Bolsa, mercados y cotizaciones

El gran error de Warren Buffett queda al descubierto: el activo que despreciaba no para de subir

  • El mítico inversor prefería invertir en activos que generasen un flujo de caja claro
  • Buffett se preguntaba qué sentido tenía invertir en oro si un bono ofrecía un interés
  • Su visión fue acertada durante muchos años, puesto que el oro parecía un activo dormido
Un accionista de Berkshire Hathaway sujetando una efigie de cartón de Buffett. Foto: Bloomberg

Mario Becedas, Vicente Nieves

Algunos aún lloran el 'adiós' inversor de una de las mayores, si no la mayor, leyenda de los mercados. Solo han pasado unas pocas semanas y ya se siente el vacío de Warren Buffett tras decidir el estadounidense, con 94 años, colgar la chaqueta y dejar el mundo de la inversión. Su conglomerado, Berkshire Hathaway, seguirá invirtiendo, pero faltará el toque mágico de su gran hacedor. Desde que el conocido como Oráculo de Omaha (la localidad de Nebraska donde nació) anunció su marcha, los titulares se han llenado con sus grandes éxitos: desde la prolongada apuesta por Coca-Cola hasta su reciente montaña de liquidez en tiempos de zozobra pasando por las fiables aseguradoras y saber subirse a tiempo al carro ganador de Apple. De lo que no se ha hablado tanto es de uno de sus grandes 'errores'. Un error que ha estado tapado muchos años (no se había materializado) y que ha salido a la luz en los últimos meses ante el espectacular boom de este activo que no para de subir... y las previsiones apuntan a más alzas en el corto y medio plazo.

Hay un activo que en los últimos tiempos ha repuntado con inusitada violencia y que casi nunca se encontraba presente en la cartera de Buffett. Se podría ser generoso con el gurú y hablar de olvido. Pero no fue un olvido, fue una apuesta. Y por eso se puede hablar de 'error'. En repetidas ocasiones, Buffett se pronunció con vehemencia contra el oro. No hace falta explicar ni cuantificar cuánto dinero ha dejado de ganar el inversor al rechazar esta inversión. Sólo en lo transcurrido de año, el metal dorado, milenario activo refugio de referencia, se ha revalorizado más de un 30% en medio de incertidumbre global, tensiones geopolíticas, erráticas políticas desde la Administración Trump y muchos bancos centrales comprando oro masivamente buscando rebajar el dominio asfixiante del dólar americano. En 12 meses, la onza sube directamente más de un 46%.

Repasando la hemeroteca, los argumentos de Buffett contra el oro fueron enunciados por otros muchos y son propios de una época en la que el metal amarillo estuvo 'dormido' por así decirlo. Había rendimientos más jugosos frente a un oro que no devenga intereses (un bono del Tesoro de EEUU era hasta hace 'cuatro días' un activo totalmente libre de riesgo y que generaba unos intereses jugosos). Pero no deja de sorprender su vehemencia en este postulado dado su tradicional olfato y la constatación de que el peligro hace subir rápidamente al oro. Actores como el Banco de España durante la Administración Zapatero pueden dar fe de este fallo de cálculo.

Las 'carencias' del oro

"El oro... tiene dos carencias importantes: no es ni muy útil ni procreador. Es cierto que el oro tiene cierta utilidad industrial y decorativa, pero la demanda para estos fines es limitada e incapaz de absorber la nueva producción. Mientras tanto, si posees una onza de oro durante una eternidad, seguirás poseyendo una onza al final", trasmitió Buffett en 2011 en su tradicional carta anual a los accionistas. Más locuaz (y 'sobrado') había sido un par de años antes en una entrevista en la CNBC: "No tengo ninguna opinión sobre dónde estará el oro (en los próximos cinco años), pero lo único que puedo decir es que no hará nada de aquí a entonces, excepto mirarte".

"Básicamente, el oro es una forma de ir largo en el miedo, y ha sido una forma bastante buena de ir largo en el miedo de vez en cuando. Pero realmente tienes que esperar que la gente tenga más miedo en el año o dos años posteriores del que tienen ahora. Y si tienen más miedo, ganas dinero, si tienen menos miedo, pierdes dinero. Pero el oro en sí no produce nada", insistía en otra entrevista distinta con la cadena de televisión estadounidense.

Otras razones que llevaron a Buffett a evitar el oro

También es justo señalar que Warren Buffett ha tenido razón durante muchos años. Entre 2011 y 2023, el precio del oro se mantuvo casi estático, con pequeñas subidas y bajadas que convirtieron a este mercado en una auténtica balsa que apenas generaba rentabilidad. Durante todos esos años, la predicción de Buffett se cumplió.

Quizá, el mítico inversor no contaba con un mundo en el que la inflación volvería con la mayor fuerza de las últimas décadas y en el que las tensiones regionales y geopolíticas escalarían a los niveles actuales. Buffett ha sido de esos afortunados que ha visto la gran progresión del mundo y de EEUU, una era en la que todo parecía que iba a ser mejor, que las crisis podrían quedar reducidas a acontecimientos extremadamente escasos y donde los conflictos entre grandes potencias eran cosa del pasado.

Todo lo anterior ha disparado la demanda de oro en los últimos años, algo con lo que quizá no contaba Buffett. El oro presenta una producción muy estable y una demanda que hasta los últimos dos años parecía también algo adormecida. Sin embargo, los factores señalados anteriormente, la erosión de la confianza en las divisas fiat y la propia rigidez de la oferta en el oro.

Cada vez hay menos oro disponible para extraer. El precio del oro ha subido en poco más de un año en 1.000 dólares, pasado de los 2.300 dólares la onza a los 3.400 actuales. Esta revalorización de casi el 44% se sustenta sobre todo en la mayor demanda en un entorno incierto, marcado por la inflación, los conflictos comerciales, bélicos y geopolíticos. Todo ello era extremadamente complejo de predecir.

Además, cuando se mira al lado de la oferta (algo que no se suele hacer en el oro, como sí se hace en el petróleo), la situación no pinta mucho mejor. El oro tiene la ventaja (respecto al petróleo) de que no se 'gasta' como tal. Un barril de petróleo se consume y no vuelve, mientras que una onza de oro puede dar 30 vueltas al mundo y sigue siendo la misma onza. Pero en una situación como la actual en la que el metal precioso es cada vez más demandado por inversores y bancos centrales, la escasez de oro se ha sumado a esta 'ansiedad compradora' que está llevando el precio a superar los 3.400 dólares por onza.

De este modo, incluso el mejor inversor de la historia, se puede decir que tiene una pequeña mancha en su historial. El activo que Buffett despreció durante toda su carrera se ha convertido en uno de los activos más alcistas en el último año. Además, las previsiones de Goldman Sachs y otros expertos hablan ya de una onza que rozará en los 4.000 dólares en los próximos meses. El metal precioso está brillando con más intensidad que nunca, algo que no parece demasiado positivo para el mundo (cuando el oro brilla es porque hay problemas).