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Buenaventura (CNMV): "Hay que dejar de llamar a los fondos ESG artículo 8 y 9"
- "Debemos desarrollar etiquetas de sostenibilidad"
- "Nos hace falta una clarificación de los instrumentos financieros sostenible"
- Salazar (ICO): "Somos líderes en financiación sostenible sin dejar a nadie atrás"
Violeta N. Quiñonero
Madrid ,
Rodrigo Buenaventura, presidente de la CNMV, ha sido el encargado de inaugurar este lunes el IV Foro ESG de elEconomista.es. Las etiquetas y los instrumentos sostenibles son algunos de los retos a los que todavía se está enfrentando el mundo ESG, en opinión de Buenaventura. Visite el portal especializado elEconomista ESG.
"No podemos seguir llamando a los fondos ESG artículo 8 y artículo 9", ha sido uno de los principales alegatos del presidente de la CNMV en su intervención. Es necesario desarrollar etiquetas de sostenibilidad para nombrar correctamente a estos vehículos, ha añadido. "El nombre comercial de un fondo es un medio muy importante para comunicar información del propio fondo a los inversores y es el primer elemento que éstos ven. Por ello ESMA, como autoridad europea tiene como misión procurar una implantación armonizada y consistente de esta regulación y abordar esas imperfecciones", ha apuntado.
Pero ¿cómo se ha llegado a esta situación? El problema reside en que se está utilizando como si fuera etiqueta algo que no lo es: el Reglamento de Divulgación de Finanzas sostenibles establece la diferenciación entre fondos artículo 8 (con características ESG) y 9 (con objetivo sostenible), unas denominaciones se han tomado como referencia para nombrar a los fondos ESG. Buenaventura aboga por dejar de usar esta nomenclatura para definir los vehículos sostenibles. "Es incomprensible para el inversor, también si se trata de un institucional, pero sobre todo si es un minorista", ha apuntado.
El presidente de la CNMV también hizo alusión a las directrices publicadas por ESMA (Autoridad Europea de Valores y Mercados) para los fondos que quieran incluir en sus denominaciones términos como ESG, Medioambiente o Sostenible, como invertir significativamente en ESG y tener vinculadas las inversiones a esos criterios, entre otros.
"La sostenibilidad tiene muchas dimensiones y las finanzas son sólo una pequeña parcela de ese terreno, pero una muy importante. El cambio asociado a la incorporación de la sostenibilidad en los mercados financieros ha sido muy intenso", ha señalado. Y Europa ha jugado un papel de liderazgo: "El esfuerzo realizado por el legislador europeo se ha conseguido en un muy corto espacio de tiempo. Y como todo aquello que se construye con rapidez y urgencia, no es perfecto. Tiene fallas y necesita de ajustes, mejoras y cambios, que permitan a todo este paquete regulatorio una mayor coherencia y, sobre todo, que aporten más claridad a los agentes que regula y a los inversores", ha señalado.
Entre los obstáculos, Buenaventura ha hecho alusión a la transposición de la directiva CSRD (Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad) en España, que podría no estar completada para finales de año y, por ende, afecte a los reportes que las compañías presenten a principios de 2025. "Sería desafortunado que la transposición de la CSRD no se complete antes del cierre de este año a la jurisdicción española y que aquellas compañías que ya se habían estado preparando para esta nueva ley se encuentren con dilemas regulatorios. Si esto ocurre, la CNMV dará pautas sobre cómo desarrollar esta ley en base a las normas españolas", ha subrayado Rodrigo Buenaventura.
En relación también con la nueva ley ha señalado que "toda nueva regulación tiene costes y sólo tiene sentido si realmente se utiliza, si los inversores acaban demandando productos financieros sostenibles. Y en este punto no vamos muy boyantes. Por debajo del 25% de los clientes financieros de la UE declaran la sostenibilidad como un elemento esencial para sus decisiones de inversión. Y si preguntamos a los estadounidenses, ese mismo porcentaje es inferior al 15%".
