¿Qué es el "steer-by-wire" con el que Mercedes quiere revolucionar la conducción en 2026?
- Mercedes será la primera marca alemana en ofrecer un coche sin conexión mecánica entre volante y ruedas
- Maniobras más ágiles, una experiencia de conducción más fluida y nuevas posibilidades de diseño
- Peugeot e-208 (2027): el primer coche del grupo Stellantis que dirá adiós a la columna de dirección con un sistema "by-wire" hecho por Toyota
Miguel García
Hay titulares que se escriben solos. "Mercedes quiere revolucionar cómo se conduce el coche" suena a lema publicitario… pero es literal. A partir de 2026, Mercedes comercializará un sistema con el que el conductor ya no moverá directamente las ruedas con sus manos. No, al menos, de forma directa.
Con el sistema "steer-by-wire", el volante ya no está conectado físicamente a las ruedas. Y esto supondrá un peldaño más en la escalera hacia cómo el propio coche se conduce de forma autónoma.
En su lugar, las órdenes del conductor se transmitirán a las ruedas desde el volante mediante cableado eléctrico. El volante envía señales digitales que son interpretadas por un actuador eléctrico, que orienta las ruedas. Tampoco transmitirá las instrucciones del volante directamente, sino que aplicará el giro en función de diversos parámetros. Sobre el papel (y dependiendo del software), se podrá conseguir mayor precisión de conducción, más agilidad en ciudad y más facilidad al aparcar. Adiós a los volantazos o al gesto de recolocar las manos al meter el coche en una plaza estrecha, porque la desmultiplicación, lo que giran las ruedas en función del giro de volante, será… la que se requiera en cada momento.
Mercedes no es pionera
Muchas marcas ya han trabajado en una dirección desconectada físicamente de la barra de dirección, y no solo en prototipos. Todos aquellos que incorporan una dirección adicional en las ruedas posteriores funcionan así, sin conexión directa, siguiendo las órdenes de un ordenador. Más aún, el sistema "by-wire" que anuncia Mercedes, ya se había comercializado en el mercado español, por la filial de lujo de Nissan, Infiniti. Tres sistemas redundantes permitían dicho funcionamiento sin barra de dirección, aunque sí que la tenía -desacoplada durante el funcionamiento normal-, obligado por la normativa europea. Toyota lo lanzó en su SUV eléctrico (solo en Japón), y Peugeot o Renault ya han mostrado similares intenciones para el futuro.
El volante, ¿también para usar en videojuegos?
El salto tecnológico que aporta la dirección "by-wire" no solo redefine cómo se comporta el coche. También da más libertad a los diseñadores del interior. Sin necesidad de conexión física con la dirección, el volante podría ubicarse en cualquier lugar del salpicadero o desplazarse. Esto mejoraría el acceso al vehículo y deja margen a una arquitectura interior más libre. Ingeniería tampoco tendría que configurar coches distintos para volante a izquierda o a derecha. Se recibirían menos vibraciones en el volante, salvo las que se introduzcan artificialmente para informar al conductor del agarre y de lo que sucede bajo las ruedas. También amplía la visibilidad del cuadro de instrumentos, porque con medio giro a cada lado se resolverían las maniobras y el volante podría ser más pequeño, al estilo de un coche de carreras.
El sistema "steer-by-wire" se integra perfectamente con la conducción autónoma. El volante podría quedarse inmóvil en las curvas que el coche aborde por sí mismo (o girar, según decida el fabricante). A partir de sistemas de nivel 3 (SAE), en el que ya no se mira la carretera, el volante podrá plegarse o esconderse parcialmente, dejando espacio libre para disfrutar de la pantalla de entretenimiento. Más que eso, se les podría ocurrir usarlo como mando para manejar un videojuego.
Sin conexión directa, cuando el coche también esté dotado con dirección a las ruedas traseras, éstas podrán girar ángulos muy superiores (hasta 10 grados, dice Mercedes): circunstancias contrapuestas, como estabilidad y agilidad, podrán mejorarse simultáneamente.
Mercedes ha desarrollado una arquitectura redundante con sensores, actuadores y alimentación duplicados. Incluso en caso de fallo total, dicen que el sistema de dirección trasera y el control de estabilidad ESP permitirían mantener la trayectoria. Todo ha sido validado -dice Mercedes- con más de un millón de kilómetros de pruebas en bancos y tráfico real.