Bolsa, mercados y cotizaciones
La renta variable y fija global borran 5 billones de capitalización tras el susto de octubre
José Luis de Haro
Nueva York,
Parece que los inversores han optado por aquello del susto en lugar del trato en un octubre para el olvido. Con el S&P 500 sumándose al club de la corrección, es decir, borrando un 10% desde sus máximos, donde ya militan el Nasdaq Compuesto y el Russell 2000, la extrema volatilidad sigue causando estragos tanto en la renta variable como en la renta fija.
Torsten Slok, economista jefe internacional de Deutsche Bank, reconoce en un informe que durante las últimas jornadas muchos clientes están preocupados por el efecto negativo que estas turbulencias pueden tener en el gasto del consumidor y en la inversión de capital por parte de las empresas estadounidenses. "Necesitamos una corrección más significativa antes de que la situación comience a tener un impacto significativo en las perspectivas económicas", señala.
Para justificar su perspectiva, Slok indica como el valor de los mercados de renta variable y renta fija globales han sumado un valor de 15 billones de dólares desde comienzos de 2017 mientras que, en el mes de octubre, habrían borrado alrededor de 5 billones de dólares. "Los hogares y las empresas no reaccionan a las fluctuaciones a corto plazo", incide.
De hecho, según los cálculos realizados por Joseph Lavorgna, de Natixis, teniendo en cuenta que no se espera una recesión a la vista, el S&P 500 debería caer otro 6% hasta situarse por debajo de los 2.500 puntos para realmente hacer mella en la psique de los estadounidenses y borrar aproximadamente un 10% de la confianza.
El consumo, que supone dos tercios de la economía de EEUU, repuntó entre julio y septiembre apuntalando la expansión del PIB. En la lectura del tercer trimestre dada a conocer el viernes, se pudo observar como los estadounidenses gastaron a su mayor ritmo desde 2014, con el consumo repuntando un 4% tras haber avanzado un 3,8% en el trimestre anterior.
Aún así, como determina Jeremy Nalewaik, economista de Morgan Stanley, la inversión de las empresas se debilitó, creciendo un 0,8%, mientras las exportaciones fueron el gran lastre, de hecho el mayor en los últimos 33 años, tras su contribución a la actividad económica entre marzo y junio, que a ojos de este experto fue desmesurada.
Mientras tanto, desde Capital Economics, su economista global, Andrew Kenningham, determinó en un informe que el ciclo alcista en la política monetaria de la Fed contribuirá a una desaceleración de la economía estadounidense durante 2019-2020.
También avisa que una política monetaria más estricta también puede desencadenar desaceleraciones en países con una alta carga de deuda privada y en economías de la zona euro, donde la deuda pública es también alta. "No creemos que unos tipos de interés más altos por sí solas causen una desaceleración mundial importante en los próximos dos años, pero sí podrían hacerlo en combinación con otros factores", avisa.
Entre ellos, un repunte de la inflación por encima de las expectativas. A ello habría que sumar la posibilidad de que los bancos centrales aprieten la manivela monetaria algo más allá pese a que los precios se mantengan cerca de sus objetivos, con la intención de mantener los riesgos financieros bajo control. Otro asunto a tener en cuenta es que la carga de la deuda ha aumentado a niveles sin precedentes en muchos países y sectores, lo que sugiere que partes de la economía mundial son más vulnerables a una política monetaria más restrictiva que en ciclos anteriores.