Bolsa, mercados y cotizaciones
La bolsa americana atisba ya la posible reelección de Trump en 2020
José Luis de Haro
Nueva York,
En medio de guerras comerciales, crisis migratorias e incluso un posible impago por parte del gobierno estadounidense a sus acreedores tan pronto como el próximo septiembre, los inversores comienzan a poner sus miras en las elecciones presidenciales de 2020.
Una carrera de fondo donde los demócratas todavía deben perfilar su criba antes de determinar qué candidato acabará por plantar cara al actual inquilino de la Casa Blanca. El presidente Donald Trump se enfrentará a las urnas en un momento clave tanto para la economía como la bolsa americana.
En este sentido, algunos no pasan por alto que el S&P 500 acumula una rentabilidad de casi el 50% desde que el republicano ganase las elecciones en 2016. Los nuevos máximos alcanzados recientemente por este indicador y el último sondeo realizado por el Washington Post y la cadena ABC, que otorgó al mandatario su mayor nivel de aprobación de su periplo como presidente, con un 47% del favor de los votantes registrados para votar, hacen pensar que su reelección podría estar más cerca.
Las caídas bursátiles deben ser excepcionalmente profundas para realmente tener impacto en los votantes
"Solo tres presidentes estadounidenses lograron un segundo mandato en la era moderna y Trump se beneficia tanto de la ventaja de la titularidad como de la fuerte economía estadounidense", resalta Robert Rowe, estratega de Citi. Rowe considera además que es poco probable que una modesta desaceleración del crecimiento en los meses próximos a las elecciones conduzca a una caída importante en el apoyo de Trump.
De hecho, también resta importancia a una modesta corrección en la bolsa americana ya que históricamente las caídas bursátiles deben ser excepcionalmente profundas para realmente tener impacto en los votantes, salvo que estas formen parte de un período sostenido de declive económico.
La salud, el transporte y el almacenamiento lideran la creación de empleo
Hasta la fecha, la economía estadounidense muestra algún signo de flaqueza pero, en general, la expansión continúa en marcha. El país generó 224.000 empleos en junio, lo que elevó la media mensual entre abril, mayo y junio al hasta los 171.000 puestos de trabajo.
"Para los funcionarios de la Fed, la fortaleza del dato de empleo en junio aliviará las preocupaciones sobre un debilitamiento material del mercado laboral a corto plazo, pero esta no será la única referencia antes de decidir qué pasará con los tipos de interés en la reunión de finales de este mes", indica Ellen Zentner, economista de Morgan Stanley.
Citi: "El fuerte repunte de las contrataciones manufactureras son particularmente alentadoras"
La contratación estuvo liderada por el sector de la salud, que sumó 50.500 empleos así como el transporte y almacenamiento. El empleo manufacturero, que había sido relativamente débil, sumó 17.000 trabajos el mes pasado. Las empresas de construcción generaron 21.000 empleados más mientras el sector minorista eliminó 5.800 puestos de trabajo.
"El fuerte repunte de las contrataciones manufactureras son particularmente alentadoras", reconoce Andrew Hollenhorst, economista de Citi. "Esto junto con el repunte de mayo en los pedidos de bienes duraderos, apunta a una cierta estabilización del sector", añade.
Capital Economics: "Esperamos que el crecimiento económico se desacelere aún más en el tercer trimestre"
En estas circunstancias, algunas mesas de inversión comenzaron a replantearse si la Fed llevará a cabo un recorte de tipos de 25 puntos básicos el próximo 31 de julio como sigue descontando el 96,1% del mercado. La presión que el mandatario hace sobre la Fed para que relaje su política monetaria no es coincidencia, ya que una condiciones más acomodaticias podrían extender aún más el ciclo económico más largo de la historia del país.
Si en el primer trimestre el PIB se expandió un 3,1%, en estos momentos tanto la Reserva Federal de Atlanta como la de Nueva York estiman que el país habría crecido a un ritmo del 1,3% entre los meses de abril a junio. "Con las tensiones comerciales todavía vigentes esperamos que el crecimiento económico se desacelere aún más en el tercer trimestre, por debajo del 1%", avisa Michael Pearce, economista de Capital Economics.
La divergencia de los demócratas
William Gason, miembro de la Brookings Institution, un think tank con sede en Washington, incide en que los candidatos demócratas "se enfrentan a una dura elección entre complacer a los votantes demócratas durante las primarias y todo el electorado en las generales". En este sentido no solo se refiere a los planes fiscales sino sobre todo en propuestas de salud. La propuesta de Medicare para todos que se hizo popular entre los demócratas el año pasado corre el riesgo de "convertirse en una trampa" para los candidatos en 2020, aclara Gason.
Los aspirantes demócratas a la Casa Blanca el año que viene apoyan su carrera presidencial en algunas de las propuestas fiscales más progresistas propuestas en las últimas décadas.
Los candidatos a llevar al Partido Demócrata hacia la Casa Blanca piden más impuestos para los ricos
La senadora demócrata por Massachusetts, Elizabeth Warren, ha centrado su propuesta fiscal alrededor de un gravamen anual del 2% al patrimonio para los estadounidenses con más de 50 millones de dólares en activos y del 3% para aquellos con una fortuna de más de 1.000 millones de dólares. Este impuesto se sumaría al impuesto sobre la renta que estos individuos paguen al fisco estadounidense.
Por su parte, Kamala Harris, senadora demócrata por California, busca ofrecer un crédito fiscal reembolsable para la clase media de hasta 3.000 dólares por ciudadano o 6.000 dólares por familia. Los contribuyentes deben tener al menos 18 años para recibir este crédito y pueden elegir recibir los pagos del crédito por adelantado mensualmente. Harris quiere costear esta propuesta revocando los recortes fiscales de Trump y creando una tasa a las grandes instituciones financieras.
El senador independiente de Vermont, Bernie Sanders, repite sus aspiraciones presidenciales con sus planes de aumentar el impuesto federal sobre el patrimonio al 77% para el 0,2% de los individuos más ricos del país, es decir, aquellos con más de 1.000 millones de dólares en activos.
Mientras tanto, el senador demócrata por Nueva Jersey, Cory Booker, ha propuesto un proyecto de ley que crearía cuentas de ahorro para todos los menores de edad estadounidense y que se costearía con un incremento en la fiscalidad de los bienes de capital y los impuestos estatales.
La senadora demócrata por Nueva York, Kirsten Gillibrand, y la congresista demócrata de Hawái, Tulsi Gabbard han denunciado los recortes de impuestos de los republicanos. Al mismo tiempo, Julian Castro, secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano bajo la administración de Barack Obama, apoya el aumento del impuesto de sociedades para que las compañías "paguen su parte justa".