Bolsa, mercados y cotizaciones

La subida lograda por las 'small caps' en la rotación de valores desaparece con las caídas

  • El Russell 2000 es el índice que más retrocede en los últimos días en EEUU
Dreamstime.

Paola Valvidares

En Wall Street pocos logran salvarse de la sangría de los inversores en busca de un campo para invertir más seguro. Ni siquiera las pequeñas capitalizadas estadounidenses escapan de la tormenta en renta variable, a pesar del rally que vivió el Russell 2000 hace unas semanas en las que se habló de una clara rotación en las carteras. En el mes de agosto, el índice de small caps prácticamente pierde esta subida por la posible aceleración de las bajadas de tipos por parte de la Reserva Federal de EEUU. Pero lo que hasta hace unos días era motivo de celebración para los mercados, los parqués ahora lo ven como síntoma de una futura recesión en Estados Unidos.

Al otro lado del Atlántico, a pesar del rebote en algunas de las últimas sesiones, todos los índices presentan caídas en su cotización en agosto. Aun así, el índice de las pequeñas compañías de EEUU es el que más retrocede en bolsa, un 8%. Mientras que la referencia estadounidense, el S&P 500, y el índice tecnológico por excelencia, el Nasdaq 100, retroceden un 4,2% y un 5,5%, respectivamente. En el octavo mes del año suele haber menores volúmenes de negociación por coincidir con la temporada de vacaciones, lo que provoca una mayor volatilidad en las bolsas ante cualquier pico de tensión.

El pasado mes de julio las expectativas de los inversores ya aumentaron con respecto a los recortes de tipos de interés por parte de la Fed, ante lo que el mercado empezó a hablar de una rotación en bolsa hacia empresas de menor tamaño. Hasta ese momento las grandes tecnológicas eran las favoritas de los inversores, especialmente las empresas que se sumaron al carro de la inteligencia artificial. En ese mes, el saldo del Nasdaq 100 terminó siendo el peor de Wall Street, con un retroceso del 5%, tanto por las amenazas de más restricciones a los fabricantes de semiconductores que comercian con China, como por los primeros resultados de las Siete Magníficas.

Para los inversores parecía un cambio de tornas a favor de las small caps que la principal entidad monetaria del país aligerara sus políticas monetarias, ya que suelen ser empresas endeudadas que se ven beneficiadas cuando disminuye el precio del dinero, facilitando su financiación. Sin embargo, en apenas unos días, el mercado no percibe de la misma manera las bajadas de tipos, tras la publicación del dato de empleo del mes de julio en EEUU, el cual escaló hasta el 4,3%, su peor cifra en tres años.

Hasta finales de julio, los inversores no veían la posibilidad de una recesión, ya que optaron en trasladar sus dólares al Russell 2000 frente a los descensos de las big caps. No lo habrían hecho de tener una percepción tan negativa. A partir de ahí, el mercado empezó a estimar que si Jerome Powell cambiaba su tono hawkish a uno dovish al aceptar cortar tipos era por la llegada de una recesión a la economía estadounidense, en vez del aterrizaje suave que pronosticaba la entidad monetaria.

Y es que en el caso de un contexto de debilidad económica, las que tienen más papeletas para verse afectadas son estas empresas de menor tamaño, a pesar de que se esperen muchas más bajadas, ahora el consenso de analistas que congrega Bloomberg pronostica que se lleven a cabo al menos cuatro recortes de tipos en lo que queda del 2024. Incluso se han hecho eco en el parqué los rumores de una posible reunión de emergencia de la Fed en las próximas semanas, aunque esta aún no se ha visto confirmada por las autoridades, una reunión excepcional que se ha dado en pocas oportunidades a lo largo de la historia.

Los dos índices de grandes capitalizadas en Wall Street vuelven a sacar más ventaja al Russell en el año. En el caso del S&P 500, la distancia con respecto al índice de small caps es más pronunciada, al alcanzar los nueve puntos de diferencia. Aunque la del Nasdaq 100 sea menor, sigue sobrepasando la cotización del Russell por seis puntos desde enero. En cambio, a finales del mes de julio esta brecha entre las bolsas era menor, ya que con respecto a la referencia estadounidense no alcanzaba los cinco puntos, y el índice tecnológico era de cuatro puntos.