Motor
Nada de conducir con la mano sobre la palanca de cambios: parece inofensivo, pero con el tiempo provoca desgaste y averías caras
- Si el conductor adopta esta mala postura, puede afectar a la salud de su vehículo y a la seguridad vial
- Este pequeño sensor es clave para la aceleración del coche: si falla puede provocar tirones, pérdida de potencia y averías caras
- Se insta a los conductores apagar el motor en estas situaciones para ahorrar gasolina y evitar averías en el coche
Daniel Ceped
Cuando una persona tiene poca experiencia al volante, lo más normal es que antes de arrancar dedique unos segundos a colocarse correctamente en el asiento y que circule manteniendo una postura correcta. Sin embargo, con el paso del tiempo, los conductores empiezan a adoptar ciertas manías o malos hábitos que parecen insignificantes, pero que en el fondo pueden afectar a la salud del coche y, sobre todo, a la seguridad vial.
Un buen ejemplo está relacionado con la posición de los brazos. La teoría señala que las manos deben ir al volante en la posición de las '10:10', pero en la práctica hay muchos conductores que colocan la mano izquierda en el volante y la derecha en la palanca de cambios. Este gesto, que puede parecer inofensivo, puede provocar averías importantes.
Por qué se debe evitar
Hay quienes creen que llevar una mano en la palanca de cambios es positivo porque facilita las maniobras y permite colocar una marcha más rápido. Sin embargo, la realidad es que es peligroso tanto para el coche como para el conductor. La clave es que aunque puede dar la impresión de que la mano simplemente está apoyada, lo que hace es generar una presión continuada que aumenta el desgaste del sistema.
Es decir, con el simple peso de la mano, la palanca genera tensión innecesaria mecanismos internos de la transmisión. Aunque no sea una presión muy fuerte, sí es constante, lo que hace que el sistema active el piñón de la marcha colocada. Si solo ocurre una vez, es complicado que haya efectos negativos, pero con el paso del tiempo, el mecanismo se empieza a desgastar repercutiendo negativamente en la caja de cambios.
Es precisamente ese desgaste lo que puede resultar en un susto al volante. Y es que llevar la mano sobre la palanca de cambios puede provocar que haya ruidos y vibraciones, que sea complicado colocar las marchas o que el conductor sienta la propia palanca demasiado suelta, tal y como explica el experto en automovilismo Sebastián Rebollo en su cuenta de TikTok.
Más detalles
El desgaste de la caja de cambios no es la única consecuencia de conducir con la mano derecha sobre la palanca. Este hábito hace que el conductor tenga menos capacidad de reacción ante imprevistos al tener una única mano en el volante. Del mismo modo, reduce la sensación de alerta y aumenta las posibilidades de que un roce o un apoyo involuntario provoque un cambio de marcha fuera de lugar.