentado un nuevo modelo de baterías de ion-sodio con una densidad energética de 175 Wh/kg. Estas baterías pueden operar en un amplio rango de temperaturas —de -40 °C a más de 70 °C— y superar los 10.000 ciclos de carga. La compañía busca posicionar esta tecnología como una alternativa competitiva frente a las baterías de litio-ferro-fosfato (LFP), reconocidas por su mayor durabilidad en comparación con las de níquel-manganeso-cobalto (NMC).

Una alianza de una década

Toyota y Mazda dan un nuevo impulso al acuerdo que firmaron en 2017, cuando sellaron una integración de capital con compra cruzada de acciones. Entonces, Toyota tomó la delantera al hacerse con un 5,1% de Mazda, convirtiéndose en su tercer mayor accionista. El pacto incluía la creación de una planta conjunta en Huntsville (Alabama) para fabricar el Corolla Cross y el CX-50, así como el desarrollo de tecnologías para vehículos eléctricos, conectividad y seguridad, junto con la expansión de productos complementarios.

Los grupos automovilísticos, que dieron los primeros pasos en 2015 al firmar una alianza de colaboración continuada para capitalizar los recursos de ambas empresas y complementar productos y tecnologías, han afirmado que tienen el objetivo de centrarse "en un enfoque de múltiples vías" para lograr la neutralidad de carbono y "fortalecer la competitividad de la industria".