Bolsa, mercados y cotizaciones

Venda bolsa en abril y vuelva más tarde, tras una caída o menos complacencia

  • Las bolsas terminan el trimestre con fuertes ganancias
  • El mercado se ha instalado en la complacencia frente a la desaceleración
Los bonos soberanos europeos no sirven como refugio

Cristina García

Sin temer demasiado los nubarrones que las rodean, las bolsas han subido en solo tres meses prácticamente todo lo esperado para el conjunto del año. En el mercado se ha instalado en la complacencia y poco ha importado la amenaza de tormenta que supone la desaceleración de la economía, que se refleja ya en los últimos cuadros macro presentados por los bancos centrales y también en las propias expectativas de beneficios, más bajas ahora que en enero.

Pero no es lo único que las bolsas no se han tomado tan a la tremenda como en el pasado: la guerra comercial, la propia ralentización de China o el Brexit, fuentes de incertidumbre aún por resolver y que tiempo atrás fueron motivos para vender, hoy no impactan tanto.

El por qué se encuentra en el cambio de rumbo de los bancos centrales y su decisión de demorar la normalización de sus políticas monetarias en aras de evitar la temida recesión. "Tenemos unas bolsas yonkis a los bancos centrales", describe Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión. Y con sus últimas medidas, "las bolsas ya han recibido su chute y se han tranquilizado", enfatiza.

Pese a ese apoyo extra con el que cuenta el mercado, los gestores reconocen haber aprovechado las subidas para bajar su exposición a la renta variable y esperar, así, a que el mercado ofrezca una mejor oportunidad de entrada que, según opinan, se producirá a lo largo del año, aunque, avisan, de que es posible que lo mejor de las subidas se haya visto ya.

Las bolsas han vivido una subida bastante agresiva, alcanzando prácticamente los objetivos de retorno planteados para todo el año

Uno de los expertos que desarrolla esta idea es Pedro Sastre, analista de Banca March. A la pregunta de qué debería hacer un inversor que tenga entre un 50% y un 75% de su cartera invertida en bolsa en un momento como el actual, responde que aprovecharía el repunte para rebajar el peso a este activo con el fin de regresar cuando la volatilidad aumente. "Si bien nuestra tesis de ciclo permanece inalterada -crecimiento económico más moderado sin entrar en recesión, beneficios empresariales todavía crecientes aunque a dígito sencillo-", expone, "las bolsas han vivido una subida bastante agresiva, alcanzando prácticamente los objetivos de retorno planteados para todo el año". "En la velocidad de subida", coincide Guillermo Santos, socio de iCapital, "probablemente sí que hemos visto lo mejor".

La bolsa europea, representada por el Stoxx 600, y la americana, por el S&P500, acaban de firmar su mejor trimestre desde marzo de 2015 y desde septiembre de 2009, con una subida del 12% y del 12,7%, respectivamente. En ambos casos, comprar hoy estos índices implica desembolsar una prima -pequeña- respecto al precio requerido a principios de año, y con el hándicap de que soportan un endeudamiento mayor. En el caso del índice europeo, el multiplicar de beneficios se sitúa actualmente en las 13,03 veces, frente a las 13 veces de enero. En el del americano, el PER (número de veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) se sitúa en las 16,4 veces, frente a las 15,9 veces de hace tres meses (un 3% más).

Fuera de los Estados Unidos, las valoraciones no son muy exigentes y, si asumimos un repunte del crecimiento, el aumento de las ganancias podría volver a ser positivo a final de año

Detrás de ese encarecimiento, además de la propia subida de los índices en bolsa, se encuentra el deterioro en las expectativas de beneficios que viven ambos índices. La previsión de ganancias en Europa para este año se ha menguado un 2,5% desde enero y la de 2020, un 3,%. En el caso del S&P500, el tijeretazo ha sido del 3,7%en la estimación de este año respecto a la que existía a principios de año y del 3,2% en la de 2020. En ambos casos, en el de la bolsa europea y americana, donde no se ha producido ningún deterioro ha sido en la previsión de 2021.

"Fuera de los Estados Unidos, las valoraciones no son muy exigentes y, si asumimos un repunte del crecimiento, el aumento de las ganancias podría volver a ser positivo a final de año. Históricamente, la renta variable comienza a subir mucho antes de un punto de inflexión en el crecimiento de las ganancias desde negativo a positivo", explica Jeroen Blokland, gestor de Robeco, firma donde también han empezado a bajar su peso a las acciones.

