Bolsa, mercados y cotizaciones
¿Recesión? Las empresas de EEUU destrozan las previsiones de beneficios... pero hay una trampa
- A pesar de que las ganancias sorprenden las ventas se quedan muy rezagadas
- Este fenómeno se debe a agresivos programas de eficiencia y el poder de fijación de precios
Álvaro Moreno, Víctor Blanco Moro
Aunque el foco se ha centrado mucho en el IPC, el PIB, el mercado laboral y las decisiones de la Fed, hay un factor que ha pasado a un segundo plano pero que puede marcar la diferencia para Wall Street: los resultados empresariales. Hasta hace no tanto, las cifras de las principales compañías de Wall Street se han mirado con escrutinio como el principal termómetro para detectar un posible cansancio del gasto de los consumidores, convirtiéndose en el primer eslabón de un camino hacia la desaceleración económica. Ahora, con la temporada casi vencida, los resultados han arrojado una conclusión sorpresiva: las ventas comienzan a no ser tal y como se esperaban... pero los beneficios crecen a un ritmo incluso mejor de lo que se daba por hecho.
Esto se ha reflejado claramente en que el 77% de las compañías lograron superar los objetivos que el mercado había atribuido a sus ganancias. El mercado esperaba un segundo trimestre muy bueno que sostuviera la buena racha que se había venido acumulando en Wall Street, donde el consumo parecía inagotable. Sin embargo, aunque el crecimiento de las ventas siguió siendo fuerte, la realidad es que apenas la mitad de las compañías cumplieron su objetivo en cuanto a facturación. Es decir, ya se está empezando a notar algo de agotamiento respecto a las altas valoraciones del mercado, pero las empresas están logrando mantener el pulso en sus ganancias gracias a otros 'caminos' más allá del puro crecimiento orgánico.
En resumen, el aumento de los ingresos que se ha confirmado en esta temporada de resultados para las compañías del S&P 500 ha quedado empañado por unas presentaciones que no han sido todo lo buenas que esperaban los expertos. Menos de la mitad de empresas del índice estadounidense han conseguido batir las expectativas de ventas de los analistas: el 48% lo ha conseguido, frente a un 31% de compañías que han quedado por debajo de lo esperado, y el 21% restante que ha encajado sus resultados con las expectativas. Llama la atención, sin embargo, la sorpresa negativa que han sufrido las ventas en el sector del consumo básico, un tipo de industria que no suele estar atada al ciclo económico, al tratarse de compañías dedicadas a la producción y venta de bienes inelásticos.
Wolf von Rotberg, estratega de renta variable de J. Safra Sarasin Sustainable AM explica que "mientras el 77% de las compañías han logrado superar las expectativas de beneficios, sólo el 57% han presentado cifras de ventas mejores de lo esperado. La tasa de crecimiento interanual de las ventas (7%) también ha sido muy inferior a la tasa de crecimiento de los beneficios por acción (12%)". Así pues," el crecimiento de los beneficios se ha debido en gran medida a la solidez de los márgenes de beneficios netos, que han vuelto a superar el 12%, al mismo nivel que los máximos registrados en los dos últimos años". Para la firma esto genera una cierta preocupación pues, pese a que se trata de una temporada "fuerte", la realidad es que "es preocupante lo que dice de los consumidores con ingresos más bajos".
Los datos de J. Safra Sarasin Sustainable AM coinciden con los de Bloomberg. El incremento neto de las ventas en esta temporada de resultados ha sido muy inferior que el que se ha producido en los beneficios netos. Según los cálculos que publica Bloomberg, con 466 compañías de las 500 que componen el índice ya habiendo publicado sus cuentas, el aumento de los ingresos por ventas ha sido del 4,77%, frente al 8,4% que han crecido, de media, los beneficios en este periodo.
Si se analizan los sectores que mejor lo han hecho en el frente de las ventas, se confirma la relativa debilidad que han experimentado algunos de los sectores más cíclicos de la economía: a falta de completar la temporada de resultados, los sectores que han sufrido una caída de ventas frente al periodo anterior han sido tres: el de los materiales, el sector industrial, y el de las telecomunicaciones. Al mismo tiempo, las compañías dedicadas al consumo básico son las que han publicado el menor aumento de ventas, dentro del grupo que sí ha conseguido mejorar en este periodo.
Los sectores que han conseguido los mayores aumentos en ventas en esta temporada son el de la tecnología, con un incremento de más del 10,1%; el de la energía, con una mejora del 7,85%; y el de la sanidad, con un 7,5% de media.
Gina Martin Adam, analista de BI, que explica que "ha habido muy poco de lo que quejarse respecto a las ganancias". Sin embargo, " los ingresos no han alcanzado las expectativas con más frecuencia de lo habitual". Así lo expresaba en su escrito donde defendía que los beneficios no deberían ser un factor negativo, al menos en el corto plazo, a la hora de analizar las caídas que se produjeron en el arranque de agosto. Muchos de los analistas, en aquel momento, culpaban a las malas cifras de diversas compañías tecnológicas, en particular los grandes 'Siete Magníficos' que no estaban siendo capaces de colmar las expectativas.
Michele Morganti, estratega sénior de renta variable, y Vladimir Oleinikov, analista cuantitativo sénior, de Generali AM explican que "esta vez las estimaciones de beneficios del segundo trimestre en EEUU apenas se han revisado a la baja antes del inicio de la temporada". Esta firma se muestra mucho más positiva que el consenso del mercado otorgando un crecimiento a los beneficios del 9% para todo el año. "A juzgar por distintos indicadores macroeconómicos, los márgenes estadounidenses parecen relativamente seguros a corto plazo", señalan.
