Bolsa, mercados y cotizaciones

Las dudas sobre la economía china arrastran a los parqués europeos

  • El Ibex 35 fue uno de los índices que menos se vio afectado por el gigante, al dejarse un 1,45%

Carlos Jaramillo, Víctor Blanco Moro

Durante la jornada del lunes, el Shanghai Composite sufrió su mayor descalabro desde febrero de 2007, al registrar una caída del 8,5%. Este desplome de la renta variable del gigante asiático arrastró durante la sesión de este lunes a los principales parqués del Viejo Continente. De este modo, el Ibex 35 sufrió un retroceso del 1,45%, hasta los 11.145,4 puntos. Según explica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, el selectivo ha alcanzado su "primera zona de soporte", por lo que "hay que estar atentos por si aparecen signos de agotamiento vendedor".

El Ibex fue el índice que menos cayó entre los principales, sólo por detrás del Ftse 100, que cedió un 1,13%. El Cac y el Dax se dejaron más de un 2,5% y el Mib retrocedió casi un 3. Y es que el efecto contagio y el tamaño de la economía china, es la segunda en el mundo, han hecho que el mercado europeo se haya visto abocado a las caídas, agravadas en los parqués más exportadores por la fortaleza del euro (ver página 19).

Al inicio de la sesión en el país asiático se conoció que los beneficios industriales retrocedieron un 0,3% en junio. Esto, unido al dato del PMI del viernes -que se situó en 48,2 (por debajo de 50 indica contracción) el peor dato desde abril del pasado año y muy por debajo de la encuesta de expertos de Bloomberg, que lo situaba en 49,7-, hizo que el miedo se apoderase del mercado, aunque gran parte de las pérdidas se concentraron en el final de la sesión.

Además, tampoco ayudó el hecho de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) filtrase que ha instado a China a relajar en algún momento sus medidas de apoyo.

Y es que después de que la bolsa sufriese una corrección de más del 30% desde los máximos de junio, el Gobierno lanzó un paquete de medidas para intentar sostener el mercado, que incluía un programa de compra de acciones, una rebaja de los tipos de interés y la suspensión de nuevas salidas al parqué. También prohibió las ventas de títulos a aquellos accionistas que posean más de un 5% de una empresa.

Durante las últimas sesiones, el índice había logrado recuperar parte del retroceso, pero entre el viernes y el lunes se dejó un 9,7%. Según declaró Ken Chen, analista de KGI Securities, a Bloomberg la explicación más plausible para la caída del lunes es que "el Gobierno está teniendo problemas para mantener las acciones sobrevaloradas".

Sin embargo, según recoge la agencia china Xinhua, la China Securities Finance Corporation (CSF) "continuará comprando acciones para estabilizar el mercado". Así, un portavoz del regulador chino (CSRC) disipó los rumores que apuntaban a que el país había dejado de intentar estabilizar el mercado.

Además, aseguró que está investigando grandes ventas bursátiles por parte de algunos individuos y que "castigará cualquier venta en corto maliciosa".

Otra de las medidas aplicadas por China es la posibilidad de suspender la cotización y la restricción por la cual las acciones en Shanghai no pueden caer más de un 10%. De hecho, el lunes, el 70% de los valores del índice cedieron un 10% y más del 5,5% no cotizaron. Lo que genera incertidumbre en los inversores.

De hecho, la volatilidad de los últimos treinta días saltó hasta su nivel más alto desde 1997, de acuerdo con Bloomberg.

La Fed, clave

Otro acontecimiento importante que se producirá esta semana será la reunión de la Fed. Los expertos apuestan porque el banco central estadounidense suba los tipos en septiembre, por lo que en la reunión de este miércoles podría ser la última sin subida de tipos y no sería extraño que se produjese un cambio en el lenguaje utilizado por la Fed, lo que podría dar una pista sobre cuando llegaría el primer movimiento. No obstante, la preocupación por China ha dado lugar a especulaciones sobre la posibilidad de que la subida llegue más tarde.

Una subida de los tipos implicaría un dólar fuerte, lo que afectaría al yuan, que está ligado a la cotización de esta divisa con una banda de precios en la que se mueve. Si el yuan entrase en la cesta de divisas del FMI, uno de los objetivos del país, tendría que dejar de flotar en función del dólar. Otro de los problemas que afronta el gigante es la fuga de capitales. Durante el primer trimestre de 2015 se produjo el récord histórico de salida de dinero extranjero.