Invertir menos en bolsa

"Creo que conviene empezar a reducir riesgo porque ya hemos obtenido una parte importante de los retornos esperados", razona también Ignacio Muñoz-Alonso, estratega jefe de Inversis. Además, dice, "el mercado empieza a dar muestras de debilidad". Jean Claude Felguera, gestor de Algar Global Fund, estima que nos encontramos en un entorno muy frágil: "No es el mejor momento para ganar dinero, es mejor esperar a acontecimientos de tipo geopolítico", como la guerra comercial, que, en su opinión, traerá más problemas porque Donald Trump tiene manga ancha a nivel exterior para hacer lo que quiera. "Pensamos que no habrá una catástrofe", añade, matizando que sí asumen "más volatilidad".

Se está viendo cómo mucho cliente internacional saca dinero, pero se van a quedar con la escopeta cargada para volver a entrar

Precisamente por todo este contexto, en Mutuactivos reconocen que también han adoptado una posición de mayor prudencia respecto a los activos de riesgo, ya que consideran que el contexto actual "generará mayor volatilidad en los mercados y buenas oportunidades de inversión para aquellos inversores que sepan jugar el rango de manera oportunista". Igual que aprovecharon las caídas sufridas a finales de 2018 para comprar más bolsa, describen, "hemos aprovechado las recientes subidas para reducir el riesgo".

Es el sentimiento que prima en el sector. "El año nos va a dejar muchos momentos como este. Yo estaría tomando beneficios. Se está viendo cómo mucho cliente internacional saca dinero, pero se van a quedar con la escopeta cargada para volver a entrar. Si se produce una caída del 8 ó 10%, la gente volverá a entrar, señala Óscar Anaya, de Tradition.

El hecho de recoger beneficios en bolsa no significa salir por completo de ella. Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum, es partidario de mantener las posiciones, siendo el argumento que "las valoraciones están por debajo de la media histórica si las empresas publican los resultados previstos". En un escenario negativo, dice, "cabría esperar una desaceleración, no una recesión que llevase a una crisis como las que hemos tenido en los últimos años".

La renta fija y la temida recesión

Esas alarmas de recesión volvieron a sonar hace una semana a través de la renta fija, con la curva de rentabilidad invertida de la deuda de EEUU, que a menudo se considera un indicador adelantado de una posible recesión. Eso, llevado a la práctica, significa que el interés que paga un bono a corto plazo es superior al que entrega uno con vencimiento a largo, desafiando toda lógica, y ocurre porque los inversores ven con incertidumbre el futuro más inmediato a nivel económico. Sin la previsión de que los bancos centrales suban los tipos este año a uno y otro lado del Atlántico, las curvas de la deuda pública siguen aplanándose al calor de unos inversores que ya no rechazan incluir bonos en sus carteras.

Muchos gestores explican que con la rentabilidad del bono alemán próxima a cero evitarían "posiciones en bonos del Gobierno" y no tendrían "títulos sensibles a los movimientos de tipos"

"En el papel de activo refugio, preferimos la deuda americana, que puede equilibrar las carteras en caso de materialización de riesgos globales", esgrime Francisco Sainz, CIO de Imantia. También lo prefiere Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada, aunque reconoce que el riesgo dólar no le gusta. También José María Luna, director de análisis de Arquia Banca: "Vemos aún valor por el entorno de crecimiento económico o inflación, que ni está ni se espera a corto plazo, en tramos de 2 a 5 años".

Pero Luna avisa: "En un entorno de represión financiera hay que ser realistas con la rentabilidad esperada y con los riesgos que se asumen (tipos, liquidez, nivel global de endeudamiento). El riesgo es asimétrico y a veces para lograr una pequeña rentabilidad el riesgo asumido, el real, es muy alto". Es por ello que muchos gestores explican que con la rentabilidad del bono alemán próxima a cero evitarían "posiciones en bonos del Gobierno" y no tendrían "títulos sensibles a los movimientos de tipos", señalan en Diaphanum. El estratega jefe de Inversis, por su parte, también cree que "la deuda pública europea actualmente supone un muy mal refugio". Francisco Sainz, CIO de Imantia, aprecia, como Luna, "un perfil asimétrico relevante en la deuda pública europea, donde hay poco que ganar en los niveles actuales".

Pero no todos los gestores se muestran igual de negativos. Diego Fernández, de A&G Banca Privada, apuesta por "el aplanamiento de las curvas alemana y francesa principalmente, y tácticamente por alguna posición en bonos italianos. No vemos cerca el alza de tipos, pero no invertimos en bonos con tires negativas esperando que dentro de unos meses sean algo más negativas que hoy". En Mutuactivos también siguen apostando por deuda periférica y de EEUU frente a la alemana. Aunque reconocen que el contexto de tipos limita mucho el potencial de la renta fija.