Por su parte, desde Goldman Sachs remarcan que no es que las ventas en sí mismas sean malas, sino que se había generado una proyección demasiado elevada. "El pronóstico promedio de los analistas de una fuerte aceleración en el crecimiento de las ventas parece ligeramente demasiado optimista", apuntan.
¿Qué ha pasado?
El motivo detrás de esta extraña tendencia, donde las ventas comienzan a defraudar más que los beneficios viene de que las empresas se han volcado en estrategias para mantener sus ganancias, limando sus gastos y, especialmente, incrementando su rentabilidad a través de los precios. Para Safra, las firman "han sido capaces de aumentar sus márgenes gracias a un sólido crecimiento de los ingresos brutos, muy probablemente a través de un continuo poder de fijación de precios y una fuerte disciplina de coste".
Es decir, las empresas han optado, en primer lugar por una agresiva campaña de recortes y mejora de la productividad con el que poder generar algo similar con menos dinero. Esto se ha visto esta misma semana con GM preparándose para despedir a 1.000 trabajadores en sectores menos productivos. Donde más se ha visto es en la tecnología, con Intel despidiendo cerca de 15.000 trabajadores o Cisco renunciando al 7% en su plantilla (4.000 puestos de trabajo). Todo ello en el marco de grandes reorganizaciones para generar más con menos que, según las cifras que reúne Layoffs.fyi , se habría salvado con 124.000 empleados despedidos en 2024 tras los 428.449 en 2023.
Desde Generali explican que, a pesar de que en los últimos trimestres se había empezado a ver algo de debilidad en los beneficios unitarios, han detectado un repunte de los de este temporada que cree que se extenderá. En primer lugar, a pesar de que los tipos de interés han subido, las condiciones de financiación han caído, favoreciendo su capacidad de obtener liquidez. Por su parte, al margen de los despidos el mercado laboral tan estrecho no ha afectado tanto como se esperaba y ve "una tendencia favorable en los costes laborales frente al IPC".
Las claves: "una rigidez laboral que ha impulsado la productividad, junto a la resistencia macroeconómica de EEUU"
Al margen de esto, "la persistente rigidez del mercado laboral está impulsando a las empresas a buscar una mayor productividad, tanto mediante la reingeniería de sus procesos como mediante la inversión en tecnología, incluida la inteligencia artificial (IA)". Por último, "el impulso macroeconómico estadounidense, si bien se está desacelerando, sigue siendo bastante resistente. Este último debería mejorar a medida que disminuya la inflación y la política de la Reserva Federal se vuelva más acomodaticia". Por lo tanto esperan que los beneficios empresariales sigan teniendo un impulso.
Coincidían desde Goldman Sachs, pues los analistas de la firma explican que, a pesar de todo, los márgenes se expandirán más el año que viene debido a "una desaceleración de los precios y una disminución de las presiones en los costes, en particular por los salarios". Sin embargo, se ha mostrado escéptico con la idea de que puedan seguir cumpliendo los pronósticos, pues, a pesar de la presumible expansión, se podría haber generado un objetivo demasiado alto.
En cualquier caso, desde US Bank señalan que todo el crecimiento está muy matizado por un mercado cada vez más dividido. "Hemos visto a varias empresas superar las expectativas de ganancias, mientras que otras no las han alcanzado, en ocasiones por un amplio margen", comenta Rob Haworth, director de estrategia de inversión. "En esta última etapa del ciclo alcista del mercado, los inversores tienen que pensar más en distinguir entre ganadores y perdedores".
El experto también coincide en que, posiblemente, se estén tirando las campanas al vuelo y no se esté contando con otros factores. "La expectativa general es que la tasa de crecimiento económico se moderará en 2024 desde el nivel del 2,5% de 2023", dice Haworth. "Si la economía se topara con más desafíos, las expectativas actuales para el crecimiento de las ganancias de 2024 pueden ser demasiado optimistas". En cualquier caso, señala que si EEUU logra evitar claramente una recesión "puede haber incluso sorpresas favorables, con una reacción positiva en los mercados".
Las 'siete magníficas' sufren las altas expectativas
Las empresas estrella de la bolsa estadounidense este año siguen siendo las gigantes del sector de la tecnología, especialmente el grupo conocido como las Siete Magníficas (Alphabet, Apple, Amazon, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla). A falta de conocer los resultados de Nvidia, la empresa que más titulares ha acaparado este año, los resultados de las grandes tecnológicas han sido muy positivos. El sector es el que más ha aumentado sus beneficios y sus ventas de todo el índice, batiendo las expectativas, de forma general.
Las caídas que se han producido inmediatamente después de las publicaciones de resultados de algunas de estas firmas no han sido por unos malos resultados sobre el papel, sino por el temor que se ha desatado, en algunos casos, por perspectivas a futuro menos halagüeñas para algunos de los segmentos más importantes de estas firmas, como es el caso de Alphabet, con los ingresos publicitarios de la plataforma Youtube, o Microsoft, por las dudas que ha generado Intelligent Cloud, la nube de la compañía basada en la inteligencia artificial, que ha cosechado menos ingresos por ventas de lo que se esperaba.
El hecho de que las Siete Magníficas sigan tirando del carro de los beneficios de Wall Street lleva a algunos analistas a avisar de la necesidad de ser precavidos a la hora de valorar la temporada de resultados en su conjunto. "Aunque el crecimiento de los beneficios es sólido, la calidad no es estelar, ya que se espera que el sector tecnológico del S&P 500 haya aumentado sus beneficios un 28,7% interanual el pasado trimestre, frente al resto del S&P 500, que sólo lo habría hecho en un 5,1%", explica Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard.