Bolsa, mercados y cotizaciones

Los fondos mixtos se enfrentan a un doble temporal: los bonos y EEUU


    Cristina García

    La tormenta perfecta vuelve a gestarse en estos productos que invierten en bolsa y deuda. La volatilidad del mercado ha llevado ya a pérdidas a más de la mitad de ellos este año.

    Los ingredientes del fondo mixto, la bolsa y la deuda, empiezan a ponerse correosos y pueden llegar incluso a indigestar las carteras de los más conservadores en el hipotético caso de que Donald Trump se alce con la presidencia de la Casa Blanca. Su mera escalada en las encuestas a raíz de la investigación abierta por el FBI a su rival, Hillary Clinton, ha disparado la volatilidad en la renta variable y amenaza con dar continuidad a las ventas que ya de por sí se imponen en la renta fija. Éste es, sin duda, su ingrediente más delicado. El temor a que los bancos centrales cesen sus estímulos, gracias al repunte de la inflación y a la mejora de los datos macro, ha llevado a los inversores a deshacer posiciones en los bonos, dejando en entredicho el atractivo de los mixtos.

    Después de ser los grandes favoritos de 2015, en lo que va de año han salido más de 3.000 millones de euros de estos productos. Es más, es la única categoría que ha sufrido reembolsos, junto a la de bolsa española. Pero aún así, el patrimonio en mixtos representa un 27 por ciento de todo el dinero que existe en fondos. Su éxito se sembró el año pasado, cuando el inversor más conservador empezó a encontrar en este vehículo, presente en todos los escaparates de la banca como alternativa al depósito, una vía para ganar algo de exposición a la bolsa y compensar, así, los bajos intereses de la deuda. Parecía la opción perfecta... Hasta que llegó su primera tormenta, en junio del año pasado.

    Fue entonces cuando tuvieron que lidiar con el inesperado repunte de la rentabilidad de la deuda soberana, que sube cuando el precio de los bonos cae, al revés que en la bolsa. Como ejemplo, el interés del español se elevó del 1,14 al 2,41 por ciento en solo dos meses, de abril a junio. El resultado fueron pérdidas en siete de cada diez fondos mixtos comercializados en España. Y ahora se avecina algo similar. Después de que el bono dibujase nuevos mínimos históricos en septiembre, en el 0,88 por ciento, su rentabilidad se encuentra ya en el 1,26 por ciento, es decir, que provoca minusvalías latentes del 2,95 por ciento desde entonces. Una situación que es extrapolable al resto de referencias a nivel global.

    Y su otro ingrediente, la bolsa, tampoco es que dé muchas alegrías. Con la excepción de Reino Unido, que consigue descolgarse de la tónica general a pesar de su escisión de la UE, todo el Viejo Continente sufre pérdidas en lo que va de año. Mientras tanto, en Estados Unidos, donde sus índices sí arrojan un saldo positivo, el empate técnico entre Clinton y Trump al que apuntan algunos sondeos ha disparado el Vix (más conocido como el índice del miedo) a máximos de junio.

    Este escenario ha llevado a más de la mitad de los fondos mixtos a terreno negativo este año (ver gráfico). En algunos casos, incluso, las pérdidas superan el 20 por ciento y aún tienen que lidiar con el resultado de las elecciones de Estados Unidos.

    Del 'Brexit' al... ¿"Trump-it"?

    "Los mercados financieros parecen estar infravalorando los riesgos asociados a una victoria de Trump", consideran en Vontobel AM. "Y como ha demostrado el Brexit", continúan, "el resultado de una votación potencialmente emocional puede dar lugar a sorpresas" y suceder lo que ellos bautizan como Trump-it. Si el miércoles amanece con Trump como presidente de Estados Unidos, los expertos lo tienen claro: cogería por sorpresa y presionar a los mercados de valores de todo el mundo.

