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GameStop quiere seguir los pasos de MicroStrategy con el bitcoin: convertirse en un fondo disfrazado de empresa de videojuegos

Una tienda de GameStop. Foto: Bloomberg.

Víctor Ventura, Carlota G. Velloso

GameStop es una cadena de videojuegos, más famosa en la bolsa por ser la acción meme por excelencia. Aunque esta firma cotiza al son de la viralidad, ahora parece que es el bitcoin lo que la mueve. Los inversores así lo están entendiendo y hay razones para vincular a la criptomoneda y GameStop. La compañía podría estar siguiendo los pasos de Strategy, la empresa con más bitcoins del mundo. Ambos negocios cada vez se parecen más y eso que uno es de software y el otro de videojuegos.

Para entenderlo, hay que contextualizar a qué se dedica Strategy, hasta hace días conocida como MicroStrategy -ha acortado su nombre recientemente-. La firma de Michael Saylor tiene dos patas. Por un lado, vende software a otras empresas y, por otro, compra bitcoins y los guarda esperando a que su precio suba. El negocio de software da pérdidas y las compras de la criptomoneda no se traducen en dinero líquido, ya que la empresa los mantiene en cartera a largo plazo.

El resumen es que es una compañía en pérdidas que, pese a sus números rojos, se gasta miles de millones de dólares en bitcoins. El riesgo de esta estrategia es enorme, ya que se endeuda para adquirir estos activos y también para pagar sus gastos corrientes, inclusive los sueldos. Strategy puede colapsar en cuanto se cierre el mercado y dejen de financiarla o cuando el bitcoin empiece a caer.

La primera semejanza que comparten GameStop y Strategy es que sus negocios están en pérdidas, tanto las ventas de videojuegos como las ventas de software. El otro parecido es que las dos están levantando capital para comprar activos. En el caso de Strategy es público que lo que adquieren es bitcoin. En el caso de GameStop, todavía no se sabe.

Sin embargo, ambas empresas han mandado una indirecta al mercado en forma de foto. El fundador de Strategy, Saylor, y el director ejecutivo de GameStop, Ryan Cohen, subieron una foto juntos a X la semana pasada. La imagen se interpretó de la siguiente manera: la de videojuegos va a seguir el camino de la de software. Es decir, ya que tiene pérdidas, va a levantar capital para convertirse en un fondo de bitcoins. El siguiente día de cotización tras la instantánea, GameStop se disparó un 9,6% en bolsa. Es la misma reacción que registran las acciones de Strategy en Wall Street, que suben por su exposición al bitcoin. En este último caso el movimiento es mucho más pronunciado, ya que es la empresa con más bitcoins del mundo y GameStop, de momento, solo parece un discípulo.

Precisamente GameStop, una de las acciones meme más famosas del 'boom' de 2021, parece haberse lanzado a la piscina de forma algo más cautelosa. La compañía ha levantado en los últimos nueves meses 3.453,8 millones de dólares vendiendo acciones –mediante una operación llamada oferta ATM (micro ampliaciones de capital, que utilizan las empresas de pequeña capitalización). ¿Y para qué ha utilizado esos ingresos de capital? No para invertir en su negocio, ni abrir más locales, ni desarrollar una IA propia, sino para algo mucho más aburrido: comprar bonos del Tesoro de EEUU.

Las últimas cuentas de GameStop apuntan a que su negocio, a día de hoy, ya depende más de esas inversiones financieras que de la venta de videojuegos. Sus últimos resultados trimestrales revelan que la compañía perdió 33 millones en el trimestre con su red de tiendas, pero logró firmar un beneficio de 21 millones de dólares gracias a que ingresó 54 millones de intereses de bonos del Tesoro de EEUU. En los últimos dos años fiscales, la compañía ha ingresado más de 270 millones de dólares solo en intereses y ventas de bonos.

Respecto a los 3.453,8 millones levantados, la compañía alegó durante meses que esas ventas de acciones se realizaban "sin objetivos específicos", más allá de acumular capital. Una referencia velada que indicaba que aún no sabían qué iban a comprar con ese dinero, o que aún no lo habían aprobado en las reuniones de dirección. Pero GameStop reconoció en sus últimos resultados que podía usar parte de ese dinero para propósitos generales o para invertir. De hecho, en 2023 la firma cambió su política de inversión para autorizar las compras de activos.

Todo esto cobra sentido porque, al igual que Strategy, el teórico negocio 'real' de GameStop está en números rojos y el dinero de verdad les llega por invertir el capital que han levantado en los últimos años en activos financieros. La principal diferencia con la firma de Saylor es que los bonos de EEUU sí que pagan intereses, por lo que las cuentas de GameStop sí tienen buen aspecto y no dependen de valoraciones hipotéticas a precio de mercado del bitcoin, un activo que solo tiene valor cuando se vende y no antes. Pero, al contrario que la criptomoneda, nadie espera que el valor de los bonos de EEUU vaya a multiplicarse en los próximos años. Así que el canto de sirena de la criptomoneda está sonando a todo volumen.

"A diferencia de otros vehículos que ofrecen exposición al bitcoin (como los ETF o la propia cripto), Strategy puede incrementar el número de bitcoins por acción. El hecho de que sea una compañía con operaciones la permite acceder a deuda y capital para levantar fondos y comprar más bitcoins", explican los analistas de Mizhuo en una nota sobre la firma de Saylor, algo que se aplica igual a la de Cohen. Aprovechan que son empresas y, como tales, pueden levantar fondos del mercado, aunque realmente lo menos relevante es que sean empresas, porque sus negocios de software y videojuegos son un mero accesorio a día de hoy.

La pregunta que despiertan es: ¿hasta qué punto es atractivo tener varias empresas que, en la práctica, son meros fondos de inversión edificados sobre negocios en pérdidas? Cuando los activos por los que apuestan están en alza, aún pueden ser atractivos, pero cuando dejan de serlo, el resultado puede ser catastrófico. Al menos a GameStop siempre le quedarán los bonos de Tesoro de EEUU.