"Los supervisores de valores hemos operado a través de la organización internacional de comisiones de valores (IOSCO), que como saben tienen su sede en Madrid, para fomentar el desarrollo de un marco de reporte armonizado por parte de los emisores de valores en materia de sostenibilidad y, en especial, en su ámbito climático. Ello ha permitido la creación en un tiempo récord de unos nuevos 4 estándares a escala global por parte del ISSB. Estos estándares forman la base de un marco de reporte de sostenibilidad y desarrollan en especial uno de sus ámbitos, que es el climático. Y también hemos impulsado, desde IOSCO, el desarrollo de un marco de verificación o auditoría de la información sobre sostenibilidad, de manera que esta sea creíble y confiable para los inversores", ha señalado. Ese marco, elaborado por el IAASB y la IESBA, estará en muy poco tiempo completado y listo para ser usado por cualquier verificador de informes de sostenibilidad.
EEUU, el elefante en la habitación
Aunque Europa haya jugado un papel más que relevante y de liderazgo en la aplicación del ESG, sigue siendo necesario que el reporte se elabore en base a unos criterios armonizados a nivel internacional. Sin embargo, para el presidente de la CNMV hay un claro elefante en la habitación: Estados Unidos. "El problema reside en EEUU. Sus normas son menos ambiciosas que las europeas, incluso las climáticas. Con el cambio de Administración [Trump ha ganado las elecciones presidenciales] puede dar un cambio de 180º e incluso quedarse sin ciertas normas de sostenibilidad", ha argumentado.
Más allá de estándares, Buenaventura también ha vuelto a advertir sobre el peligro que trae consigo el greenwashing: "Hemos observado cómo el greenwashing tiene dos vertientes: la estática y la dinámica. La estática es el falseamiento o exageración de las características ambientales a una fecha determinada, típicamente a cierre de ejercicio y en los estados de información de sostenibilidad anuales. La dinámica es ese mismo efecto, pero en las proyecciones hacia el futuro que la compañía estima, es decir, sus planes de transición. Y tan dañina puede ser una como la otra. Por ello es preciso regular en cierta medida, cómo deben elaborarse esos planes, qué información deben contener y qué precauciones deben adoptarse para evitar el eco-postureo en las predicciones futuras.
Nuevo secretario general de IOSCO
La intervención de Rodrigo Buenaventura ha sido una de las últimas como presidente de la CNMV. El próximo 16 de diciembre terminará su mandato y pasará a ser secretario general de IOSCO, el supervisor internacional. Este nombramiento no solo supone un salto en la carrera profesional de Buenaventura, sino que también demuestra la relevancia e influencia del organismo y los mercados financieros españoles dentro del ámbito internacional. Será el primer español en ocupar este puesto.
El director de la Fundación ICO, Fernando Salazar, también participó en este foro ESG organizado por elEconomista.es. El responsable del Instituto de Crédito Oficial puso en valor la función de la entidad para el desarrollo de la economía real gracias a la financiación del ICO que participa tanto en iniciativas públicas como privadas dentro de los acuerdos europeos. Como ejemplo, Fernando Salazar relató cómo el 52% de la financiación de los años 2022 y 2023, que alcanza los 8.500 millones de euros, estuvo enfocada en proyectos sostenibles y sociales.
"Somos partícipes en el desarrollo de la economía, desde el propio ICO y desde la Fundación ICO en varias iniciativas", comentó el responsable de la fundación. Del mismo modo, el responsable de la institución de crédito puso en valor los retos que tiene que acometer la financiación y el desarrollo de iniciativas sostenibles y ligadas al conjunto del ESG. "Hay que distribuir fondos con rigor y transparencia. Pero hay que hacerlo de manera ágil y sin dejar a nadie atrás", comentó Salazar.
Desde el ICO participan en la gestión de 34.000 millones de euros de los cuales 22.000 millones están ligados a la línea ICO verde. Del mismo modo, la emisión de bonos por parte de la institución se traduce en 11 bonos con carácter social y otros 6 con criterios sostenibles por un valor que supera los 8.500 millones de euros. "Estos 8.500 millones de euros se han multiplicado para generar más de 23.000 millones de euros y mantienen más de 478.000 empleos", apuntó el director de la Fundación ICO.