    A Donald Trump se le considera, en líneas generales, "un peligro para los mercados", recuerda James Bateman, director de multiactivos de Fidelity. Sus políticas, en su opinión, plantean serios riesgos y crean un considerable grado de incertidumbre, "por lo que la creencia general es que su victoria desencadenaría ventas masivas en las bolsas, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo".

    Sin embargo, explican en la gestora, su triunfo podría tener un efecto perverso a corto plazo, de provocar un periodo de buen comportamiento de la renta variable estadounidense, aunque a largo plazo sería perjudicial. Es lo que Fidelity llama un cisne rojo.

    Históricamente, "las acciones reaccionan de forma negativa a los cambios presidenciales y a un Congreso dividido. Y ambos cambios serían posible con una victoria de Trump", considera el equipo de análisis de Axa. Y es que el foco, además de en las presidenciales, se encuentra también en la elección parlamentaria para el Senado y la Cámara de Representantes, ambas claves para aprobar las reformas de ambos candidatos.

    La renta fija, el gran problema

    Más allá del impacto que un Trump-it pudiera tener sobre la renta variable en las sesiones posteriores a su victoria, el gran problema de los fondos mixtos vuelve a ser la renta fija, que se enfrenta a varios frentes.

    Uno es la normalización de los tipos de interés. Aunque la Reserva Federal (Fed) no ha movido fecha en su última reunión, para no interferir en las elecciones del próximo 8 de noviembre, ya ha dejado caer que su próxima subida en el precio oficial del dinero llegará en diciembre. "Todavía no puede darse por seguro que una subida de los tipos de interés a corto plazo desencadene un ascenso de los tipos a largo plazo", opina Igor de Maack, gestor de fondos de DNCA (afiliada a Natixis Global AM). "Pero los inversores podrían sentir la tentación de devolver estos instrumentos financieros con tipos negativos al lugar que les corresponde y al precio que les corresponde". Maack considera que los bonos a largo plazo deberían excluirse de las carteras porque, aunque "todavía es muy pronto para suscitar inquietudes entre los inversores, el refugio de la renta fija podría convertirse en un infierno".

    El otro frente serán las propias elecciones de Estados Unidos. Kay Van-Petersen, jefe de estrategia macro global de Saxo Bank, estima que, a largo plazo, "la estrategia estructural más fácil de acordar es que una victoria de Trump o Clinton será bajista para los bonos del Gobierno de Estados Unidos, elevando los rendimientos no sólo en EEUU, sino a nivel mundial".

    Cuidado con los mixtos

    Ante este escenario, la importancia de seleccionar un fondo mixto u otro es tal, que mientras el mejor gana más de un 20 por ciento el peor se deja el mismo porcentaje. El más rentable es Merch Oportunidades, de Merchbanc. Se considera un mixto flexible, en el que el gestor adapta la exposición del fondo a bolsa o renta fija en función del contexto del mercado y su cartera actual se compone sobre todo de renta variable, según los datos de Morningstar. Entre sus principales posiciones figura Freeport-McMoran, Potash Corp of Saskatchewan, la compañía de fertilizantes más grandes del mundo o Credit Suisse.

    Tras este producto siguen otros como Mediolanum Mercados Emergentes, Renta 4 Emergentes Global o Quality Selección Emergentes. Todos ellos tienen en común que incluyen en sus carteras deuda soberana y corporativa de países emergentes. "El 63 por ciento de los bonos empresariales emergentes tiene la calificación de grado de inversión", explica Rodica Glavan, de insight, parte de BNY Mellon, donde también encuentran atractivo en este tipo de renta fija. Desde la gestora argumentan que no solo ha mejorado el perfil del crédito de esta deuda y su liquidez. "Creemos que la tesis de inversión en los bonos corporativos de mercados emergentes se ve respaldada más si cabe por el descenso de las rentabilidades por cupón en el universo desarrollado (...), la gestión activa de bonos corporativos emergentes brinda al inversor la opción de plasmar en mayor o menor medida distintos motores de riesgo y rentabilidad".